Debatir, intercambiar experiencias y establecer acuerdos de lucha han sido los objetivos principales del Primer Encuentro del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4) [1].
Reunidos del 26 al 29 de enero en el Valle de Siria, Honduras, decenas de delegados y delegadas de los países centroamericanos, México, Estados Unidos y Canadá lanzaron un grito de alarma ante la expansión de ese modelo en la región.
“El modelo extractivo minero se caracteriza por ser un proceso agresor, depredador y manipulador, que posiciona los intereses económicos por encima de la vida misma, la sostenibilidad del ambiente y la diversidad cultural”, se lee en la Declaración final del Encuentro.
Impulsado prevalentemente por empresas transnacionales canadienses y estadounidenses, este modelo perverso y sin ética utiliza la tan cacareada responsabilidad social empresarial “para presentarse como sustentable y responsable”, promoviendo el falso mito del desarrollo.
“Hemos venido analizando y debatiendo sobre la grave situación que vivimos en la región mesoamericana, y hemos logrado articular este movimiento contra el modelo extractivista minero, enlazándonos también con organizaciones canadienses y estadounidenses.
El objetivo es luchar contra un modelo que violenta los territorios, los derechos y la cultura de nuestros pueblos; privatiza ríos y fuentes de agua; contamina el medio ambiente y los seres humanos, y promueve la corrupción de la clase política, para ajustar las legislaciones nacionales a favor de las transnacionales mineras”, dijo a Sirel, Bertha Cáceres, directiva del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).
Según la dirigente indígena, una vez más los pueblos no han sido escuchados y su protesta ha sido criminalizada, sus territorios militarizados y las fuerzas de seguridad del Estado han sido utilizadas para reprimir, aniquilar y desmovilizar la lucha social.
“Aquí en el Valle de Siria, Honduras, una transnacional canadiense (Entre Mares/GoldCorp) ha dejado a decenas de personas gravemente contaminadas con metales pesados, incluyendo a muchos niños.
Lo mismo ha pasado en los demás países, pero nadie quiere escuchar la voz de protesta y los planteamientos de los pueblos, lo cual violenta, entre otros, el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales”, afirmó Cáceres.
Actualmente, en la región mesoamericana hay centenares de proyectos de concesiones mineras listos para ser aprobados.
“En Honduras ya habían otorgado más de 370 concesiones, es decir que más del 30 por ciento del territorio nacional estaba sujeto a estudio y exploración. Después del golpe (2009) fueron presentadas 300 solicitudes de explotación minera más, incluyendo a proyectos de minas a cielo abierto, de las cuales ya aprobaron 21”, explicó la directiva del COPINH.
Para "facilitarle el trabajo" a las transnacionales, el Congreso de Honduras aprobará una nueva Ley de Minería e Hidrocarburos, con la que pretende despejar el camino para más explotación minera.
“Nos estamos movilizando contra esta ley y vamos a coordinar acciones desde abajo en toda la región. Asimismo, estamos denunciando la represión que se ha desatado en contra de las organizaciones que luchan en defensa de sus territorios, y exigimos el respeto al derecho a ser consultados y a las decisiones que tomen las comunidades”, concluyó Cáceres.
Durante los próximos meses, el M4 continuará profundizando e implementando la estrategia y el plan de trabajo y de lucha acordados durante este Primer Encuentro.
[1] http://www.movimientom4.org/
LINyM
Fuente: Rel-UITA
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