"...Contra ellos, que son dueños de todo, no quedan más poderes que los de la razón, con las armas de la inteligencia y la palabra - que por fortuna son las nuestras - para inducirlos al último momento de reflexión que hace falta para salvar al mundo..."
(Gabriel García Márquez)
Mis orígenes se enraízan en la estribación más occidental de los Montes de Toledo, donde mis abuelos rompieron el monte y se establecieron, a principios del siglo XX, en aldeas minúsculas, en tierras agrestes y feraces que nunca habían sido cultivadas. Mis padres abandonaron su matriz buscando en la ciudad, en Madrid, un quimérico progreso que fue puro espejismo y naufragio vital.
Mi biografía ha estado, por eso, fragmentada entre los recuerdos de mi infancia y la insaciable acometida de la modernidad, fraguándose en una lucha existencial que, tras muchos avatares me condujo de nuevo al reencuentro con mis raíces en la forma de recuperación del sentido esencial de la vida y de la feminidad original de mis ancestras, una feminidad poderosa y enérgica, creativa y valiente que deseo rescatar para mí misma pero, sobre todo, para mis hijas.
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La maternidad ha sido, desde siempre, un ideal de vida para mí, un aspecto concreto y parcial, pero insustituible, de mi vínculo con el mundo, con la idea de futuro y el anhelo de trascendencia, nunca la he concebido como una vivencia gratificante o placentera pues me parece que eso sería degradar algo que pertenece a otra dimensión, la de los grandes problemas humanos.
He sentido un dolor intenso al presenciar cómo la generación de mi madre y mis tías repudiaban sus propias vidas, dedicadas a otros antes que a sí mismas, y reescribían su biografía para someterse al ideario del egoísmo universal propio del feminismo de Estado (aunque ellas no lo practican), al ver a muchas mujeres de mi generación y más jóvenes, renunciar a sus propios proyectos acobardadas ante la furiosa propaganda de los aparatos de adoctrinamiento y el ostracismo social a que se enfrenta quien los contradiga. Me he sentido herida al contemplar a muchos hombres avergonzarse de su masculinidad, haciendo de la negación de sí mismos su forma de estar y vivir con las mujeres. Me he sentido humillada al recibir por la fuerza de la violencia estatal, horribles privilegios como los que otorga la Ley de Violencia de Género, en contra de mis principios que me llaman a hermanarme con mis congéneres masculinos y practicar la igualdad en todas las cuestiones de la vida.
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Como madre de tres hijas, a menudo he soportado el menosprecio de muchos y muchas, la insinuación de formar parte de un modelo retrógrado de mujer, el agravio de leer repetidamente que el número de hijos está en relación inversamente proporcional al nivel cultural o que las madres de familia numerosa lo somos por falta de autoestima y capacidades para orientar nuestras vidas.
He estado comprometida desde muy joven en proyectos políticos y culturales de diverso tipo pero siempre vinculados a un ideal revolucionario, al bosquejo de una gran subversión que acabara con un modo de vida sustentado en el egoísmo y el interés particular y que constituyera una sociedad de justicia, convivencia y amor, de libertad y ascenso de lo humano. La observación del fracaso de muchos de los movimientos y experiencias en los que he participado, de su desviación hacia posiciones de compromiso con el poder constituido o su vaciamiento y disolución por falta de proyectos me ha demostrado que si no se constituye un cuerpo de ideas suficientemente fundamentadas que sean capaces de competir con el aparato de adoctrinamiento, el sistema de dominación de la mayoría por las minorías será eterno.
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Esta tarea la he acometido como una obligación personal para la que no estaba preparada previamente, soy autodidacta, no tengo título universitario alguno pero creo que todos y todas hemos de asumir la carga de nuestra emancipación y las tareas necesarias para ella.
He trabajado especialmente la cuestión femenina, la denuncia del feminismo de Estado y de la androfobia, la maternidad y la educación y la fundamentación de la lucha antimilitarista. Llevo un blog “MUJER, VERDAD Y REVOLUCIÓN SOCIAL”, en el que vuelco las reflexiones y los trabajos elaborados. He publicado diversos artículos sobre la educación en la primera infancia y la crianza en las revistas “Guix”, “Infancia”, “Al Sur” y “Maestra de Infantil”. Soy coautora del libro “Pensar el 15-M y otros textos” y “Feminicidio y autoconstrucción de la mujer” (de próxima aparición). Asumo la codirección de la revista “Estudios. Revista de pensamiento libertario”, una publicación de investigación y análisis vinculada a la CNT, sindicato en el que milito.
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“Las revoluciones no son hijas del estómago, son hijas del pensamiento.”
Como cada 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer) el bombardeo mediático-institucional entona, monótona y maquinal, la obsesiva letanía sobre la única y verdadera religión de las mujeres. Nadie cree ya en ella, pero nadie alza la voz contra la doctrina devenida en Confesión de Estado. Todas y todos cumplimos, ritual y mecánicamente, con la observancia de la liturgia sexista impuesta por las instituciones. Como el catolicismo durante el régimen de Franco, el sexismo político feminista se ha convertido en una pústula que emponzoña, por un lado, la vida social que se derrumba en la hipocresía y en el guardar las apariencias, y por otro, a cada uno de nosotros convertidos en seres encogidos, pusilánimes y serviles.
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Pero no se trata de reprobar la miseria moral y existencial de estos tiempos, escupir reproches y sarcasmos o exhibir una refinada misantropía, no hay nada de revolucionario en ese espíritu “crítico” y catastrofista, al contrario, como suele suceder con lo excesivo, el hipercriticismo es uno de los cimientos que sustentan el propio sistema. Si aspiramos a una acción transformadora, a la existencia de la revolución, al menos como proyecto, hay que aplicar la recomendación de Spinoza:
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“Ante las cosas humanas, ni llorar, ni reír, ni indignarse, COMPRENDER.”
Es ese entender y penetrar lo real, el meollo auténtico de la acción revolucionaria en el presente. Pues bien, los hechos son que las relaciones entre las mujeres y los hombres están gravemente dañadas por la política de género del Estado y que, con ello, toda la estructura de las relaciones socialeshorizontales se está desmoronando.
En ese contexto el sujeto medio, igual si es mujer o varón, se torna extremadamente débil e inseguro pues carece de redes y apoyos no sólo para relacionarse y socorrerse sino también para recibir los conocimientos socialmente construidos y aprehender lo real pues, dado lo limitado de la naturaleza humana, solo es posible acercarse a la multiplicidad y complejidad del mundo por la aportación de muchos.
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Las mujeres, además, recibimos una cuota extra de ideas, conductas y formas de existencia dañinas a través del sexismo político, con ello se pretende que aprendamos a amar las cadenas y detestar la emancipación lo que explica que estemos desapareciendo de la brega por regenerar la sociedad y componer la oportunidad de una transformación revolucionaria.
Hemos perdido en primer lugar la más sagrada de las libertades, la de conciencia porque el permanente bombardeo de consignas está destruyendo en nosotras el pensamiento reflexivo. La imagen mental del mundo y el juicio sobre éste es sustituida por informaciones procesadas por la otra parte (1), vivimos así en la irrealidad y completamente manipulables.
Una de las más torcidas maniobras de desustanciación de la mujer es la reescritura de la historia que ha realizado el feminismo haciendo buena la profecía de Orwell, pues es muy cierto que:
Legiones de reclutas teóricos han construido un mito sobre el patriarcado que ignora la realidad fáctica, concreta, temporal e histórica de éste, da origen a una fabulación sobre nuestro pasado que se presenta como una suma de horrores y sevicias, de ferocidad y encarnizamiento hacia la mujer llevada a cabo por los varones. Ello tiene dos resultados de enorme destructividad, por un lado impone a las mujeres creer por fe una narración nunca demostrada, hecha de afirmaciones no verificables, datos descontextualizados o falsificados y consignas y órdenes, un relato que, en muchos casos, niega incluso su propia experiencia y exige a la mujer reinterpretar su biografía según el canon de la ortodoxia institucional.
La obligación política de vivir en la mentira intoxica la psique, reprime de forma brutal e inmisericorde el juicio autónomo, nos aleja del mundo real y nos confina en un universo de ficciones y novelerías.
Por otro lado, puesto que todo lo que queda atrás es el mal, estamos forzadas a adherirnos alsistema presente que, al ser su negación, se justifica como el bien. Con ello se realiza un proceso deaculturación de masas al obligarnos a negar en bloque la tradición, es decir, la historia y la cultura de las clases preteridas, y acusar al pueblo de ser el reservorio del machismo y la violencia contra la mujer. Esto nos convierte en personas desarraigadas, compelidas a romper el vínculo con las generaciones pasadas, escupiendo sobre nuestros ancestros y vaciadas del sustrato cultural heredado, haciéndonos seres aislados de forma trascendental, sin raíces, desestructurados, sin sentido de pertenencia, avergonzados, débiles, desamparados y con una identidad tan frágil que es completamente maleable.
De este modo queda la mujer sumida en la confusión, la inseguridad y la parálisis; vaciada y preparada para ser reconstruida según los designios del poder. Se nos hace mucho más permeables a todas las formas de adoctrinamiento y manipulación mental que hoy son múltiples y de una eficacia aterradora, algunas diseñadas específicamente para nosotras (2).
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“Sin calidad del sujeto no podemos abordar las transformaciones
tan complicadas y tan largas que se necesitan.
La debilidad de las luchas de todo tipo y de las acciones anti orden constituido
se manifiestan mucho por la baja calidad del sujeto.”
Más este proceso no se impone únicamente a través de las armas metafísicas de las ideas, la modernidad ha hecho toda nuestra existencia regulada y dirigida desde fuera. La mujer vive entregada al trabajo asalariado con el sentimiento de que es el único camino a su liberación. Así, una actividad que Aristóteles consideró una forma peculiar de esclavitud, y de la que Simone Weil dice que es tan demoledora para la psique humana que solo se puede soportar si se renuncia al pensamiento, se legitima y se expande.
El trabajo a salario, prácticamente en su totalidad, es destructivo y cosificante, la mujer no solo no puede emanciparse por él, sino que es anulada y triturada en lo más esencial. La rutina laboral es una pedagogía para interiorizar el hábito de ser gobernadas desde fuera, dar carta de naturaleza a la jerarquía como forma más acabada del orden social, poner el dinero y lo monetario en el centro de la vida y renunciar a toda iniciativa personal en cualquier ámbito de la existencia. Frente a este sujeto encogido y dócil, la empresa cobra un poder inmoderado, las trabajadoras quedan en manos de sus jefes y jefas hasta en las cuestiones más íntimas y privadas.
Estamos en Guerra Espiritual... Los Hijos de la Serpiente acechan incansablemente por tu Alma... El Espíritu del Anticristo ya está permeando todas las capas de nuestro mundo... De todos y cada uno depende el contribuir a generar Luz en medio de la Oscuridad... Aún estamos a tiempo de evitar la imposición del Nuevo Orden Luciferino, el cual ya se encuentra a las puertas de la esquina.
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"Porque nuestra lucha no es contra adversarios de carne y hueso sino contra poderes, potestades, contra los que dominan este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que tienen su morada en las alturas"... Efesios 6:12
¡¡¡QUE AMANEZCA!!!
"Que Amanezca, Que Salga la Aurora, para que los Pueblos tengan Paz, para que los Pueblos sean Felices…" (Don Alejandro Cirilo, Abuelo Maya)
ACTUEMOS COMO GUARDIANES DE LA MADRE TIERRA... CULTIVEMOS NUESTRA HUERTA Y SEMBREMOS BOSQUES DE ÁRBOLES...
NO A LOS ECO-GENOCIDIOS.....
SÍA LAS ENERGÍAS LIBRES.....
Llamamiento de Vandana Shiva al pueblo Colombiano
¡No obedezcan queridos campesinos la Ley de Semillas 9.70! Recuerden que su derecho es superior: El Derecho a la Tierra, al Universo y a la Vida!
Colombia: "Mi Tierra No Se Vende"...
"Sin Semillas no hay Agricultura, sin Agricultura no hay Alimentos, sin Alimentos no hay Pueblos"...
Documental 9.70: En Colombia tener una semilla es delito. Dictadura Alimentaria
Apoya al campesino. Compra 100% Colombiano... Guarda Semillas. Procura cultivar tus propios alimentos. Infórmate sobre los TRANSGÉNICOS y el grave daño que éstos ocasionan tanto sobre nuestra Salud como sobre nuestro Medio Ambiente.
El CODEX ALIMENTARIUS ES UN SILENCIOSO GENOCIDIO LEGALIZADO... (ver etiquetas a continuación)
Amada Madre Agua: Pura, Radiante y Cristalina... Te Amamos, Te Respetamos, Te Bendecimos...
Los Niños de Siria cantan: Injusto: ¿Qué te hemos hecho para que nos asesines?
Preciosa canción dedicada a los niños de Siria. Esta es su infancia.
ALERTA MUNDIAL: NOS ESTÁN FUMIGANDO! Alexander Backman
S.O.S. Internacional: Petición de Firmas contra Multinacionales Eco-Genocidas en Colombia
"MEDORO, GREYSTAR & ANGLOGOLD ASHANTI" ARE KILLING PEOPLE, DESTROYING LAND, GENOCIDE, CRIMES AGAINST HUMANITY...DESOBEDIENCIA CIVIL, EXPROPIACION DE LA TIERRA COLOMBIANA A LAS MULTINACIONALES GENOCIDAS...
EL "dios" QUE ADORAN LOS HOMBRES, por Marcel Rober
Defendámonos de los "dioses", Salvador Freixedo
Declaración Universal de los Derechos de los Animales
El Hombre en tanto que especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a otros animales, o de explotarlos violando este derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales.
¡DES-PIER-TA! ¡Un Pueblo Unido Jamás Serás Vencido!
Los 10 Mandamientos contra el Nuevo Orden Mundial:
1 - No Televisión 2 - No Votar 3 - No tener Créditos Ni usar Tarjetas de crédito 4 - No tener coche 5 - Cultivos propios 6 - Comercio local 7 - Boicot a la Religión 8 - Manifestarse siempre 9 - Consumir poco 10 Uso de Energías Libres.
Mensaje al Mundo de Abuelo Maya, Don Alejandro Cirilo Pérez Oxlaj
Documental 'El Canto del Origen', Sierra Nevada de Santa Marta
Mensaje al Mundo de los Indígenas de la Amazonía
"Solo después que el último árbol haya sido cortado. que el último río haya sido envenenado. solo después que el último pez haya sido pescado. solo entonces descubrirás que el dinero no se puede comer". Gran Jefe Seattle.
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