Lo mismo cuando se habla de otras prevenciones como abandonar el tabaco y el alcohol para encarar un embarazo saludable, éstas recomendaciones también deberían ser adoptadas con la misma responsabilidad por los hombres.
Como afirman los autores de un estudio español sobre defectos congénitos en el feto, que aparecen en un 6%-7% de los embarazos, no sólo la mujer debe prepararse para el embarazo, porque la biología del niño también depende en un 50% del hombre.
La deficiencia de ácido fólico afecta la calidad y a la movilidad del esperma, lo cual puede traducirse en daños en el material genético de los espermatozides que repercute en la formación del feto en los primeros estadios de vida.
Las frutas y las verduras juegan un papel importante en la mejora de la calidad del esperma pues contienen antioxidantes a la vez que ácido fólico. Los alimentos ricos en ácido fólico son el tomate, las espinacas, los espárragos, la remolacha roja, la naranja, el aguacate, las fresas y el plátano, las legumbres y los cereales.
Es muy razonable lo que plantea el estudio: que los hombres también se preparen para tener un bebé sano. Al igual que sucede durante la gestación y en el plano de la crianza, en la preparación del embarazo el padre debería compartir responsabilidades con la madre. En definitiva, es parte de los dos.
Por eso veo totalmente coherente que además de la mujer, también el hombre cuide su alimnetación incorporando ácido fólico, o lo tome a través de un suplemento vitamínico si ello repercute en disminuir las posibilidades de que el bebé padezca algún defecto congénito.
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