? Sí, hace unos días publicamos la simbología de los billetes de dolar, hoy os traemos simbología y
La mayoría de la población no está familiarizada con estos símbolos, y a ojos inexpertos no destacan ni parecen extraños, pero si investigamos un poco el tipo de símbolos frecuentes en las sociedades elitistas nos daremos cuenta de que en casi cualquier serie de dibujos actual esta simbología illuminati, masona, etc, aparece como “guiños” y en algunos casos se muestra de manera descarada y reincidente. Y nuestros pequeños están absorbiendo este “código” como algo normal.
Mas abajo viereis una amplia batería de vídeos de diversas series de dibujos actuales tales como Bob esponja, los Simpsons , padre de familia, Walt Disney, etc…
Investigad, hay demasiados dibujos con este tipo de mensaje, ¿todavia creeis en las casualidades?…seguro que cada vez un poco menos ¿verdad?
Además de la simbología en los dibujos animados, encontrareis un par de artículos sobre el “flashe0” que produjo en muchos niños la serie Pokemon en Japón, o el bajo rendimiento que da Bob Esponja. ¿Nos controlan con la TV? ¿Nos bombardean con frecuencias que nos controlan mentalmente? Seguiremos tratando este tema con información más detallada en próximos artículos…
Víctimas de epilepsia televisiva
Más de 700 niños tienen que ser hospitalizados en Japón tras ver una serie de dibujos animados
Japón, la nación especialista desde hace 50 años en las artes de la paz, acaba de descubrir que hasta los dibujos animados pueden causar bajas. Más de 700 escolares de todo el país tuvieron que ser hospitalizados la tarde del pasado martes, víctimas de crisis epilépticas, tras ver en televisión la serie de dibujos Pokemon, basada en los populares personajes del videojuego Pocket Monsters (monstruos de bolsillo), fabricado por la compañía Nintendo.Los niños, de tres años de edad en adelante, fueron llevados a los hospitales aquejados de convulsiones, vómitos, irritación de ojos y problemas respiratorios, y aún ayer 208 de ellos permanecían ingresados.
La crisis nerviosa que afectó a la población infantil nipona se desencadenó a los 20 minutos de programa -el de mayor audiencia en su franja horaria, las seis y media de la tarde, de la televisión japonesa -, cuando tras las imágenes de una espectacular explosión siguieron cinco segundos de bombardeo de flashes rojos provenientes de uno de los personajes más populares de la serie, una especie de rata que responde al nombre de Pikachu.
El episodio de marras, además de efectos especiales y perjudiciales para la salud, también tenía argumento. Titulado El guerrero informático Porigon, describía a los protagonistas de la serie entrando en un ordenador y luchando unos contra otros. Y la explosión que acabó rompiendo los nervios de los niños consistía en la detonación de una bomba para destruir un virus informático.
El suceso ha conmocionado a la sociedad japonesa y dominó ayer todos los titulares de prensa. Las reacciones fueron inmediatas y de momento han provocado desde la intervención del primer ministro nipón, Ryutaro Hashimoto, hasta la caída en un 1,5% de la acciones de Nintendo en las Bolsas de Osaka y Tokio.
Hashimoto advirtió contra la fascinación de los dibujos animados por las pistolas de rayos y los misiles láser porque en el fondo son “armas” y “sus efectos sobre los espectadores no han sido completamente determinados”. El Ministerio de Telecomunicaciones, por su parte, ya ha abierto una investigación, y la compañía TV Tokio, que difunde los dibujos en asociación con otras 37 cadenas locales, se plantea suspender la emisión del capítulo de la semana que viene si las causas del incidente no están claras para entonces.
Sobre éstas ya se han pronunciado algunos médicos, que han explicado el fenómeno como un caso de “epilepsia fotosintética” o, más concretamente, de “epilepsia televisiva”, producido por la exposición continuada de los niños a un bombardeo de luces brillantes en la pantalla. Una experiencia, afirman, muy desagradable, pero sin peligro y de fácil recuperación. Los doctores que trataron a los escolares, que han contado que algunos llegaron a los hospitales en estado de trance, han pedido a las cadenas de televisión que adviertan sobre los riesgos de estos espacios infantiles antes de su emisión.
Nintendo se ha apresurado a poner distancias entre su videojuego Pocket Monsters y los dibujos epilépticos. La compañía ya ha tenido más de un quebradero de cabeza en el pasado con las crisis de epilepsia causadas por sus productos en algunos de sus usuarios. Ayer, un portavoz de la empresa insistía en que el videojuego es en blanco y negro, que sólo tiene en común con los dibujos los personajes y que sus productos se venden desde 1993 con una advertencia sobre sus riesgos “en personas que sufran epilepsia fotosensible”.
Pocket Monsters,que aún no se comercializa en España, ha vendido siete millones de unidades en Japón desde febrero de 1996 y Nintendo tenía previsto ponerlo a la venta en el resto del mundo en 1998. Pero tal vez sus planes tengan que esperar. La cadena de alquiler de vídeos más grande de Japón ha anunciado que va a retirar el videojuego de sus 940 tiendas y un buen número de televisiones se han comprometido a estudiar sus dibujos animados por si pueden producir ataques de epilepsia. Si cunde el ejemplo, se podrá repetir aquello de que nunca tan pocos salvaron a tantos.
Bob Esponja” produce daño mental en los niños.
Se percibieron los problemas en un estudio realizado entre 60 niños seleccionados al azar, a quienes se les asignaron que miraran “Bob Esponja” o los dibujos animados de ritmo más lento “Caillou” que trasmite PBS (el servicio de televisión pública estadounidense), o bien que se dedicaran a dibujar.
Inmediatamente después de estas asignaciones de nueve minutos, los niños fueron sometidos a pruebas de función mental. Aquellos que vieron “Bob Esponja” realizaron las tareas con un rendimiento mucho más bajo que los otros.
En investigaciones previas se vinculó a la televisión con problemas de atención de largo plazo en los niños, pero el nuevo estudio indicó que pueden ocurrir problemas más inmediatos después de un breve período de exposición, resultados que deberían poner en alerta a los padres de niños pequeños, dijeron los autores del estudio.
Los dibujos animados para niños muestran típicamente unos 22 minutos de acción, por lo cual, mirar un programa completo “podría ser de más detrimento”, conjeturaron los investigadores, pero agregaron que se requiere más evidencia para confirmar esa hipótesis.
Los resultados deberían ser interpretados con cautela debido al tamaño reducido del estudio, pero refuerza la impresión de que la exposición a los medios constituye un asunto de salud pública, destacó el doctor Dimitri Christakis, especialista en desarrollo infantil del Hospital Infantil de Seattle.
El experto escribió un editorial que acompaña al estudio publicado el lunes en el cibersitio de la revista Pediatrics. Christakis recomendó que los padres necesitan darse cuenta de que los programas muy rápidos no parecen ser los adecuados para los niños muy pequeños. “Lo que los niños miran tiene gran importancia, no se trata de cuánto tiempo miran”, destacó.
Angeline Lillard, catedrática de Psicología de la Universidad de Virginia y directora del estudio, afirmó que “Bob Esponja”, trasmitido por Nickelodeon, no debería ser señalado individualmente. La experta dijo se hallaron problemas similares en niños que miran programas de dibujos animados de ritmo muy rápido.
Lillard agregó que los padres deberían tomar conciencia de que a los niños de muy tierna edad se les afecta la capacidad de aprendizaje y el dominio de sí mismos inmediatamente después de ver programas de ese tipo. “No recomendaría que vieran esos programas antes de asistir a la escuela o en cualquier etapa en que se espere que presten atención y aprendan”, agregó.
David Bittler, portavoz de Nickelodeon, refutó los resultados y destacó que “Bob Esponja” está dirigido a niños de seis a 11 años de edad y no a los niños de cuatro años.
“Al reunir a 60 niños de grupos no diversos, que no pertenecen a la audiencia a la que está dirigida el programa y que miran nueve minutos del programa es una metodología dudosa y posiblemente no sentaría las bases para resultado válido alguno en que los padres puedan confiar”, agregó.
Lillard dijo que se eligió a niños de 4 años porque esa edad “es el período clave durante el cual se ve el mayor desarrollo” de cierto autocontrol de su capacidad. Este estudio no podría determinar si acaso los niños de otras edades podrían ser afectados de la misma manera.
La mayoría de niños eran blancos y procedían de familias de clase media o adinerada. Estos recibieron pruebas de función mental comunes después de mirar dibujos animados o de dibujar. Los niños que vieron Bob Esponja tuvieron un promedio de 12 puntos menos que los otros dos grupos, cuyo rendimiento fue casi idéntico.
En otra prueba, que medía el dominio de sus facultades y la impulsividad, los niños fueron catalogados por el tiempo que esperaban para comerse unos bocadillos que se les ofrecieron cuando el investigador salió del salón. El grupo de “Bob Esponja” esperó un promedio de dos minutos y medio, mientras que los otros dos grupos esperaron un promedio de por lo menos cuatro minutos.
El estudio contiene varias limitaciones. Por un lado, los niños no habían sido sometidos a pruebas antes de mirar televisión, pero Lillard dijo que ninguno de los niños estudiados había sido diagnosticado con problemas de atención y todos tuvieron puntajes similares en evaluaciones de sus padres sobre su comportamiento.
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