“La meditación es la preparación al mismo objetivo ambicionado y alcanzado en los misterios de Eleusis. Es posible pensar que en el futuro la LSD se podrá usar más frecuentemente para provocar una iluminación que corone la meditación”.Albert Hofmann.
I
Hay muchas formas de trabajar con la conciencia sin drogas. La meditación es una de ellas. Hay mil maneras de meditar. Los sueños son otra. Los viajes, la música, el ayuno, la oración, el contacto con la naturaleza, la contemplación, el orgasmo, el arte o la creación. La vida se alimenta a sí misma y florece por todas partes.
No obstante, si en tu búsqueda o por accidente topas con las sustancias sagradas, entonces has de saber…
II
Que no hemos nacido para vivir como los brutos sino para buscar la virtud y el conocimiento.
Un viaje lisérgico es una experiencia imaginaria de alta intensidad, una meditación instantánea donde fuerzas un estado al que te asomarás por unas horas y que modifica tu percepción del mundo para siempre. Literalmente, una excursión al centro del alma. Una experiencia unitaria radical donde tú y el mundo os fundiréis. Ello conlleva riesgos y por ello pagarás un precio.
La experiencia psicodélica es autoconocimiento. No forma parte del ocio ni de la diversión y sólo deben experimentarla aquellos que quieran conocerse y estén dispuestos a ser bañados en cobre. Hay mejores maneras de divertirte, si es lo que buscas. No te equivoques: No es una experiencia democrática ni está hecha para todo el mundo. Cada cual es el único que puede decidir si le interesa y puede aceptarla. Aunque las estrellas te acompañen, eres responsable de tus actos.
III
Conocer la manera en que hay que tomar estas sustancias es esencial. Si no la conoces, abstente de probarlas. Comparte esta experiencia con gente sana, no psicótica, de confianza. No trates de curar ni de que te curen. Sería pretencioso. No flipes como un idiota sin personalidad. Crea un ambiente sin jerarquías. No admitas ritos sectarios o vampiros en tu experiencia. Pacta una forma de tomar de antemano, acompañada por alguna música suave con zonas de silencio y recogimiento. Cuanto más tomes en contacto con la naturaleza, mejor. Fúndete con el cielo estrellado o en el bosque vivo.
Alguien con experiencia debe estar presente (lo ideal es que sean mayoría quienes ya experimentaron) y explicarte los efectos de las tomas. Toma moderadamente (las dosis especificadas en Internet suelen ser brutales). Ten un ansiolítico a mano por si acaso. No pagues por tomar más de lo que cuesta lo tuyo, ni cobres a nadie más de lo que cuesta lo suyo. Prescinde de las tomas organizadas donde se cobra.
IV
Desintermedia tu experiencia: relativiza al chamán de turno. Que te ayude un amigo, no un loco. No caigas en redes clientelares o sectas religiosas que hacen uso de las sustancias. Son parásitos y sacerdotes, intermediarios interesados.
Los modelos de toma de sustancias de otras tradiciones son orientativos e interesantes, pero no necesariamente válidos para nosotros. Un chamán azteca comecorazones o un investigador universitario disfrazado de chamán no es un modelo para un hombre del siglo XXI. Toma con afines. La manera de tomar la ayahuasca en la selva no es necesariamente mejor que otra para ti.
No idolatres el pasado. La utilización de las sustancias por estos pueblos está contaminada por diversas funciones de poder social o intermediación ideológico religiosa: prescinde de ellas en lo posible. El chamán es necesariamente interior. Virgilio eres tú mismo. Aquí y ahora.
Toma siempre cosas naturales, huye de preparados o tripis de dudosa procedencia. Esquiva la prohibición y su mercado venenoso.
V
Vence el miedo, como te han dicho siempre. Hazlo. El miedo a desintegrarte generará fantasmas insoportables y deberás pasar por ello. Toda iniciación consiste en aprender a burlar la muerte. Como dice Jünger, cada uno viaja con su propio equipaje. Tal vez no te soportes a ti mismo cuando te veas por dentro o tal vez descubras una cueva de zafiros dentro de tu corazón. Posiblemente te ocurran ambas cosas. Los malos viajes son los que más enseñan, pero los buenos viajes nos dejan ver la eternidad y la belleza del alma. Cleombroto de Ambracia subió a la muralla de su ciudad y se arrojó al vacío despidiéndose del sol. No padecía ningún mal digno de muerte, simplemente había leído el escrito de Platón que habla del alma. (Calímaco, Epigramas, XXIII). El viaje te enseñará a vivir peligrosamente. El viaje te enseñará a vencer el miedo a la muerte.
VI
Por muy buena que fuera la experiencia, cuando ésta acabe bajarás tu nivel de conciencia y deberás intentar volver a subir hasta donde llegaste sin usar drogas. Relativiza la toma, escucha a tu conciencia. No te enamores del enamoramiento ni te permitas adición alguna. La experiencia es sólo un paso camino del cielo. Lo más probable es que ni siquiera la necesites. No repitas por repetir, puedes tener accidentes. El trabajo verdadero empieza al día siguiente porque todo sigue ahí. No crees mundos paralelos porque todos los universos están en éste y ésta es tu vida, donde tú decides. Sobre todo, no te creas un elegido. Evitarás problemas propios y especialmente ajenos. No juegues a ser chamán, es patético.
VII
Cuenta lo que te ha pasado y has visto. Haz tertulia, crea tu símposium cuando tomes. Trata de aprender de los otros y reflexiona sobre lo que viste y sobre cómo lo viste. Lee sobre lo que te ha pasado. No dejes la experiencia en la experiencia. Aplícala a la vida, que es para lo que sirve. Escucha a Píndaro: “Bienaventurado quien, después de haber visto esto, inicia el viaje hacia las regiones inferiores. Conoce el final de la vida y su comienzo”.
VIII
Potencia en ti la Potencia. Al día siguiente serás otro pero tu conciencia te exigirá más y más, si eres auténtico. Comprenderás muchas cosas y nacerá en ti una gran curiosidad. Si no te interesa nada de esto, abstente de tomar enteógenos.
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