Habemus Papam Criminalis
Por Martin Bedrossian (Periódico Pachakutiq)
Se fue un criminal que integró las juventudes hitlerianas, Ratzinger el papa xenófobo, homófobo y encubridor de pederastas, una ofensa a la figura -al menos la idealizada por los creyentes- de Jesús, que no pudo tapar los progresivos escándalos de la mayor organización mafioso-terrorista de todos los tiempos, filtrados gracias a las nuevas tecnologías de información. La Iglesia Católica con sus centros de adoctrinamiento y lavaje político de cerebros, vaciador de contenido, está presente en cada resquicio del planeta. Siguiendo la misma lógica se nombró a otro criminal, Jorge Mario Bergoglio con su alterego Francisco I, nombre de origen germánico que pueda acaso entenderse aquí como un continuismo simbólico con su antecesor, ciertamente aquello que no representa duda es el conservadurismo nefasto ideológico, puesto que si fuera de otra manera la llegada a las riendas de la Iglesia, los grupos de poder ocultos, aunque cada vez menos, detrás del báculo papal, no lo dejarían llegar ni a la puerta de bronce del palacio pontificio.