Viernes 17 de junio de 2011, p. 4
Nueva York, 16 de junio. Noam Chomsky afirma que la
guerra contra las drogasfue inventada para suprimir tendencias democráticas en Estados Unidos y empleada para justificar las intervenciones y control de amenazas al poder imperial en el extranjero.
En entrevistas y escritos a lo largo de los años recientes, el intelectual disidente más destacado de Estados Unidos ha reiterado que esa guerra siempre ha tenido otros objetivos, distintos a los oficialmente pronunciados.
Afirma que mantiene la misma óptica sobre el tema que ofreció en entrevista a La Jornada en la ciudad de México, durante el festejo del 25 aniversario de este periódico, cuando afirmó:
“La guerra contra la droga, que desgarra a varios países de América Latina, entre los que se encuentra México, tiene viejos antecedentes. Revitalizada por Nixon, fue un esfuerzo por superar los efectos de la guerra de Vietnam en Estados Unidos.
“La guerra (de Vietnam) fue un factor que llevó a una importante revolución cultural en los 60, la cual civilizó al país: derechos de la mujer, derechos civiles, o sea, democratizó el territorio, aterrorizando a las elites. La última cosa que deseaban era la democracia, los derechos de la población, etcétera, así que lanzaron una enorme contraofensiva. Parte de ella fue la guerra contra las drogas.
“Ésta fue diseñada para trasladar la concepción de la guerra de Vietnam, de lo que nosotros les estábamos haciendo a los vietnamitas, a lo que ellos nos estaban haciendo a nosotros. El gran tema a finales de los 60 en los medios, incluso los liberales, fue que la guerra de Vietnam fue una guerra contra Estados Unidos. Los vietnamitas estaban destruyendo a nuestro país con drogas. Fue un mito fabricado por los medios en las películas y la prensa. Se inventó la historia de un ejército lleno de soldados adictos a las drogas que al regresar se convertirían en delincuentes y aterrorizarían a nuestras ciudades. Sí, había uso de drogas entre los militares, pero no era muy diferente al que existía en otros sectores de la sociedad. Fue un mito fabricado. De eso se trataba la guerra contra las drogas. Así se cambió la concepción de la guerra de Vietnam a una en la que nosotros éramos las víctimas.
“Eso encajó muy bien con las campañas en favor de la ley y el orden. Se decía que nuestras ciudades se desgarraban por el movimiento antibélico y los rebeldes culturales, y que por eso teníamos que imponer la ley y el orden. Allí cabía la guerra contra la droga.
“Reagan la amplió de manera significativa. En los primeros años de su administración se intensificó la campaña, acusando a los comunistas de promover el consumo de drogas.
“A principios de los 80... fue cuando la tasa de encarcelamiento se incrementó de manera significativa, en gran parte con presos negros. Ahora el número de prisioneros per cápita es el más alto en el mundo. Sin embargo, la tasa de criminalidad es casi igual que en otros países. Es un control sobre parte de la población. Es un asunto de clase.
limpieza socialFoto Carlos Ramos Mamahua
La guerra contra las drogas, como otras políticas, promovidas tanto por liberales como por conservadores, es un intento por controlar la democratización de fuerzas sociales, concluyó.
Chomsky abundó sobre estos puntos en su ponencia en la UNAM, donde agregó más sobre las dimensiones internacionales de la guerra antinarco de Estados Unidos. Afirmó que al intervenir para controlar políticamente ciertas regiones del mundo, incluyendo América Latina, “el pretexto es la ‘guerra contra las drogas’, pero es difícil tomar eso muy en serio, aun si aceptáramos la extraordinaria suposición de que Estados Unidos tiene derecho a encabezar una ‘guerra’ en tierras extranjeras.
“Los estudios llevados a cabo por el gobierno estadunidense, y otras investigaciones, han mostrado que la forma más efectiva y menos costosa de controlar el uso de drogas es la prevención, el tratamiento y la educación. Han mostrado además que los métodos más costosos y menos eficaces son las operaciones fuera del propio país, tales como las fumigaciones y la persecución violenta. El hecho de que se privilegien consistentemente los métodos menos eficaces y más costosos sobre los mejores es suficiente para mostrarnos que los objetivos de la ‘guerra contra las drogas’ no son los que se anuncian.
“Para determinar los objetivos reales, podemos adoptar el principio jurídico de que las consecuencias previsibles constituyen prueba de la intención. Y las consecuencias no son oscuras: subyace en los programas una contrainsurgencia en el extranjero y una forma de ‘limpieza social’ en lo interno, enviando enormes números de personas ‘superfluas’, casi todas hombres negros, a las penitenciarías, fenómeno que condujo ya a la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, por mucho, desde que se iniciaron los programas, hace 40 años”.
En sus ensayos, por ejemplo en su libro Hopes and prospects (Esperanzas y realidades), Chomsky escribió que sería imposible pensar que Estados Unidos aceptaría cualquier intromisión de otro país u organización internacional para controlar el consumo y producción de estupefacientes en su propio territorio.
La idea de que extranjeros deben interferir con la producción y distribución de sustancias letales (en Estados Unidos) es plenamente impensable. El hecho de que la justificación para los programas antinarcóticos en el extranjero es aceptado como plausible, hasta considerado como algo que vale la pena discutir, es otra ilustración de las profundas raíces de la mentalidad imperial en la cultura occidental.
http://www.jornada.unam.mx/2011/06/17/index.php?section=politica&article=004n1pol&partner=rss
Viernes 17 de junio de 2011, p. 3
el enemigo público número uno de Estados Unidos es el abuso de drogas. Para poder luchar y derrotar este enemigo es necesario llevar a cabo una ofensiva nueva y plena. Ésta será una ofensiva a escala mundial abordando los problemas con las fuentes de oferta, como también con estadunidenses desplegados en el extranjero, donde estén en el mundoy con ello declaró
la guerra contra las drogas.
Su primer presupuesto para financiar esta
guerrafue de 100 millones de dólares. Hoy día es de 15.5 mil millones de dólares, 31 veces más que el monto inicial en términos reales.
Pero el inicio de esta política fue en 1969, cuando Nixon caracterizó como una prioridad nacional urgente
ganar la batalla contra el abuso de drogas.
El Rey del rock entra al rescate
En uno de los actos más bizarros de la historia moderna, Elvis Presley se sumó a esta campaña.
agente federalpara ayudar en la batalla contra los estupefacientes, indicando su privilegiada posición como un icono cultural para los jóvenes, y su poder de comunicación con ellos.
En la carta, Presley afirma que
he hecho una investigación a fondo sobre el abuso de drogas y técnicas del lavado de cerebro comunistas y estoy justo en medio de todo esto donde puedo y haré el mayor bien.
Richard Nixon concedió la cita, platicó sobre el asunto, aceptó el regalo de una pistola Colt .45, y se tomó la foto con el ya deteriorado Rey del rock, abandonado ya por las nuevas generaciones marcadas por Woodstock.
Algunos aseguran que Presley estaba drogado en esta cita, como lo estaba durante sus últimos años, y vale recordar que el que se postulaba como campeón antinarcóticos era un adicto que murió de una sobredosis.
http://www.jornada.unam.mx/2011/06/17/politica/003n2pol
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