En el salón secreto del Palacio de Miraflores, donde hay un inmenso bar con botellas a medio beber, están Nicolás Maduro, Vladimir Putin y Barack Obama, quienes sostienen una álgida conversación sobre los intereses de sus gobiernos ante la dura crisis en Venezuela. Barack Obama se siente preocupado pues su mujer se encuentra deprimida. Nicolás Maduro, por su parte, mira al techo del palacio, esperando la iluminación de Hugo Chávez.
Nicolás Maduro–
Nicolás Maduro extraña al pájaro-comandante
En los autos pintan «sos»
(¿qué siglas serán aquellas?);
Putin, no quiero querellas,
¡yo quiero ser como vos!
Tu gobierno está con tos
y fuera de su nivel;
si no me ayudas, Fidel
se enterará del fracaso
(si la gloria está en mi vaso,
¡sé parte de mi cuartel!).
Vladimir Putin mira a Nicolás Maduro con desprecio. Barack Obama les pide a ambos gobernantes sacarse un «selfie», pero Nicolás Maduro piensa que es una maniobra imperialista y rechaza la propuesta.
Vladimir Putin–
Vladimir Putin tiene cara de sanazo, pero es lo contrario
¡Sos un bruto, Nicolás!
Anda de nuevo a la escuela
que te van a dar candela
y a deportarte, además.
¿Derrotado yo? ¡Jamás!
Eso que pasó en Ucrania
fue traición, locura, insania
de los gringos, pero yo
nunca me he tragado un «no»;
¡pagarán por su vesania!
Vladimir Putin camina hacia el bar y se sirve un vodka. Nicolás Maduro se acerca, saca un pañuelo y le limpia el saco. Barack Obama se cuestiona.
Barack Obama–
Barack Obama solo quiere el Petróleo
«I don’t understand», ¿Qué cosa?
¿Me acusan de sus problemas?
Yo tengo mis propios temas:
Afganistán y mis esposa.
Ella está triste, nerviosa;
murió su actor preferido:
El «Cazafantasmas». Pido
comprensión por su dolor
(¡petróleo y más amor!),
que me doy por bien servido.
Barack Obama ríe haciendo un mohín, pero eso no le hace gracia a Vladimir Putin. El líder ruso se molesta con Nicolás Maduro, quien quiere colocarle en la cabeza, una boina de militar del fallecido Hugo Chávez; lo empuja mientras le responde a Barack Obama.
Vladimir Putin–
No te hagas Barack, el vivo.
Bien que quieres, malo, malo,
nuestra Ucrania. Con un palo
destaparé tu motivo.
Sabes que yo soy el divo
más amado de estas tierras;
piénsalo bien, porque yerras
si crees que no me atrevo…
Para los rusos no es nuevo
lo de meternos en guerras…
Barack Obama se pone furioso, pero, a la vez, se percata que su rostro molesto puede ser un «selfie» viral y se saca la foto para luego compartirla en Twitter. Pensar en las decenas de miles de «retuits» de su foto lo pone de buen humor. Nicolás Maduro lo mira con «odio anti imperialista» porque no entiende lo que es un «selfie» y cree que lo que Barack Obama ha hecho es enviar un fax a la Casa Blanca para declarar la guerra a Venezuela. Vladimir Putin le pone una mano en el hombro para que se calme y Nicolás Maduro se muestra como una blanda paloma.
Barack Obama–
Putin: Estás desfasado,
si le di pelea a Irak
fue para ustedes; Barack
cumple siempre lo acordado.
«Wait». ¿Te sientes acusado?
Maduro, estás más que pobre.
«Poor idiot», tienes salobre
la suerte, y estas revueltas
solo quedarán resueltas
cuando «North America» obre.
Nicolás Maduro oye las protestas en las calles y los balazos. Las bombas lacrimógenas los obligan a cerrar las ventanas de la sala. Nicolás Maduro se siente inspirado. Solemne, toma de la mano a Vladimir Putin y la besa. Mira hacia el cielo, se persigna y se dirige con fiereza a Barack Obama.
Nicolás Maduro–
Barack, estarás de duelo
porque el petróleo mío,
será ruso y de mi tío
Putin (¿o será mi abuelo?).
A los «yunaites» congelo
todo el servicio, a su abuela
llórenle y una novela
escriban, que este Maduro
(pese a no tener un duro),
¡será el rey de Venezuela!
Nicolás Maduro se muestra solemne y mira al cielo como buscando una bendición, pero no pasa nada y Nicolás Maduro llora en silencio. Barack Obama sale de escena moviendo la cabeza y Vladimir Putin le da palmaditas a Nicolás Maduro, de consuelo.
(OSCURO RÁPIDO.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario