Según la arqueología oficial, la fundación de la ciudad de piedra que hoy llamamos “Tiwanaku”, situada a aproximadamente 4000 metros de altura sobre el nivel del mar en el altiplano andino, distante unos 22 kilómetros del lago Titicaca, se remonta al siglo III después de Cristo.
La arqueología tradicional ha reconocido a las culturas Pukara (500 a.C.), Uros, Qaluyo y Chiripa como el substrato cultural que dio origen sucesivamente a la civilización Tiwanaku clásica.
El método de datación más importante con el cual se definieron esas fechas fue el del carbono 14. Este sistema tiene, sin embargo, una limitación, pues funciona sólo cuando hay material orgánico, entonces no sirve para revelar la fecha de construcción de edificios megalíticos como los de Tiwanaku o como los de Sacsayhuamán, por ejemplo.
Una de las teorías alternativas que explicarían el origen de Tiwanaku la propuso el polifacético estudioso austríaco Arthur Posnansky (Viena, 1873-La Paz, 1946).
Después de haber finalizado sus estudios graduándose como ingeniero naval, viajó a Suramérica, demostrando un profundo interés en el estudio de las civilizaciones andinas.
Regresó a Europa al final de la guerra del Acre, en la cual Brasil, como vencedor, se apropió de ese territorio.
Posnansky regresó definitivamente a Bolivia en 1903, donde permaneció hasta su muerte, acaecida en 1946.
Fue director del Museo Nacional de Bolivia y de la Sociedad Arqueológica, fundada en 1930.
Durante los primeros 40 años del siglo XX, Posnansky estudió a fondo el enigmático sitio de Tiwanaku y, basándose en cálculos de arqueo-astronomía (que fueron luego confirmados por otros investigadores, como Hancook), afirmó, junto con el estudioso Ralf Muller, que la ciudad de Tiwanaku fue fundada en el 15.000 a.C., en plena era glacial antediluviana.
Según Posnansky, la civilización Tiwanaku antediluviana tuvo que enfrentar enormes catástrofes acaecidas alrededor del decimoprimer milenio antes de Cristo. Estos cataclismos habrían primero elevado el nivel del fondo del lago Titicaca, haciendo que se desbordaran sus aguas, inundando, de esta manera, inmensas extensiones de tierras habitadas y cultivadas.
Posnansky llegó a estas conclusiones porque durante algunas excavaciones encontró esqueletos humanos muy cerca a restos de peces y fósiles de plantas acuáticas que normalmente crecen en las profundidades del lago.
La teoría alternativa de Posnansky también afirma que después de la inundación del 11.000 a.C. hubo una progresiva disminución del lago, que hizo que Tiwanaku, construida inicialmente en las orillas de éste (con los muelles de Puma Punku), estuviera distante unos 22 kilómetros, alejándola de la costa, tan importante para la vida económica de la ciudad hasta el decimoquinto milenio antes de Cristo.
Los sobrevivientes de la inundación y de la sucesiva crisis económica desarrollaron avanzadas técnicas de agricultura que sólo hoy están a punto de ser estudiadas por algunos especialistas arqueo-agrónomos. En particular, lograron obtener, por medio de cruces y técnicas que hasta ahora no se comprenden muy bien, excesos de producción de maíz, quinua, kiwicha, patatas y maca (potentísimo nutriente usado aún hoy), a pesar de que el clima se había enfriado excesivamente.
En su famoso libro Tiwanaku, la cuna del hombre americano, Posnansky propone dos pruebas que según él son esenciales para considerar a Tiwanaku como la ciudad más antigua del mundo.
Primero que todo, la prueba arqueo-astronómica: estudiando el sitio arqueológico, Posnansky sostuvo que cuando se fundó el templo Kalasasaya, el eje terrestre (polo norte-sur) estaba inclinado en la perpendicular de la eclíptica de 23 grados 8’ y 48’’ (actualmente es de 23 grados y 27’).
Según los cálculos de la conferencia internacional de las Efemérides, esa inclinación del eje terrestre correspondía precisamente al 15.000 a.C.
En 1930, Posnansky tuvo contacto con el estudioso alemán Edmund Kiss (1886-1960), quien sucesivamente se unió a las SS de Heinrich Himmler.
Cabe notar que el 23 de septiembre, día del equinoccio de primavera, fue considerado por Kiss como el día de partida del calendario de la Tiwanaku antediluviana.
El objetivo de los estudios andinos de Edmund Kiss, que fue incluido luego en la Ahnenerbe, la entidad de investigación arqueológica creada por Himmler en 1935, que tenía el disparatado propósito de demostrar la superioridad de la imaginaria “raza aria”, era el de encontrar evidencias para probar la teoría del hielo universal de Hans Hörbiger.
Según esta teoría, los Atlantes, luego del cataclismo que destruyó su continente, se habrían fugado navegando hacia el sur y se habrían establecido en el altiplano andino, fundando Tiwanaku 15 milenios antes de Cristo.
No sabemos si Posnansky compartía la teoría atlante de Kiss, pero, en todo caso, lo cierto era que Tiwanaku era antiquísima.
En 1942, el gobierno nazista de Alemania selló un acuerdo con el gobierno de Bolivia para poder efectuar excavaciones en Tiwanaku hasta una profundidad de 20 metros, con el fin de revelar el misterio del origen de la ciudad.
Estas excavaciones no fueron llevadas a cabo a causa de la derrota nazista en 1945.
No obstante, últimamente fueron inesperadamente interrumpidos algunos de los interesantes trabajos de excavación en Tiwanaku, como si se quisiera evitar que el mundo conociera el verdadero origen de esta enigmática ciudad de piedra.
¿Quizás Arthur Posnansky tenía razón y Tiwanaku es realmente la ciudad más antigua del mundo?
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