Escribí esta meditación (ver enlace al final del post) porque en nuestra lucha contra el cáncer nos hemos olvidado de que la enfermedad es al cuerpo como la luna es al sol. Hemos olvidado que enfermedad y salud son dos caras de la misma moneda y que jamás podremos separarlas; de hecho por intentar esto mismo surgió el dolor, nació el miedo. Lo que sí podemos hacer es dejar de alimentarnos con las ideas que nos fueron enseñadas por nuestros familiares y ancestros, con el fin de darle inicio al proceso de limpieza de las memorias conformadas por nuestras creencias respecto de la enfermedad, ya que son ellas las que finalmente producen la muerte.
En este momento es prioridad dejar de luchar. Se acabó tu lucha. Es preciso que te rindas, que sueltes el control y que permitas que la salud llegue a tu vida. De hecho, tú ya eres saludable, pero tu mente trajo a la luz información que dice lo contrario y es por eso que hay que dejar de limpiarla. Ahora tienes una herramienta para comenzar a sanar tu mente incluso de la necesidad de sanar. Vuelvo a decírtelo: la enfermedad es al cuerpo como la luna es al sol. Encuentra su importancia y permite que se quede.
El trabajo de la medicina tradicional o de tu médico, es otorgarte una ayuda temporal que de alguna manera puede facilitar tu conexión con lo divino, tu nexo con el espíritu que es al final de cuentas lo que importa porque sólo conectándote con esta parte de ti, serás consciente de tu curación. Las medicinas, pastillas o medicamentos que en determinado instante dan resultados positivos, se lo deben a una creencia en la curación por este medio, misma que procede del cuerpo emocional del ser humano. Los medicamentos son la ayuda tridimensional que se te otorga para que puedas aliviar un síntoma, no la causa. Agradece esta ayuda para que la creencia en los medicamentos te traslade al siguiente nivel.
Si tu médico te puso un plazo determinado de vida: ama el plazo, ama ese momento tan difícil, ama la memoria que ocasiona que un ser humano pueda dictar una sentencia sobre otro y hazte un favor: no te adhieras a este plazo, nadie puede entrar en tu mundo y ordenarte que fallezcas en determinada fecha. El médico estudia el cuerpo físico pero las enfermedades se llevan en el alma, en aquel lugar donde solamente tú puedes entrar y limpiar.
Ama el hecho de que esa memoria no te haya dejado salida, gracias a eso estás aquí. Ahora tienes las 4 palabras que curan para abandonarte a la voluntad divina y permitir que la corrección tenga lugar.
Si hay cirugías programadas, ámate por ello, ama la fecha, ama la posibilidad. Sé que no es fácil, sin embargo jamás has estado sola ni lo estarás. Siempre hay seres de luz dispuestos a apoyarte en cada misión que emprendas.
Si un familiar tuyo, alguien que conoces o tú misma atraviesa por esta situación sigue estos pasos:
Pronuncia permanentemente las 4 palabras que curan (permanentemente significa todo el tiempo).
No tengas expectativas. Ama por el simple hecho de hacerlo. Entrégate en este acto.
Permite que lo divino haga su trabajo. Tú cumple con el tuyo.
Ten paciencia, más de la que ya has tenido y permite que el tiempo de reloj trabaje para ti. Paso a paso verás cómo más y más ayuda aparece en tu camino. Notarás cómo muchas otras cosas retoman su orden perfecto y comenzarás a sentirme mejor.
Practica esta meditación cómo mínimo 5 veces por día o más. La clave está en la repetición. Es posible que al practicarla, algunas imágenes lleguen a tu mente. Quizá veas a la memoria llorando, sola, desvalida. Puede ser que veas que se encuentra en el desierto anhelando un vaso con agua o que esté en cama esperando que le ayudes. Tu tarea es aceptar estas imágenes que llegan a ti y amarlas tal como has aprendido. Deja que fluyan y observa que en la medida en que limpies, ellas también se irán limpiando. Todo lo que una memoria necesita es amor y todo lo que tú necesitas es permitir que Dios haga su labor.
Al escribir esto soy consciente de que inicio un proceso de sanación conmigo, con mis propias memorias, dentro de las cuales está aquello que te causa malestar o dolor. Lo siento, te amo.
Gracias por bendecirme con tu presencia. La luz de lo divino es contigo.
A continuación el video con la meditación.http://www.youtube.com/watch?v=aOPz6wMoMF4&feature=player_embedded#!
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