En un breve descanso, la cholita cochabambina recordó que debíamos preparar mi crónica periodística para que fuera publicada este martes pues no todo en la vida es bailar, beber y comer para volver a bailar, beber y comer, reflexión que me pareció oportuna retirándonos al escritorio del “Kosko Tongo” para saber algo de la cumbre del G77, reunión mundial que fue deslucida pues muchos gobernantes que debían trasladarse a Santa Cruz prefirieron visitar Brasil donde comenzaban los encuentros de fútbol por la Copa Mundial.
La cholita de Quillacollo conectó el televisor que registraba los tediosos discursos de los pocos presidentes asistentes y me dijo: “El único Presidente inteligente que me impresionó fue el del Uruguay”.
Mi pariente espiritual también me contó que algunos presidentes africanos son autores de masacres y otras barbaridades, concluyendo Macacha que entre los G77 más China (cuyo presidente no vino) hubo de todo, siendo los más advertidos los “hombres de negro”, cuatro mil agentes de seguridad que cuidaban la vida y seguridad de Evo Morales y de sus invitados.
En medio de esas noticias algo anecdóticas y poniendo un gesto de seriedad sobre sus palabras, mi comadre Macacha me dijo con voz clara y timbre de seriedad, como para que yo entendiera, pues soy muy lento de entendederas: “La cumbre de los G77 aprobó un nuevo orden mundial”. Tal resolución me dejó estupefacto, pálido, lívido y más bruto que de costumbre.
Asustada por el efecto de sus palabras, Macacha quiso atenuarlas y al comprender que algo grave pudo pasarme, empezó a sacudirme, me dio unos sopapos en la cara, y al ver que yo no reaccionaba, me dio respiración boca a boca, hasta que al fin pude reaccionar un poco y pronunciar espaciadamente: Ha-brá-un-nue-vo or-den mundial– ¿Y ahora qué hacemos, comadritay…?
Entonces la cholita me explicó que ese nuevo orden mundial no regiría para Bolivia, pues todo continuaría igual mientras Evo viva y nos siga gobernando.
Algo aliviado al saber que habrá un nuevo orden mundial en todas partes menos en Bolivia pude respirar mejor y noté que la sangre ya no se agolpaba en el corazón, pues colegí que Evo sería designado presidente vitalicio. Y mi comadritay me dio la inmensa alegría de que Evo organizaría otra cumbre de los G77 dentro de diez años con la platita de sus propios bolsillos…
Habrá un nuevo orden mundial pero nosotros seguiremos así. ¡Vaya susto que pasamos la cholita cochabambina y yo!
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