En Colombia, como en el resto de América Latina, los indígenas no sólo han sido excluidos, expropiados y vejados. Ellos, sobre todo, han hecho parte del olvido. Un olvido conveniente y estratégico. Una desmemoria absoluta y malintencionada, que permite que los indígenas no existan para el resto de la sociedad.
Aunque estaban acá primero, no lo recordamos. Aunque a lo largo de 516 años casi los extinguimos, la historia ayer y los medios hoy lo explican y validan como algo natural, una forzosa medida frente a los salvajes. Aunque los convertimos a una fe infame con un cielo sin puertas, no nos percatamos del infierno en el que los dejamos. A pesar de que acá y ahora son y siguen estando, desterrados en sus resguardos, no los vemos, no los oímos, no nos importan.
En otras partes de la región, muchos pueblos originarios han venido elevando su voz y haciéndose sentir. En Bolivia, un indígena rige los destinos del país, claro está, en medio de la oposición más férrea. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, la CONAIE, es un ejemplo de resistencia, y con sus movilizaciones masivas ha puesto y depuesto presidentes.
En un país en el que las voces disidentes, distintas o minoritarias son negadas a sangre y fuego, los desgraciados indígenas colombianos han sido víctimas del asesinato selectivo de sus líderes, de las masacres y de la violencia de los actores armados de un conflicto consuetudinario, que campea por sus territorios.
"No más"
Después de mucho silencio y de aguantar tanta miseria, los indígenas en Colombia están diciendo no más. No más incumplimiento por parte del gobierno a los acuerdos logrados, no más violación de sus territorios por parte de las multinacionales y del propio gobierno, no más asesinatos, atropellos ni sindicaciones. Basta de Plan Colombia, Plan Patriota, o más planes apátridas.
Son muchas cosas, muchos incumplimientos y problemas, los que han llevado al movimiento indígena a decir no más y a levantarnos nuevamente, afirma Marlitt Pusecc, consejera del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRI), en entrevista concedida a YVKE.
Y por querer defender nuestros derechos, hemos sido atropellados por la fuerza pública y por el propio presidente, cuando en un consejo comunitario manifiesta que los indígenas somos terroristas. A partir de esa sindicación, han sido asesinados muchos líderes.
Prontuario de asesinatos
Más de 1200 indígenas han sido asesinados durante los 6 años del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, cuya relación exacta, con nombres y fechas, esperan poder leerle al presidente el próximo lunes, o cuando se digne recibirlos, si lo hace.
17 de esos crímenes fueron cometidos durante el último mes. Hace apenas 20 días, fue asesinado un exconsejero del CRI. Según indagaciones hechas por los propios indígenas, ocho de esos crímenes han sido cometidos por la fuerza pública, cuatro por los paramilitares, uno por la guerrilla, los otros por autores desconocidos. Las llamadas fuerzas oscuras, que son tan claras.
Sólo durante este mismo gobierno, se estiman en 55 mil los indígenas desplazados, 400 mil sin acceso a tierras y 18 pueblos enteros en peligro de extinción.
La Minga Indígena Nacional
La Minga Indígena Nacional no pretende otra cosa que avanzar hacia el país posible y necesario. Se trata de un mecanismo, para establecer un camino sólido, desde los pueblos, para construir y desarrollar una agenda de unidad, desde la diversidad y el respeto.
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http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?13772
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