sábado, 19 de abril de 2014

INDUSTRIA DE LA SALUD: Cuando se usa con fines MILITARES


INDUSTRIA DE LA SALUD: Cuando se usa con fines MILITARES
Lo que no suele ocuparnos es el uso y abuso que se hace de estos conocimientos para fines militares hasta límites insospechados.

Así como conocemos un diccionario básico de enfermedades cotidianas que circundan nuestra salud (constipado, gripe, neumonía, herpes, viruela, sarampión, etc… ) debiéramos conocer, en mi opinión, las características y definiciones que conforman la parafernalia del armamento químico y biológico que esta industria, muy amablemente, desinteresadamente diría yo, nos ofrece en su infinita sabiduría y gracia con el único fín de, cuando las circunstancias e intereses económicos y militares lo requieran, suministrarnos estos productos dispersándolos en el aire y en el agua para nuestro gozo y disfrute momentos antes de caer exterminados por ellos.
El artículo que sigue habla de la definición y características de las armas biológicas:

Armas biológicas: una amenaza latente

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Buscando nuevas formas de destrucción el ser humano ha llegado a militarizar virus, bacterias y hongos de la naturaleza para convertirlos en armas biológicas.

¿Qué son las armas biológicas?

La Federación de Científicos Estadounidenses (FAS) define las armas biológicas como toxinas y microorganismos, como virus y bacterias, capaces de producir enfermedades entre las personas, los animales y la agricultura.
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El uso de las armas biológicas se remonta al año 1500 a.C., cuando los hititas del Asia Menor enviaron víctimas de una plaga al territorio enemigo para enfermarlos y ganar la guerra. Incluso algunos historiadores sostienen que las 10 plagas bíblicas que Moisés llamó sobre los egipcios fueron parte de una guerra biológica.
En 1346, para invadir la ciudad de Kaffa, el ejército tártaro catapultó los cadáveres de las víctimas de la peste dentro de la ciudad para infectar a los ciudadanos. A principios del siglo XX, los alemanes y japoneses usaron al ántrax como un arma biológica.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, fueron los Estados Unidos y el Reino Unido quienes desarrollaron programas de armas biológicas. La amenaza de una guerra biológica hizo que la Organización de Naciones Unidas (ONU) prohibiera el empleo en la guerra de armas biológicas y químicas a través del Protocolo de Ginebra de 1925.
Dicho protocolo se redactó y firmó en la conferencia para la supervisión del comercio internacional de armas y munición. Sin embargo, el primer tratado de desarme multilateral se firmó en 1972 en la Convención sobre armas biológicas de la ONU.
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Dicho tratado prohíbe el desarrollo, producción y almacenamiento de armas biológicas.
Sin embargo, la ausencia de regímenes formales de verificación para controlar su cumplimiento limitó su efectividad. Por ejemplo, la Unión Soviética continuó con el desarrollo de este tipo de armamento hasta su interrupción en 1992.

Producción de armas biológicas

La producción de armas biológicas se puede dividir en tres etapas:
  1. Un agente biológico debe elegirse y adquirirse.En el caso de las toxinas, se debe adquirir el método de producción.
  2. Después de que crezca y se multiplique en cantidades suficientes, se pueden alterar ciertos rasgos y características de los microorganismos.
  3. El agente se prepara para la entrega.
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Elegir el agente requiere que los resultados esperados del ataque coincidan con las características del agente. Estas características pueden ser:
  • Patogenicidad: la cantidad necesaria del agente para producir una enfermedad.
  • Período de incubación: el tiempo entre la exposición y la enfermedad.
  • Virulencia: lo debilitante que es la enfermedad resultante.
  • Letalidad.
  • Transmisibilidad: facilidad con que la enfermedad se propaga a los demás.
  • Tratamiento.
  • Vacunación.
Un patógeno se puede obtener de dos fuentes principales: su entorno natural o un laboratorio de microbiología.

Clasificación de las armas biológicas


Categoría A

  • Son aquellos agentes biológicos que se pueden propagar o transmitir fácilmente de persona a persona.
  • Tienen altas tasas de mortalidad, con un alto potencial de impacto en la salud pública.
  • Pueden causar pánico entre el público y requieren medidas especiales de preparación en la salud pública.
Ejemplos: ántrax, botulismo, peste, viruela, tularemia y fiebres hemorrágicas virales.
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Categoría B

  • Aquellos agentes de transmisión moderadamente alta.
  • Dan lugar a tasas de mortalidad bajas y tasas de morbilidad moderadas.
  • Requieren mejoras específicas de la capacidad de diagnóstico de los hospitales (o centros de control de enfermedades en EEUU) y la vigilancia de la enfermedad controlada.
Ejemplos: brucelosis, toxina de epsilon, salmonella, escherichia coli, muermo, melioidosis, psitacosis, fiebre q, entre otros.

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Categoría C

  • Agentes patógenos que podrían ser manipulados para su uso como un arma biológica por su disponibilidad, la facilidad de producción y transmisión, y el potencial para alta morbilidad y mortalidad.
  • Ejemplos: enfermedades infecciosas emergentes como el virus de Nipah y el hantavirus.
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Las armas biológicas son una amenaza real y es hora de que todos nos enteremos de que se trata, por que no es un problema de los países “enemigos de” o “en contra de”, sino que es un problema que nos puede afectar a todos.
Los patógenos clasificados como A (el ántrax, por ejemplo) pueden llegar a estar en el ambiente por más de 40 años. En próximos artículos hablaremos sobre cada una de las enfermedades que pueden llegar a usarse como armas biológicas.
FUENTE: Ojo Científico

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