¿Estamos Poseídos? (2ª parte): En Busca del Nombre
Traducido de Gladys Molina del artículo original de Paul Levy; "Are We Possessed?"
Cuando "vemos" un demonio, cuando sabemos su nombre, ésto nos ayuda a conseguir "hacernos con" y controlar la situación. El nombrarlo es un ejercicio de exorcismo, ya que disipa el poder del demonio sobre nosotros. Jung dice:
En otra parte, Jung escribe: "Para la humanidad siempre fue como una liberación de una pesadilla cuando se encontraba un nombre nuevo." Encontrar el nombre es un acto de poder. Jung comenta:
Es muy importante para nosotros el volver a introducir la palabra "demonio" y "posesión" de vuelta a nuestro vocabulario, sin el temor de que seremos vistos como primitivos, locos o incluso poseídos nosotros mismos si usamos esas palabras. Necesitamos ampliar nuestra fluidez psico-espiritual que nos permita navegar por las aguas vivas de nuestro paisaje interior y exterior.
El estar "endemoniado" - tomados por fuerzas psíquicas inconscientes - es algo que nos pasa a todos nosotros, y es nuestra gran ventaja la de ser capaz de nombrar correctamente nuestra experiencia. Encontrar el nombre nos empodera a comprometernos creativamente con estas partes de nosotros mismos que emergen desde las sombras "en el nombre de la curación."
¿Cómo hacemos una palabra? La "deletreamos" (spell=deletrear/conjuro/hechizo). En la búsqueda de las palabras de nuestra experiencia, estamos echando un "conjuro positivo," cuya órbita no local e influencia son liberadoras. Somos entonces capaces de la conjugación consciente y de dar voz a nuestra experiencia, que es dar un paso hacia y acceder al espíritu creativo.
En el aprendizaje de formas nuevas y creativas para expresarnos, estamos disipando la maldición-(mal-dicción) bajo la que estábamos, de no ser capaces de simbolizar nuestra experiencia. Al aprender a deletrear/lanzar hechizos (spell=deletrear/hechizo) conscientemente, el mundo ya no está escrito en piedra, con nosotros como sus víctimas pasivas, cuando nos damos cuenta y aprovechamos el poder creativo y transformador de la Palabra, el Logos.
Como dice la Biblia: "Y primero fue la palabra. Y el Verbo era con Dios. Y el Verbo era Dios." La creación de un nuevo lenguaje con el fin de re-crearnos a nosotros mismos nuevamente, nos adentra en las figuras arquetípicas del "Sanador Herido" y el "Artista Creativo." En la animación de estas figuras arquetípicas, activamos y participamos creativamente en nuestro propio proceso evolutivo, ampliando y perfeccionando las formas en las que tel-empáticamente comulgamos y telepáticamente nos comunicamos entre nosotros, así como con nosotros mismos.
Además, parte del restablecimiento de la palabra "demonio" y "posesión," como lleno de significado, es el de complementar estas palabras con la idea de que si tenemos una reacción y llegamos a ser "accionados" por estas palabras, la figura dentro de nosotros que se acciona o dispara podría ser el mismo demonio que nos está poseyendo (por favor, ver mi artículo "Accionado por el Mal").
He acuñado el nombre de "Demonio no-local" ("DNL" para abreviar) para "capturar" este elusivo, mercurial demonio no local que "ronda" nuestro mundo. Al igual que la acuñación de una moneda, cuando acuñamos una frase y encontramos el nombre, creamos moneda corriente en el reino de la mente con la que ejercer el comercio entre sí, así como con nosotros mismos. Esto es para generar consciencia, que es algo de valor genuino.
Una vez que vemos cómo el DNL opera clandestinamente en todo el campo subyacente de consciencia mediante la ocultación y ofuscación en y a través de nuestro inconsciente, enganchándose e insinuándose en nuestros puntos ciegos, hemos simultáneamente retirado su poder a la vez que nos hemos empoderado a nosotros mismos, creando una riqueza de nuevas formas que nos permite responder de manera creativa que previamente no estaban disponibles.
Siendo no-local, una de las formas en que el DNL se encarna es a través de nuestras re-acciones inconscientes internas, para encontrarse con la multitud de formas-alteradas y disfraces del DNL en el mundo exterior. La forma de tratar más eficazmente con un demonio es volver nuestra atención con valentía hacia lo que se desencadena dentro de nosotros. El texto gnóstico; El Evangelio de Felipe, dice:
El origen de los demonios se encuentra dentro de nosotros mismos. En comparación a existir "en virtud" de algo, los demonios sólo pueden vivir por la "falta de virtud" de nuestras propias mentes oscurecidas y sin examinar. La cita Gnóstica anterior trae a la mente el famoso pasaje de Pablo en el Nuevo Testamento: "Lo que me gustaría hacer, no lo hago, y lo que no haría, lo hago." (Romanos 7:15 Versión Rey Jaime), que es una expresión clara y sencilla de nuestra propensión humana para la posesión, si alguna vez la hubo.
Un complejo autónomo no-iluminado y no reconocido nos obliga a actuar diabólicamente en contra de nuestras mejores intenciones, como cualquiera de nosotros que hayamos luchado contra toda forma de comportamiento adictivo sabe por experiencia propia. El estar poseído por demonios es un problema tan antiguo como la humanidad.
Todos somos chamanes y curanderos potenciales, porque al metabolizar la oscuridad y asimilar nuestros propios demonios, les añadimos luz y "aligeramos" de manera no-local, la sombra colectiva para todo el mundo (por favor, ver mi artículo, "Todos somos chamanes-en-Formación.") Si los demonios no están integrados, tampoco lo está el alma humana, es decir, que la adopción e integración de nuestros demonios es fundamental para la evolución del alma. Jung sopesa: "¿Cómo se puede integrar el mal? Sólo hay una posibilidad: El asimilarlo, es decir, elevarlo al nivel de la consciencia."
Elevar los demonios al nivel de la consciencia les resta su existencia autónoma, ya que vuelven a juntarse a la unidad profunda de la psique. Jung comenta: "Entonces el opus magnum [el 'gran trabajo' de la alquimia] está terminado, el alma humana está completamente integrada." (Véase mi artículo "El Arte Sagrado de la Alquimia").
LO DEMONÍACO
Para citar al señalado psicólogo Rollo May, lo demoníaco es "cualquier función natural que tenga el poder para hacerse cargo de toda la persona [o nación entera]...lo demoníaco puede ser tanto creativo o destructivo [es decir, demoníaca]...la violencia es lo demoníaco vuelto torcido...en épocas [como la nuestra] tienden a haber momentos en donde lo demoníaco se expresa en su forma más destructiva."
Lo demoníaco no es una entidad metafísica objetiva existente en el sentido Cristiano, sino que es una función arquetípica de la experiencia humana, una realidad psíquica, así como una realidad existencial en la que todos participamos.
Lo demoníaco es una energía arquetípica que puede apoderarse de una persona, un grupo o una nación. Jung escribe:
Los arquetipos son entidades dinámicas vivas, instintos psicológicos o campos de información de influencia que proporcionan la plantilla subyacente de los patrones humanos de comportamiento, percepción y experiencia. Lo demoníaco se anuncia mediante el reclutamiento de las personas a su servicio, alistando los seres humanos como instrumentos de su revelación a-cuerpo-entero de sí mismo. Jung comenta:
Lo demoníaco se expresa a través de nuestro reclutamiento a su causa y obligándonos a actuar externalizandolo inconscientemente a fin de darse forma viva a sí mismo en la tercera dimensión.La palabra demoníaca está relacionada con "el diablo," que a su vez se relaciona con la palabra diabólica, cuyo significado interior es dividir, separar, y des-integrar. Al ser divisivo, lo diabólico nos escinde en varios trozos fragmentados y compartimentados. Jung comenta:
Convertirse en un verdadero seguidor de Cristo, que es el símbolo del Ser totalmente integrado, es transformar la naturaleza diabólica de la disyunción en una sagrada conjunción, donde se conectan todas las partes de la psique y los opuestos se unen. Esta es la razón por lo que la mayor protección contra los demonios es estar en contacto con nuestraintegridad intrínseca, que ha de ser "dueña de sí misma", - en posesión de la parte de nosotros que no es 'poseíble,'- que es el Ser, la totalidad de nuestro ser.
El antónimo de la palabra diabólico es simbólico, que, además de ser el lenguaje de los sueños, significa reunir, unir e integrar. Lo demoníaco es un fenómeno cuántico, que contiene tanto lo simbólico y lo diabólico codificado dentro de sí en un estado de superposición, es decir, que oculto dentro de lo demoníaco está la semilla creativa de su propia transformación. Ambas fuerzas constructivas y destructivas están plenamente presentes en lo demoníaco simultáneamente, y cualquiera de las energías puede, potencialmente manifestarse, dependiendo de cómo una consciencia observadora interactúa con ello.Para citar a Jung:
Escondido en lo demoníaco está nuestra voz interior, nuestro espíritu guía, nuestro ángel y nuestro genio. Jung se refiere a lo demoníaco como "la creativa desapercibida", es decir, es la creatividad todavía no "hecha realidad" o lograda por el yo. El desarrollo de un yo sano y fuerte es de vital importancia para entrar en relación a y expresar creativamente las energías demoníacas dentro de nosotros. Una de las cosas más destructivas de la psique humana es la creatividad no realizada.
Si lo demoníaco no es honrado y tratado religiosamente (es decir, cuidadosamente considerado con reverencia y un sentido de lo sagrado), se constela negativamente y se convierte verdaderamente en "demoníaco," en el sentido destructivo de la palabra. Jung comenta:
Antes de que un arquetipo pueda ser conscientemente integrado, siempre se manifestará físicamente, ya que, en palabras de Jung, "...fuerza al sujeto en su propia forma." En su forma negativa, que es una verdadera forma virulenta de la locura, a nosotros, debido a nuestra inconsciencia, se nos convierte en un conducto viviente de la encarnación de una energía malévola, depredadora y rapaz inhumana, que sólo se preocupa por la alimentación de su propio narcisismo insaciable, en última instancia, victimizando, consumiendo y canibalizando tanto a nosotros mismos como a otros en el proceso. Al describir este momento de ser poseído, Jung elabora:
Esta energía en-toxicante, que es el yo narcisista campando a sus anchas mientras se auto-encanta, es el combustible que anima cualquier forma de adicción. "La intoxicación," para citar a Jung, es "esa forma más directa y peligrosa de la posesión," que salvo que se reflexione sobre ella, y así es iluminada y transformada por la luz de la consciencia, conduce inevitablemente a la autodestrucción.Jung nos recuerda que:
Entonces caemos en la regresión infinita y perpetúa retroalimentación de negar que estamos en la negación, una cepa de creación propia de la locura a la que le he dado el nombre de "egofrenia maligna" o "enfermedad del yo", para abreviar. Esta es una forma de auto-engaño, disociación y ceguera psíquica en la que estamos mintiendo en última instancia, y ocultando de nosotros mismos. Llegado a cierto punto este proceso se atrinchera dentro de la psique de tal manera que desarrolla impulso suficiente para convertirse aparentemente en su propia auto-generada entidad autónoma. Entonces nos hemos convertido en un "problema" para nosotros mismos, creando nuestro propio monstruo de Frankenstein en el proceso, que es nosotros. Podemos entonces decir que somos la encarnación de la enfermedad del yo en persona de carne y hueso, su revelación en forma humana.Similar a ser poseído por un demonio, estar apoderado por la enfermedad del yo es al mismo tiempo su propia auto-revelación y, codificada dentro de la aparente patología, está su propia medicina.
Una de las principales formas en que los demonios se empoderan en nosotros es cuando somos inconscientes de nuestra sombra. Jung dice:
En la medida en que no somos conscientes de nuestra sombra es la medida en que no somos conscientes de nuestro potencial para promulgar involuntariamente nuestro inconsciente de una manera que podría ser hiriente. Jung escribe:
Comprender los "aspectos inconscientes" es arrojar luz sobre las partes dormidas más oscuras de nosotros mismos - "el lado negativo de lo que hacemos" - que es esencialmente el acto de toma de consciencia. Los demonios están actuando a cabo por sí mismos a través de nuestros puntos-ciegos psíquicos. Jung comenta:
Los lugares en los que somos poseídos por nuestro inconsciente son los lugares en nosotros mismos en donde no somos capaces de ver, donde "nuestros ojos no están," donde no somos capaces de la especulación auto-reflexiva. Simbólicamente, esto es como un vampiro que no proyecta reflejo en el espejo. Jung escribe:
Curiosamente, Jung se refiere simplemente a la "proyección de la sombra," un proceso en el que proyectamos nuestros propios aspectos no-abrazados (nuestra "propia condición") sobre el prójimo, como "la mentira." Uno de los significados de la palabra "diablo" es "el mentiroso." (Por favor véase mi artículo "La Proyección de la Sombra: El Combustible de la Guerra" y "La Proyección de la Sombra es su Propia Medicina"). La proyección de nuestra sombra sobre los demás es una actividad que es en sí misma una expresión del diablo que se esconde dentro de nosotros, al acecho detrás de la proyección. Hablando sobre lo fácil que es para los "demonios" encontrar una nueva víctima, Jung comenta:
Jung comenta sobre el estado de estar poseído por arquetipos tales como el demoníaco cuando escribe:
El arquetipo invisible sin forma se ha in-formado a sí mismo y se ha hecho visible a través de la persona, grupo o nación de la que se apodera. Se puede decir que es la viva encarnación del arquetipo, ya que son la revelación hinchada completa en toda regla, en la forma.Una cualidad esencial de ser poseído por el inconsciente es la de no saber que estamos poseídos porque si lo supiéramos, no estaríamos poseídos. Para citar a Jung:
Cuando somos idénticos con algo, no somos capaces de diferenciarnos de él, es decir, no tenemos la libertad de elección con respecto a aquello con lo que nos identificamos inconscientemente. Cuando nos identificamos con y representamos el inconsciente, somos verdaderamente inconscientes.Jung conjetura:
A pesar de que un arquetipo se expresa a través de los individuos, un arquetipo es impersonal. Los arquetipos que nos alistan para sus fines, tomando posesión de nosotros como un objeto de propiedad, y nos abandonan cuando ya no les somos útiles. Jung continúa:
El no saber que estamos poseídos por el inconsciente, es como si los padres no estuvieran en casa, creando una oportunidad para que los niños (el inconsciente) actúe sin restricciones. Jung dice:
El surgimiento de fuerzas inconscientes del inconsciente colectivo normalmente evoca confusión y ceguera, es decir, pérdida del conocimiento. Jung continúa,
Es como si un invisible golpe de estado hubiera tenido lugar dentro de la psique. Cayendo en el autoengaño, la mente consciente está bajo la ilusión de que ella está decidiendo, de que está en control, mientras que en realidad está siendo dirigida y manipulada como un títere. Citando a WH Auden: "Somos vividos por Potencias que simulamos entender."
Jung dice: "El diablo es la sombra imitando a Dios." Cuando estamos poseídos por el inconsciente, una energía arquetípica más potente, se desplaza de forma y toma nuestra forma aparente, que absorbemos en, identificamos con y consideramos que es quienes somos.
Engañados y embaucados por el hábil "arte de vender" de este impostor de nosotros mismos, "compramos" su versión de quienes somos. Vivimos entonces una simulación de nosotros mismos, imitándonos a nosotros mismos, convirtiéndonos en una copia maestra, un duplicado de nuestro ser original. En la medida en que inconscientemente estamos poseídos por el demonio, es como si un parásito psíquico se hubiera hecho cargo de nuestro cerebro y nos haya bureado, su anfitrión, a pensar que estamos alimentando y fortaleciéndonos nosotros mismos, mientras que en realidad estamos nutriendo al parásito.
Es como si nuestro alma hubiera sido secuestrado por una fuerza arquetípica más profunda, y haya sido sustituido por una pálida imitación de nosotros mismos, y, en la medida en que hemos sido apoderados, ni siquiera nos damos cuenta. Los arquetipos, señala Jung, "tienen la más desagradable de las cualidades de aparecer con nuestro propio aspecto." El espíritu del inconsciente nos suplanta, engañándonos incluso a nosotros mismos, mientras se encubre con nuestra forma. Este espíritu mercurial "se ha vestido de nosotros" como un disfraz, apareciendo como nosotros mismos, o por lo menos como quienes nos imaginamos ser.
Comentario: Recomendamos leer la primera y la segunda antes de proseguir con esta inquietante tercera parte.
Traducido de Gladys Molina del artículo original de Paul Levy; "Are We Possessed?"
Describiendo la experiencia de ser dirigidos y asumidos por el inconsciente, Jung continúa:
¿A cuántas personas conocemos, incluyendo a veces a nosotros mismos, que como zombis, compulsivamente y mecánicamente promulgan sus patrones habituales sin la espontaneidad y la creatividad, como un robot programado? Jung dice:
Cuando estamos poseídos por un arquetipo, es como si estuviéramos congelados en el tiempo, similar a lo que ocurre en un trauma, en el que nos obsesionamos en un punto de vista rigidizado que se refuerza a sí mismo. Nos identificamos inconscientemente con la "persona", la personalidad de fachada que hemos creado para la protección y la presentamos al mundo, no tenemos profundidad real, y dejamos de crecer y evolucionar.
El "alterar" o modificar nuestra actitud sería el salir de nuestra "alter-personalidad," que es dejar de adorar el "altar" del falso yo de forma compulsiva y ritualista, y pasar a nuestro auténtico yo.
Jung elabora sobre el proceso de caer bajo el hechizo de un arquetipo activado cuando escribe:
La imagen de Dorothy y sus amigos durmiéndose en el campo de amapolas cuando se acercan a la Ciudad Esmeralda en la película "El Mago de Oz" expresa simbólicamente esta situación arquetípica de caer bajo un hechizo cuando nos acercamos a lo sagrado.
Al identificarse inconscientemente con y ser poseído por el demonio, a nivel personal y humano renunciamos a nuestra humanidad y nos convertimos en una cáscara vacía. Al mismo tiempo, sin embargo, accedemos, y nos convertimos en canales de, e inflados por, una energía más potente, una energía arquetípica y no humana que nos atraviesa. Cuando estamos poseídos por un arquetipo, somos una yuxtaposición paradójica de cualidades subhumanas y sobrehumanas a la vez. Jung continúa:
Cuando llegamos a ser apoderados por un arquetipo nos inflamos, inconscientemente identificándonos con poderes divinos, olvidando al mismo tiempo nuestra humanidad. Jung aclara:
Interesantemente, uno de los significados de la palabra "maldad", etimológicamente hablando, es transgredir fronteras. Continuando con su descripción sobre el estado de estar poseído por un arquetipo, Jung dice:
Comportándose como si él, como yo, fuese ese arquetipo, juega a un papel arquetípico mítico y se identifica inconscientemente con él ("al que ha tomado como de ser su propio yo"), engañándose a sí mismo, y potencialmente a otros, en el proceso. Jung continúa:
El arquetipo sin forma adquiere y se expresa a través de la forma limitada y particular de la personalidad del yo. El arquetipo activado transfigura el yo desde el interior a fin de adaptarse a sus propósitos. Jung continúa:
Influir en el campo
Fusionada e inflada por el hipnóticamente fascinante campo de fuerza del arquetipo, la gente así poseída se convierte en portavoces y amplificadores del arquetipo para transmitir y extenderse de forma no local, encarnándose por todo el campo de la consciencia. Jung escribe:
Las personas que son cautivadas por un arquetipo tienen un efecto cautivador sobre los demás, cuando estamos bajo la fascinación de un arquetipo, involuntariamente tenemos una influencia fascinadora sobre los demás. Jung señala que
Las personas poseídas por su inconsciente tienen un efecto magnético, carismático y "posesivo" sobre el inconsciente de los demás. La parte de ellos que está hechizada evoca la parte sugestionable y endemoniada correspondiente de la psique de los demás y la engancha, embelesándola y arrastrándola en su giro arquetípico. En otras palabras, cuando alguien está poseído por un arquetipo, son, literalmente el canal a través del cual ese arquetipo, tanto a nivel local y no local, se está materializando en el campo, que es decir, que ejercen gran influencia energética en su entorno. Jung dice:
Hasta el punto en que nos identificamos con y por lo tanto poseídos por el arquetipo, es la medida en la que no somos conscientes de la correspondiente influencia que tenemos en el inconsciente de los demás. Esta es una situación peligrosa porque estamos actuando inconscientemente, de tal manera que esto garantiza que vayamos a abusar de nuestras cuestiones de poder no resueltas en la medida en que permanezcamos inconscientes. Jung va directo al grano cuando escribe:
La conexión con el arquetipo es como arrancar un acorde de mayores dimensiones de nuestro ser, que activa inmediatamente una resonancia en el inconsciente colectivo del que lo oye. Al igual que el péndulo con el swing mas fuerte arrastra a todos los otros péndulos en su apogeo, la persona que está canalizando el poder viviente de la fuerza arquetípica más profunda puede potencialmente en-colar y en-tranzar a otros.
Este poder puede ser usado para el bien mayor - en ayudar a las personas a despertar - o puede ser usado para el mal más profundo con el fin de manipular, des-empoderar y esclavizar a otras personas. Siendo arquetípica, esta energía fundamentalmente no es ni buena ni mala, pero potencialmente puede manifestarse en cualquier dirección dependiendo de nuestra intención.
Hablando del poder hipnótico del arquetipo, Jung escribe:
Cuando se constela un arquetipo, la lógica racional y los hechos no tienen ningún efecto. La profunda emoción que es característica de un arquetipo activado garantiza que, en palabras de Jung:
El identificarse inconscientemente con un arquetipo es extremadamente peligroso, en cuanto a que está en la raíz de las psicosis, tanto individuales como colectivas. Nuestra tendencia a caer sin saberlo en las garras de un arquetipo, anima lo que está siendo escenificado en el teatro del mundo, es decir, que el origen de los acontecimientos mundiales es el inconsciente de la humanidad (por favor, ver mi artículo "Todo está en la psique")
Jung escribe: "Nadie puede caer en la cuenta de un arquetipo sin primeramente haberse identificado con él." Hablando de nuestra tendencia inicial para la identificarnos y llegar a estar enganchados por arquetipos activados, Jung continúa, "...no puedes ser consciente de ellos sin haber sido exhaustivamente capturado por ellos."
Nadie puede entender su demonio sin primeramente haberse identificado inconscientemente con él, es decir, alcanzado por él, y por lo tanto, poseído por él. En el proceso de integración, tenemos que aprender a experimentar nuestro demonio arquetípico tanto desde el exterior como desde el interior. Experimentar el arquetipo desde el exterior significa experimentarlo de forma objetiva, como algo aparte de nosotros, que significa separarnos de él, porque un arquetipo, en palabras de Jung, "...puede ser verdaderamente entendido sólo si se experimenta como una entidad autónoma." En última instancia, tenemos que ver ambos el arquetipo como objeto fuera de nosotros mismos, así como experimentar lo que se siente con relación a nosotros, lo cual es una experiencia dentro de nosotros mismos.
Tal vez haya una razón oculta en el plan más profundo de las cosas por la que, nosotros como especie, tenemos una tendencia a ser apoderados por nuestro inconsciente. Jung señala que "...los complejos autónomos están entre los fenómenos normales de la vida y conforman la estructura de la psique inconsciente."
Tener complejos autónomos, o tener un demonio o dos de repuesto en el armario, es un fenómeno humano "normal," algo que todos poseemos, al mismo tiempo que nos posee. Identificándose con nuestro inconsciente de tal manera que actuamos escenificando, es decir, estar poseídos, parece ser una expresión natural de la experiencia humana. ¿Podría haber un potencial evolutivo oculto, una teleología subyacente, un misterioso propósito u objetivo, que nos está poseyendo para que actuemos como lo estamos haciendo?
Tal vez estemos siendo ideados para ser los mismos instrumentos y parteras a través del cual los arquetipos se transforman, transforman al mundo y a nosotros mismos también. Ser poseído por el inconsciente es, paradójicamente, la forma en que aprendemos a no ser poseídos, que claramente aun no hemos aprendido todavía, o no estaríamos poseídos.
Al diferenciarnos del arquetipo, lo hacemos consciente, mientras nos creamos a nosotros mismos en relación a él. Al relacionarnos con el arquetipo de manera consciente, no caemos bajo la esclavitud del arquetipo, sino que somos capaces de mediar, humanizar y canalizar sus energías trans-personales y sus contenidos de manera constructiva, creativa y enriquecedora de la vida. A medida que nos conectamos con el otro a través de nuestra lucidez, podemos potencialmente convertirnos en un vehículo a través del cual los propios arquetipos se transforman y evolucionan, que instantáneamente y no-localmente, tiene un efecto transformador evolutivo por todo el campo entero de la consciencia colectiva.
Mitológicamente hablando, la figura del "aspirante a héroe," que somos todos nosotros en potencia, siempre está habitada por un demonio. El tener un demonio instalado en nosotros es la misma cosa que "hace" de nosotros un héroe. Nuestra lucha heroica contra la garra paralizante del demonio es iniciática, en cuanto a que suscita nuestros latentes poderes creativos. El llegar a la concordancia y la lucha con nuestro demonio, es decir, con nosotros mismos, nos creamos a nosotros mismos. El demonio es la fuente de toda creatividad. Se necesita verdadero valor para hacer batalla con estas fuerzas internas y arrancarles el mítico "tesoro difícil de alcanzar," que no es otro que nuestro ser de alma-llena. Jung comenta:
Cuando caemos en la cuenta de un arquetipo tal como el demoníaco, somos capaces, de adentro hacia afuera, de canalizar su poder trans-personal en un creativo, alma llena, espíritu vivificante que proviene de una fuente más allá de nuestro yo. Codificado en lo demoníaco está todo cuanto necesitamos para nuestra curación y auto-realización, como si lo demoníaco fuera una compensación del campo más unificado y unificador de la consciencia, que nos ofrece exactamente lo que se requiere para despertar. Los demonios son como máquinas nautilos psíquicas que soñamos para ayudarnos a desarrollar los músculos de la comprensión. Alquímicamente transmutando en el acto la potencial destrucción de lo demoníaco en estimuladores de nuestra propia lucidez creativa, damos a luz a nuestro demonio, nuestro guía espiritual. O más bien, en ese momento nuestro demonio nos da a luz a nosotros.
El caer en la cuenta de un arquetipo como lo demoníaco, es comprendernos a nosotros mismos como un agente activo y participativo en la creación de nuestra experiencia de nosotros mismos en relación con el mundo. Esta toma de consciencia viene con una gran responsabilidad.
Se nos ofrece una elección: o seguimos destruyéndonos a nosotros mismos, o aprendemos juntos cómo crear un nuevo mundo.
Todo depende de nuestro reconocimiento de lo que se nos está revelando mientras actuamos con nuestro inconsciente en el mundo. La emergencia de lo demoníaco en nuestro mundo es a la vez potencialmente y realmente la puerta de entrada y la revelación de la luz. Al ser una función de nuestra consciencia, el cómo se materializa lo demoníaco - cómo el mal destructivo más profundo, o cómo genio creativo, no depende de otra cosa que de cómo lo que soñamos. Jung comenta: "El arquetipo es espíritu o anti-espíritu, lo que en última instancia demuestra ser, depende de la actitud de la mente humana."
Cuando llegamos a ser poseídos por el inconsciente, somos inconscientemente asumidos por nuestros primitivos instintos, nuestros instintos animales, de tal manera retrocedemos, involucionamos y caemos en nuestra naturaleza inferior. Jung explica:
Me imagino que todos conocemos a personas así, personas que están bajo un hechizo de tal manera que realmente no hay dialogo con ellos, ya que perversamente ingieren e interpretan la reflexión que se le está ofreciendo de su inconsciencia como prueba de la exactitud de su punto de vista deludido.
Psicológicamente hablando, están poseídos, como si una "entidad" se hubiera hecho cargo, ellos ya no están ahí, y literalmente no tienen ni idea, de su circunstancia. Cuando un grupo de personas en esta condición llegan a un acuerdo sobre la "verdad," y se convierten en miembros con carnet de un "ismo" dogmático, se está fermentando una psicosis colectiva en el caldero del inconsciente colectivo.
Comentario: Y llegamos al final de este viaje con la última parte de este fascinante artículo. Si te perdiste las partes anteriores puedes leerlas aquí: 1ª parte; 2ª parte; 3ª parte
Comentario: nuestros lectores más incondicionales notaran que esta idea de una epidemia psíquica y las terribles consecuencias que puede ocasionar a nuestro planeta ha sido tratada en numerosos Enfoques SOTT.
No se puede acabar con el mal si antes no lo hemos comprendido y ese es el principal objetivo de SOTT, comprender "el mal", e intentamos apoyar nuestras convicciones desde todas las disciplinas posibles. Así que, para aquellos lectores que encuentren estas ideas de Levy muy abstractas, poco prácticas o demasiado espirituales, la Ponerología Política deAndzrej Lobaczewski plantea, desde una perspectiva científica, un estudio metodológico del origen del "mal" y de cómo se llega finalmente a esta "Epidemia Psíquica".
Y ahora disfruten de la lectura de esta última parte, donde Paul Levy guarda para el final una "sorpresa" esperanzadora.
- Los Maestros del Engaño: Wetiko
Para una visión más científica del origen del mal les recomendamos, fervientemente, la lectura de Ponerología Política:
- Reflexiones sobre Ponerología Política
Tomado de: http://es.sott.net/article/22842-Estamos-poseidos-4a-y-ultima-parte-Psicosis-colectiva
Estas publicaciones son sumamente importantes porque nos muestran la verdad y nos posiblitan comprender y expresar "identificar con nombre propio el gran mal que nos agobia tortura y destruye si no actuamos", pero se hace prioritario que se pueda llegar a la gente con mayor claridad (sencillez) porque no todos tienen la capacidad de descubrir el halo de misterio y mentira que nos sume en la ignorancia, del cual se valen los que perpetúan el mal para la humanidad, es necesario y urgente que las personas del común hablen de una verdadera espiritualidad que nos sostenga en la verdad y el sano actuar para evitar que el mal nos destruya, pero sin ligar ésto al misterio que hace que todos crean que no se puede realizar un cambio como si las cosas espirituales no fuesen para los humanos que habitamos este planeta. Es a cercar la VERDAD a todos para ser eficaces en el alcance del logro de la Felicidad, promesa máxima para quienes vivimos en esta tierra. Cómo le hacemos? Sugiero no permitir la continuidad de lo que impida que las víctimas (las mayorías) lleguen a la comprensión, por ejemplo, hacer parecer que las cosas son mágicas, inanlcanzables, superiores a nuestras fuerzas, etc. GRACIAS POR SUS LOABLES APORTES. France Helena
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