ANDROGINIA CHAMÁNICA
Por Daniel Jacob
Éste es el momento para que despierten los Guardianes. Muchos se han reunido en este portal que existe entre el Mundo de la Forma y el Multiverso. Hubo una vez en que este portal eran dos. Estaba “fragmentado” en un “mundo superior” y un “mundo inferior”. A partir de ahora, ese modelo de concepción ha sido superado.
Realmente, la asignación de “superior” e “inferior” a mundos invisibles es sólo otra manifestación de juicio – aplicado a un corredor de conciencia que no tiene por qué ser juzgado. Está allí y es hora de que sepamos de él.
El término “Berdache” es una aplicación franco-europea de una antigua tradición que abarca muchos contextos de realidad.. Es un REGALO, una capacidad que se ha vuelto un estado total de conciencia. Resumiendo, esta querida gente tiene la capacidad –generalmente de nacimiento- de sentir interiormente ambos lados del espectro de la polaridad humana. Por lo tanto, si ustedes son un Berdache masculino, tendrán todas las facultades físicas y mentales y predisposiciones que acompañan a la asignación de ese sexo y además serán capaces de tener acceso a todas las emociones, modelos de pensamiento e imaginería subconsciente que tiene lo femenino también. Lo mismo es cierto (al revés) para las Berdache femeninas.
Los “Berdache” también son conocidos como Llahamana, adonisgi, guardianes del portal, nadle, mexago, winkte, yirka-la ul y i-wa-wisp. Son esos individuos que debido a su androginia energética esencial tienen el poder de entrar en el Otro Mundo. Esta NO es una orientación sexual. Es espiritual. Algunos Berdache son homosexuales, pero es más una elección de acción, una preferencia, que un mandato para la utilización de este don.
Los indígenas pensaban del Otro Mundo, el reino de los Dioses, que ése era el reino de la UNIDAD. Los Dioses o espíritus en uno son tanto masculinos como femeninos. Aunque un cierto espíritu pueda manifestarse ante un humano como un personaje masculino o femenino, es –en su núcleo- AMBOS géneros.
Los Berdache son especiales debido a que portan esta energía andrógina – la energía de los Dioses. Es lo que los hace capaces de existir en forma física como también de “viajar” a los otros reinos. Hermes Trimesgisto y el Dios egipcio Toth eran ambos ejemplos de esta propensión a la androginidad. De hecho, el término “hermafrodita” (Hermes + Afrodita) se refiere al matrimonio del masculino y femenino arquetípicos (esos dos fueron los hijos de Zeus). Esta importante predisposición se ve claramente en la cultura africana. Al nacer, el espíritu del feto es exhortado, a través de la voz de la madre. Es en ese momento cuando la “energía” de su alma es examinada por el Chamán de la aldea. Ciertas almas que poseen esta androginia son vistas como “benditas desde el nacimiento”. Son llamados “los santos”. En la tradición africana, al niño se le da el nombre de “Guardián del Portal”. Se hacen muchas preparaciones para darle la bienvenida a la comunidad, incluyendo darle un nombre apropiado que “armonice” con su propósito sagrado.
Los Berdache son los más elevados chamanes, sanadores, maestros, adivinos, soñadores, profetas y guardianes del Portal. Para ellos, la sexualidad no es más que una extensión de su ser espiritual. Si su energía no fuese utilizada para este propósito, se desarrollaría un bloqueo o acumulación que buscaría expresión. Muchas veces, esa expresión terminaría siendo sexual, ya que tocar a otro ser humano siempre hace que fluya esta energía.
Las sacerdotisas en los Templos de las Diosas generalmente eran Berdache. Aunque usualmente vivían vidas “normales” –al tener esposos y familias- elegían, en momentos clave, irse a vivir en el Templo, dedicando muchas horas, días, semanas, a adorar a la Diosa.
En ese “sistema de Templo” de adoración, las personas de la ciudad venían y le rendían homenaje a una faceta o versión particular de la Diosa a la que se le construía el Templo. Los más famosos fueron los Templos de Diana, Artemisa, Isis y Hécate –aunque hubo/hay muchas más facetas de la Diosa UNA. El “homenaje” muchas veces consistía en dinero o bienes físicos, que eran utilizados para el mantenimiento del Templo así como para el sostén de las Sacerdotisas.
El culto en el templo generalmente era de naturaleza sexual. Muchas veces, nacían niños de las conexiones hechas allí. Estos niños eran criados en el Templo y llamados “Hijos de la Diosa”. Los que sentían menos simpatía por ese sistema religioso y escribieron sobre esos “ritos”, se refirieron a esas Sacerdotisas como a “Las Prostitutas del Templo”. Las miraban con desprecio y luego buscaron desterrar todo el sistema.
Muchas de esas Sacerdotisas eran Berdache. En el momento del atardecer, luego de terminar con los sacrificios, generalmente expresaban su amor y dedicación sexualmente entre ellas. Estas interacciones no eran necesariamente “lesbianas”. Ellas no eran necesariamente ALGO, excepto una expresión “en el momento” de verdad espiritual.
También en las tradiciones de los americanos y africanos nativos, éstas fueron ciertas formas de expresión Berdache a las que se las llamó CHAMANES GUERREROS o JEFES CHAMANES. Ellos podían comunicarse con el otro mundo, pero no podían viajar allá –a menos que sus almas dejasen sus cuerpos- una actividad que es llamada “viaje astral”. Estos tipos de chamanes, aunque heterosexuales en su orientación, muchas veces tomaban la falda de la mujer durante su período de iniciación (y generalmente luego, como una señal de su “oficio”). Ellos deseaban honrar su “lado” femenino aunque fuesen heterosexuales en la práctica.
En muchas culturas, los guerreros de la tribu eran atendidos por un Berdache. Esto se consideraba un punto de honor y un elemento necesario si iban a tener éxito en la batalla. Muchas veces, esta “atención” involucraba unión sexual. En las culturas celtas, esto era particularmente cierto.
En realidad, explorar la conexión con un Berdache es invocar poder en el propio ser. Es una forma de alterar la propia polaridad -alineándola más con la UNIDAD- y abriendo la psiquis y los poderes místicos en el alma. En estas religiones y tradiciones étnicas, su disposición a “explorar” no era/es considerada para nada como una perversión. Más bien, es alcanzar los reinos de lo desconocido para que el alma pueda crecer.
Los Berdache, como se ha dicho, se volvieron típicamente los médicos brujos, los soñadores, los sanadores y los profetas. Uno no tenía que ser Berdache para seguir esos llamados, pero típicamente lo eran. Hoy en día, a medida que nos aproximamos al mayor DESPERTAR DE CONOCIMIENTO ESPIRITUAL y ACCESIBILIDAD que el mundo nunca haya conocido, los Guardianes del Portal están siendo –una vez más- llamados al servicio.
Por todo el mundo están “despertando” y volviéndose conscientes de su talento. Se dice, en las tradiciones judeo-cristianas fundamentalistas, que el signo del “fin de los tiempos” es que la homosexualidad prolifera. Esta situación, que existió en las ciudades de Sodoma y Gomorra, era considerada una blasfemia por la Divinidad Masculina. Ese juicio fue la causa de la destrucción de esas famosas ciudades, así como del arrasamiento de muchos Templos de la Diosa.
Las predicciones de destrucción y catástrofe que han sido unidas a este tiempo próximo de Transformación son expresiones del miedo MASCULINO POLARIZADO acerca de la aceptación y posterior reconocimiento del lado interno femenino. El Multiverso estará lleno de realidades alternativas donde las montañas tienen que desmoronarse y los valles tienen que quebrarse y abrirse mientras el Arquetipo Masculino resista el mandato de enfrentar Su “significativa otredad”.
El universo de Unidad unirá en paz y comprensión. Los que son Guardianes surgirán, cada uno en su momento señalado, para mostrar la forma de integrar esos poderes mágicos en el flujo normal de la experiencia humana. Después, y sólo entonces, Dios y Diosa estarán juntos, lado a lado, y gobernarán de la forma que siempre deseamos que lo hiciesen.
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Traducción: Susana Peralta
Las traducciones del material en inglés se hallan en www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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