La inquietud de buscar los orígenes y el propósito de esta existencia, se observo de la noche de los tiempos con una raza primitiva, hasta este siglo XXI, a través de la ciencia y la tecnología. El descubrimiento del átomo, los electrones, los rayos X, el ADN, los fotones, el magnetismo, los fluidos, la arqueología, la astronomía que observa el bombardeo de la energía que viene del astro solar que da el equilibrio y la estabilidad al planeta llamado tierra y a los reinos de la naturaleza, y otros desconocidos, que escapan a la reducción y prueba del laboratorio.
Todos estos propósitos y descubrimientos, son la base de la evolución, la prospección, intuición de una raza que expande su consciencia y su mente hacia los confines de muchos universos finitos, nadando en el mar de la energía mental que se manifiesta en sólidos líquidos, gaseosos, etéreos, sonidos, magnetismo, vibraciones poderes indescriptibles. Múltiples manifestaciones, necesarias en la economía divina para que el espíritu “individual” con su ego-mente se manifieste, creando el tiempo, el espacio, la dualidad.
Estas múltiples manifestaciones son ilusorias y transitorias, que después de ciclos de vida, de existencia, de tiempo y de espacio, se transforman, se diluyen en un instante, en la unidad absoluta de aquello que las emanó.
Si todo este panorama de la vida, de la existencia, del cosmos, de los universos, es transitorio e ilusorio, que rol nos toca jugar en la trama de la existencia tridimensional de las formas, buscando a un Dios creado por el hombre, que esta y no está, cuando fusionamos la consciencia y la mente, en una determinación osada de auto despersonalización, para “Ser” en una dimensión “desconocida”, parte de esa sustancia absoluta, todavía prisionero en el ego-mente, en un círculo del que no nos podemos liberarnos, porque no hemos logrado reunir las claves que nos permitan abrir las puertas de este arcano mental, emanación del Absoluto, que no nos permite entrar en la vida divina.
Mientras esperemos ser realizados, liberados, utilizando esquemas, paradigmas, creencias, mitos y fetiches, y estemos dependiendo del mundo, del cosmos, de los astros, y de los universos ilusorios de la tercera dimensión, lo único que conseguiremos, es nutrir al ego-mente de sentimientos, emociones e ilusiones, y esto hará más fuerte la impresión de sumergirnos en un universo irreal, adornado de visiones fantasmagóricas, de luces, de ángeles, arcángeles, entidades salvadores de la humanidad, de una humanidad reprimida, temerosa, esclava de creencias antagónicas y obsoletas, que no hace nada por sacudirse del yugo ancestral de religiones, y sectas parasitarias que los mantienen sumergidos en el oscurantismo secular por siglos y siglos, marionetas, e improvisados gurúes intelectuales en este siglo XXI.
Hno. Rodolfo
Asociación Cultural de Realización Espiritual
Lima Perú
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