| | 10/11/2011
Publicación sobre el modelo productivo de la multinacional Syngenta, un modelo de agricultura sin gente.
El mejor remedio contra el hambre reside en cultivar sus propios alimentos -gracias al acceso a tierras fértiles, agua, créditos y conocimientos-; sin embargo, desde 1996 la industria de ingeniería genética y los investigadores argumentan con vehemencia que no es posible alimentar a la población mundial creciente, sin usar plantas genéticamente modificadas (GM). Tenemos muchas razones para preocuparnos por las actividades de la multinacional Syngenta. La más evidente es que sus principales ingresos provienen de la venta de plaguicidas. La empresa ha patentado más de 120 plaguicidas y comercializa más de 20 marcas entre las que se destaca el herbicida Gramaxone, cuyo principio activo es el Paraquat, peligrosamente venenoso para el ser humano si es ingerido, por lo que está prohibido en algunos países europeos. Este herbicida es usado frecuentemente para erradicar las malezas que han desarrollado resistencia al glifosato, en los campos de cultivos transgénicos.
Syngenta trabaja con cultivos alimenticios importantes para vastas zonas del planeta como el maíz y el arroz. En esta publicación se presentan dos estudios de caso sobre la problemática del maíz en América Latina. El primero es de Colombia, en cual Germán Vélez, del Grupo Semillas, señala los peligros de introducir maíz transgénico en un país que es centro de diversidad de este cultivo tan importante para las culturas americanas.
Más información: Descargar
Fuente: http://www.semillas.org.co/sitio.shtml?apc=g1a1--&x=20157714
Artículo relacionado en otra página:
Syngenta y Bayer demandan a la UE por prohibir los plaguicidas que podrían extinguir a las abejas
http://rebelion.org/noticia.php?id=173744
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