La Era de La Señora Muerte
por Pepe Escobar, 23 Septiembre 2011
La hipocresía está reinando actualmente en la diplomacia mundial.
El respeto del derecho internacional es una farsa. Algunos países poderosos militarmente - con un pasado colonialista - han resurgido sus viejas taras de dominación camuflada esta vez - y cínicamente - bajo nobles aspectos 'humanitarios'.
El Mundo se está convirtiendo cada vez más en una jungla donde prima la decisión del más fuerte.
Con razón el fallecido premio Nobel de literatura, el magistral escritor y pensador José Saramago nos advertía del engaño y de su principal ingrediente: la mentira como arma de destrucción masiva.
Nuestro colega Pepe Escobar nos explica lo que se está tramando.
La Muerte [también llamada la Parca, Reaper en inglés]
O puede llevar un traje de negocios y encarnar la persona del presidente de EE.UU.
«Que no quepa duda: la marea de la guerra retrocede».
Refiriéndose a la operación de la OTAN al bombardear a Libia hacia la democracia, Obama subrayó:
«Así se supone que debe trabajar la comunidad internacional».
En cuanto a la «comunidad internacional» - que ahora incluye solo a miembros de la OTAN y a monarquías del Golfo Pérsico, excluyendo a todos los demás - todavía «tendrá que responder a los llamados por cambio» en Medio Oriente, según Obama.
Siria Irán
«una constelación de bases secretas de drones para operaciones de contraterrorismo en el Cuerno de África y la Península Arábiga».
Somalia Yemen
Una línea aérea asesina de bajo coste
Como saben perfectamente esos contratistas, Washington está involucrado ahora en no menos de seis guerras - o «cinéticas» lo que sea, como la Casa Blanca las define - en,
Irak Libia Afganistán Pakistán Yemen Somalia
La flota de «cazadores-asesinos» de MQ-9 Reapers - es decir, capaces en Pentagonés tanto de «vigilar» como de «atacar», aparcada en un hangar cerca de la principal terminal para pasajeros en Victoria, en las Seychelles, llevará a un nuevo nivel el concepto de la aerolínea de bajo presupuesto.
Aunque son presentados como inocentes juguetes que vuelan sobre Somalia «para apoyar los actuales esfuerzos de contraterrorismo», podemos apostar más botellas de [champán] Moet a que tarde o temprano las hazañas de esa línea aérea asesina de bajo coste lleguen a los titulares.
Naturalmente, ningún MQ-9 Reaper bombardeará a los libios vinculados a al Qaida, conocidos anteriormente como rebeldes, que ahora ejercen el control militar total de Trípoli.
Esto solo sucederá cuando islamistas libios de la línea dura comiencen su ritmo de talibanización - sea como parte de un gobierno del Consejo Nacional de Transición o como fuerza guerrillera combatiendo a la OTAN. El Pentágono siempre respeta la consigna de cuidar mejor a sus futuros enemigos que a sus amigos actuales.
En ese universo impregnado de neolengua de «círculos mejorados de vigilancia», apenas se piensa en daño colateral. Incluso un think-tank del establishment como la Brookings Institute ha subrayado que por cada «terrorista» muerto, «también han muerto algo como 10 civiles». Cálculos más realistas apuntan a una ratio de 15 civiles por cada «terrorista» que muerde el polvo.
Y esto, mientras el modo de guerra PlayStation Estadounidense, promovido por el Pentágono, nunca cesa de ser mejorado: Reapers, o hijos de Reapers, pronto realizarán por sí solos sus tareas, utilizando solo software de despunte y sin intervención humana.
Lo que nos lleva de vuelta a Obama.
Esta libertad no es para vosotros
Desde su púlpito en la ONU, Obama subrayó:
«Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos».
Obama también dijo:
«Los israelíes han sido muertos por cohetes y atacantes suicidas».
«Los palestinos han sido muertos por ataques aéreos, bombas inteligentes, bombas estúpidas, aplanadoras, francotiradores, castigo colectivo y Reapers».
En cuanto a la posición de Washington ante la solicitud de Estado miembro de la ONU de Palestina, torrentes de bites han tratado de explicar cómo EE.UU. debe ajustarse a las demandas de Israel mientras pretende no estar a las órdenes de Israel.
En vísperas de la hora de la verdad en el Consejo de Seguridad de la ONU, Palestina ha conseguido los nueve votos de los 15 que necesita para ser reconocida como Estado - y por lo tanto lograr por lo menos una resonante victoria moral, incluso a pesar del inevitable veto de EE.UU.
De modo bastante significativo, los votos son los de las cinco potencias emergentes del BRICS - Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica - más Bosnia, Gabón y Nigeria.
Alemania, Colombia y EE.UU. están listos para votar en contra. Por lo tanto, inevitablemente, EE.UU. ejerció fuerte presión sobre Bosnia (un país de mayoría musulmana), Gabón y Nigeria (miembro de la Organización de la Conferencia Islámica, OIC, por sus siglas en inglés).
No importa que la idea de un Estado palestino sea un consenso virtual en la comunidad internacional - la verdadera de carne y hueso, no el fantasma blandido por Washington.
Lo que importa son los «hechos en el terreno» de Israel como dominatrix suprema de la política exterior de EE.UU. así como el Congreso en su calidad de ramera de Israel. Lo que importa es que Obama trate de tentar a los musulmanes con su retórica florida en Estambul y El Cairo solo para que se sometan dócilmente y cuando las cosas se compliquen, sientan el látigo de la dominatrix.
Y todo esto, mientras desde el Norte de África a Medio Oriente las multitudes luchan por la misma «libertad» de la que supuestamente gozan estadounidenses (e israelíes), pero que es eternamente negada a los palestinos.
Pase lo que pase en la ONU, Israel hizo el negocio del siglo.
Washington no solo paga por los asentamientos, sino combate virtualmente a todos los enemigos de Israel, antagoniza mortalmente a 1.300 millones de musulmanes en todo el mundo, gasta billones [millones de millones] de dólares y va a la bancarrota haciendo una «guerra contra el terror».
Lo que nos lleva a otra personificación de la Muerte [la Parca]. Puede ser un MQ-9 en Af-Pak o en la nueva ruta asesina Seychelles-Somalia. Puede ser canalizado por el presidente de EE.UU. Y puede responder al nombre de Bibi. Está aquí, allá, por doquier.
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