Viernes, 09 de Agosto de 2013 15:29
La celebración del Día Internacional de los pueblos indígenas pone en evidencia, la práctica de abandono total por parte de los gobiernos en su responsabilidad ética y constitucional que tienen con los pueblos indígenas. Este panorama de abandono total se evidencia en toda Latinoamericana, de tal manera que se ha acuñado el concepto de resistencia indígena. La ONU, advierte sobre un comportamiento racista y de discriminación con relación a los pueblos indígena. Mirna Cunningham, miembro del Foro Permanente de Asuntos Indígenas de la ONU, señalaba que este comportamiento permite que todo lo concerniente a los pueblos indígenas se observe “como algo atrasado y salvaje, y que además ve al indígena como sospechoso de terrorismo”. Significa, entonces que la obra que inició el imperio español hace siglos, se continúa hoy con la misma sevicia y sin escrúpulos de ninguna clase.
Las políticas económicas del orden internacional, ponen a los pueblos indígenas del mundo en peligro real de desaparecer en términos cultural y social. La locura que genera el sistema capitalista en el hombre por la riqueza desmedida y al precio que sea, ha ocasionado que en las últimas décadas empresas transnacionales se hayan embarcado en colosales proyectos para la explotación desmedida de la minería, construcción de hidroeléctricas, parques eólicos. Un comportamiento generalizado de países como España, Estados Unidos y Canadá que han sembrado a Latinoamérica de estos propósitos que ponen en peligro el equilibrio de la naturaleza y el deterioro del medio ambiente. El accionar del movimiento indígena en Latinoamérica exige el reconocimiento y respeto de sus tierras ancestrales y su cultura milenaria que se ve en peligro por un sistema que no conoce límites: EL CAPITALISMO.
La iniciativa IIRSA (Integración de la Infraestructura Regional Suramericana), coordinado por los 12 gobiernos de Suramérica, con el apoyo técnico y financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y Fonplata, se embarcaron en el financiamiento de más de 40 mega-proyectos y cientos de proyectos menores de mejoramiento de infraestructura, con un costo agregado de más de 37 mil millones de dólares. Todas estas obras serán concesionadas al sector privado. El costo ambiental es inmenso porque amenaza y destruye el ecosistema Amazónico, Andino, de la Mata atlántica, la Orinoquia, El Chaco, El Pantanal y Cerrado. Además, se incumplen los principios del convenio 169 de la OIT (artículos 6,7 y 15) que trata sobre la consulta previa y la declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de estos pueblos.
Estas efemérides, son un escenario propicio para expresar nuestro rechazo con todas la fuerzas que nuestra dignidad de pueblo nos permite, a esas políticas que con llevan a la desaparición de uno de los legados más importante de la raza humana que es su lengua. Gustavo Solís, Lingüista peruano experto en lenguas vernáculas, expresaba que:
"Toda desaparición de lengua y cultura es una tragedia mayor de la humanidad. Cuando ocurre, se extingue una experiencia humana única e irrepetible”.
Hace unos pocos años, el presidente de la ONIC, Luis Evelis Andrade, denunciaba en la revista SEMANA que, las peores guerras y arma de destrucción y exterminio de los pueblos indígenas en Colombia son el hambre y la desnutrición…Esta es una constante en nuestro continente.
Los gobiernos Latinoamericanos deben comprender, que los pueblos indígenas tienen una concepción de modelo de desarrollo que es la antítesis del Neoliberalismo. Este pensamiento se fundamenta en la conservación de la naturaleza, premisa básica para asegurar la supervivencia del género humano en la Tierra.
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