Se denomina Transgénico u Organismo Modificado Genéticamente (OGM) al organismo portador de material genético perteneciente a especies no emparentadas transferido a él mediante ingeniería genética. A veces se utilizan genes artificiales y no provenientes de seres vivos o se reduplican sus propios genes.
Las técnicas de ingeniería genética alteran todas las limitaciones que la propia naturaleza pone para la relación entre organismos de especies alejadas o no emparentadas.
Hay un gran vacío de conocimiento
¿Qué genes se activan y se desactivan, cómo y por qué lo hacen? Es imposible guiar con exactitud el lugar de inserción del gen.
¿Cómo influye el nuevo gen introducido en el funcionamiento del resto del genoma de la planta? Es como una bola de billar en movimiento con resultados impredecibles.
¿Cómo altera el entorno el encendido o el apagado de los genes de la planta cultivada? Se sabe que los cambios en el entorno ecológico dan lugar a cambios en la expresión de los genes.
El conocimiento de la molécula de la herencia, el ADN, es muy limitado. Resulta arriesgado manipular sistemas complicados que sólo se conocen de forma incompleta.
Un nuevo gen es introducido de forma fortuita en el código genético de ADN. Para ser efectivo, la inserción debe realizarse en la región activa de ADN, que es la mínima parte.
Es un proceso totalmente impredecible y aleatorio, y esto está demostrado por el índice tan bajo de éxitos para crear los organismos transgénicos deseados. Generalmente, un gran número de células o embriones deben ser “infectados” con el vector, y en algunos casos, inyectados directamente con genes extraños, para obtener solamente unos pocos organismos que expresen satisfactoriamente el transgen.
Alteraciones impredecibles para la salud
1. Proteínas extrañas causantes de procesos alérgicos
La inserción del gen puede ocurrir en medio de la secuencia de ADN cambiando las propiedades de la proteína que se sintetice a partir de este ADN. La proteína de síntesis es extraña para el organismo receptor y puede ocasionar reacciones alérgicas. La presencia de la proteína extraña puede trastornar el funcionamiento de la célula, de tal manera que se creen más sustancias perjudiciales. Si la proteína es un enzima, pueden ocurrir importantes cambios en el metabolismo de la célula y ello puede formar de nuevo sustancias tóxicas y alergénicas.
Todo ello puede dar lugar a procesos de tipo alérgico. Ejemplo de ello es la alergia a la soja tratada genéticamente con genes de la nuez de Brasil, en personas “alérgicas” a este alimento.
2. Producción de sustancias tóxicas.
Suplementos alimentarios, como pueden ser los aminoácidos, son a menudo producidos por procesos de fermentación, en los que una gran cantidad de bacterias son cultivadas en recipientes, y el suplemento alimentario es extraído de la bacteria y purificado. Un aminoácido, el triptófano, ha sido producido de esta manera durante muchos años. El triptófano tratado genéticamente produjo un tóxico (EBT) y ocasionó 37 muertos y 5000 afectados en los EEUU, de los que 1500 sufrieron incapacidades. La enfermedad causada por este producto tóxico fue llamada como Síndrome de Mialgia y Eosinofilia (EMS). El “único” cambio producido fue el de reduplicar sus propios genes para una mayor producción de triptófano.
La mayor parte del maíz transgénico cultivado en nuestro entorno es el maíz Bt. Este maíz es más resistente a los insectos y se obtiene insertando en el maíz el gen de una proteína insecticida de una bacteria, de esa manera la misma planta produce en sí misma el tóxico insecticida. La toxina Bt es generada por el Bacillus thuringiensis (una bacteria) y ha sido incluso utilizada en la agricultura ecológica. Pero la forma en que ésta toxina es producida en la planta difiere en gran medida de la producida por el bacilo de forma natural. En principio, la bacteria sólo segrega esta toxina tras la formación de cristales y se activa después de la digestión parcial enzimática una vez éstos han sido ingeridos por el insecto.
La toxina Bt que produce esta bacteria es un “insecticida natural” que desaparece del medio al poco tiempo, en cambio la toxina Bt del maíz transgénico se extiende por toda la planta y permanece en ella. En el maíz transgénico, la toxina es producida constantemente y se encuentra en todas las partes de la planta. Puede así entrar en la cadena alimenticia y ser una causa importante de intoxicación.
La planta del tabaco fue genéticamente modificada para producir el ácido gamalinoleico. En vez de ello la planta inesperadamente de forma principal produjo el tóxico ácido octadecatetraenico. Esta sustancia tóxica no existe en la planta natural del tabaco.
3. Vector o transportador: plásmidos, virus, bacterias
En la producción de alimentos tansgénicos se utilizan virus, bacterias y plásmidos (trozos de ADN en forma de anillos, que aparecen con frecuencia en las bacterias) por su gran capacidad de saltarse todas las barreras naturales existentes entre diferentes especies. Son utilizados como vectores o portadores de genes. ¿Si tanto respeto nos dan los virus y las bacterias en cuanto a la aparición de enfermedades infecciosas, cómo pueden ser empleados en la producción de alimentos transgénicos de forma tan ligera? Se dice que están “inutilizados” pero diferentes estudios constatan que pueden reactivarse. Se emplean a menudo virus, bacterias y plásmidos inductores de tumores malignos (sarcomas) y enfermedades como leucemias y otras, a cada cual más graves. En ingeniería genética vegetal el más usado es un plásmido que induce tumores, transportado por una bacteria Agrobacterium Tumefaciens. En animales los más comunes son los retrovirus, que se relacionan con enfermedades tan conocidas como graves (cáncer, SIDA).
Una gran mayoría de plantas transgénicas están siendo ahora modificadas para ser resistentes a enfermedades víricas mediante la incorporación de un gen de la proteína de la cápside o cápsula protectora del virus.
Hay grandes posibilidades de recombinación entre genes, virus y bacterias, y pueden aparecer nuevas razas.
Los estudios hablan de amplias posibilidades de que los elementos genéticos se recombinen con otros virus y bacterias para generar nuevos elementos genéticos y razas patógenas de virus y bacterias
4. Invasión celular. Cáncer
Como hemos dicho en el apartado anterior puede haber una invasión de las células por los vectores, después de ingerir alimentos transgénicos. El vector (virus, plásmido) puede insertarse en el genoma de las células, interrumpiendo o alterando las funciones de los genes y produciendo cáncer.
Aunque se dice que está inutilizado se sabe que pueden reactivarse causando mutación y recombinación en los genes de la célula.
Diferentes estudios han determinado que la leche producida por vacas a las que se ha tratado con la hormona del crecimiento bovino generada por ingeniería genética para que las vacas den más leche contiene un factor de crecimiento similar a la insulina (la IGF-1), la cual “protege” a las células cancerígenas y acelera su crecimiento.
5. Marcadores con genes resistentes a los antibióticos.
Para ayudar a recuperar las células transformadas, es necesario incorporar "genes marcadores" en los vectores utilizados para transferir genes, o dentro del ADN introducido directamente en las células. Los marcadores más comúnmente utilizados, son los genes resistentes a antibióticos, que permiten la selección de las células transformadas (transgénicas) en presencia de grandes concentraciones de antibióticos. El gran peligro es que estos genes resistentes a los antibióticos puedan ser incorporados por bacterias que a su vez se hagan resistentes a dichos antibióticos, muchos de ellos de amplio espectro como las tetraciclinas.
6. Alteraciones de las propiedades nutritivas. Componentes, aspecto.
Los alimentos transgénicos pueden sufrir grandes alteraciones en sus componentes. Esto es una alteración más añadida a la gran producción de alimentos “prefabricados”, llenos de sustancias químicas, hormonas, antibióticos, abonos químicos, pesticidas, conservantes, colorantes, aromatizantes...
7. Alteraciones generales, hormonales e inmunitarias.
En la pasada reunión de expertos de Bioseguridad (octubre de 1997) varios científicos hicieron un llamamiento para retirar del mercado la soja RRS (Roundup Ready Soja o Soja Resistente al Roundup. El roundup es un herbicida de amplio espectro) de la multinacional Monsanto por su potencial de incrementar los niveles de estrógenos y provocar alteraciones en el sistema hormonal.
La hormona del crecimiento bovino (rBGH), propiedad de la multinacional Monsanto, que se inyecta a los animales para que produzcan más leche provoca en las vacas mastitis, fiebres, hemorragias internas, anorexia, infertilidad y finalmente la muerte. La leche que producen tiene restos de pus y de sangre.
El Dr. Pusztai (Escocia) alimentando ratas con patatas transgénicas comprobó que éstas presentaban preocupantes impactos sobre su salud. Órganos fundamentales para el sistema inmunológico (bazo y timo) se veían afectados y se ralentizaba su crecimiento. Sufrían además atrofia parcial del hígado.
8. Toxicidad por el aumento predecible del uso de herbicidas debido al uso de plantas resistentes a ellos.
El glifosato o Roundup que es uno de los herbicidas más utilizados en la agricultura química puede dar como resto en las plantas el formaldehido, neurotóxico (tóxico nervioso) y cancerígeno. La soja transgénica es principalmente resistente al Roundup, con lo que al utilizar esta soja se puede utilizar “todo el Roundup que se quiera” para matar las malas hierbas ya que no matará a la soja cultivada y modificada genéticamente. No la mata pero la deja “herida de muerte” y llena del tóxico que puede ser ingerido por el animal o el ser humano directamente de la soja y sus derivados o del consumo de la carne de animal criado con piensos elaborados con dicha soja transgénica.
Las investigaciones han demostrado que el insecticida bromoxynil es teratógeno. Agricultores expuestos al bromoxynil durante más de un año sufrieron numerosos problemas de salud, entre ellos, pérdida de peso, fiebre, vómitos y dolor muscular. En el Reino Unido se encontró bromoxynil en el agua potable. En Dinamarca y Alemania se halló bromoxynil en el agua subterránea. Los herbicidas pueden pasar al agua, contaminándola.
Se utilizan herbicidas de amplio espectro, como el Roundup, Basta, Glean o Gist, alguno de los cuales han sido relacionados con defectos de nacimiento y cáncer.
9. Genes silenciosos
Todas las especies tienen mecanismos celulares que tienden a eliminar o inactivar el ADN extraño. "Los genes silenciosos", pueden no expresarse ahora pero sí en generaciones posteriores, lo cual crea un problema tanto para las plantas, como para los animales de granja.
10. Contaminación genética
Los elementos genéticos parásitos pueden saltar de una a otra célula, entrar o salir del genoma (conjunto de genes). Una vez puestos “macha” ya no se pueden recoger y se autoreproducen y expanden, siendo por ello peor aún que la contaminación química. Solo superada por la contaminación psíquica.
Hay que subrayar la posibilidad de transferencia horizontal de genes. Evolutivamente ha sido un caso excepcional entre plantas multicelulares y animales. Sin embargo, hay ahora muchas más probabilidades de que se produzca al ser construídos los vectores para infectar un amplio abanico de células huésped.
Ya ha sido demostrada la transferencia lineal (salto genético) de genes entre las bacterias del intestino en pollos y ratones; y entre patatas transgénicas y bacterias patógenas. Estos casos ya se han dado, y se ha comprobado también la transmisión de genes entre diferentes bacterias, entre bacterias y plantas superiores e incluso entre insectos y seres humanos.
En el conducto digestivo, las bacterias se encuentran presentes en varios estados fisiológicos, algunos de los cuales no han sido todavía descritos. Algunas pueden estar en un estado de “competencia”, lo que significa que están listas para absorber ADN de la planta durante el proceso de digestión. Las bacterias intestinales podrían absorber el DNA de los alimentos transgénicos.
11. Inestabilidad genética
Los genes pueden cambiar su forma de expresarse cuando cambia el medio ambiente y las condiciones en las que crece la planta. De esta manera a medio o largo plazo es impredecible la forma de expresarse de ese gen en relación a cambios ambientales, climáticos...
En el campo de la genética, los genes no actúan de forma individual, la expresión de cada gen depende de los otros genes. Cuando se introduce un gen puede ser como una bola de billar que actúa sobre los genes con los que se relaciona y ellos actuarán a su vez sobre otros y así sucesivamente. Por ello, los componentes individuales en principio benignos bien pueden tener efectos sinérgicos nocivos.
La técnica de cultivo de tejidos introduce por sí misma nuevas variaciones genéticas con mucha frecuencia. Esto es debido a que las células son extraídas del medio interior y fisiológico de la planta, que estabiliza la expresión del gen y el complemento genético in vivo. Es parte del espectro de las interacciones ecológicas entre el organismo y el medio, que estabiliza la expresión del gen y la estabilidad del genoma en el organismo como conjunto.
El ADN es dinámico y fluido. Varía con el cambio del entorno y está ligado a la compleja red de retroalimentación, que conecta el entorno ecológico con el fisiológico del organismo y con sus genes.
12. El ADN transgénico puede no ser destruido en el intestino
Se pensaba que el ADN de los alimentos era destruido a su paso por el intestino, transformándose en proteínas, aminoácidos, etc. No obstante, nuevos descubrimientos han venido a poner en entredicho esta extendida creencia. Los genes transportados por vectores pueden ser especialmente resistentes a la acción enzimática y resultar más invasivos que los fragmentos normales de ADN. En un experimento en el que se alimentaron ratones con ADN de un virus bacteriano se pudieron encontrar grandes fragmentos de ADN que habían pasado por el intestino sin ser degradados e incluso se habían introducido en la sangre, el hígado o el bazo.
El ADN absorbido por las células puede entonces provocar la recombinación del ADN celular, ocasionando la alteración de sus componentes y de las proteínas sintetizadas por ella.
También se utiliza la ingeniería genética en animales
La ingeniería genética, al transgredir las barreras genéticas establecidas entre especies, amplia el campo de acción de los patógenos. El reciente anuncio de los científicos británicos sobre las posibilidades de que enfermedades del cerdo puedan pasar a los seres humanos a causa del transplante de órganos procedentes de cerdos transgénicos vuelve a poner de manifiesto el peligro de crear nuevas enfermedades.
Investigadores del gobierno de EEUU insertaron genes de la hormona del crecimiento humano en cerdos para hacerles aumentar su tamaño y su capacidad de aprender. Los cerdos padecieron una serie de síntomas tales como la falta de visión, artritis, úlceras gástricas, debilitamiento muscular, aletargamiento e impotencia. Y después de todo, los cerdos no crecieron más de lo habitual.
Por todo ello
El consumidor tiene derecho a ser informado sobre la composición, el valor nutritivo y el uso del alimento. El hecho de que hoy en día se esté vendiendo soja o maíz transgénico sin información ni etiquetado es una falta del más elemental derecho a saber lo que estamos comiendo. No podemos olvidar que tanto a partir del maíz como de la soja se elaboran múltiples y frecuentes derivados utilizados en la manipulación de un gran número de alimentos o mal llamados alimentos.
No todo comestible (sustancia que se puede comer) es un alimento sano, ya que no cumple el requisito de alimentar o nutrir al cuerpo, y los alimentos transgénicos no son alimentos sanos ni aconsejables.
Fuente: www.zuhaizpe.com
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