La Supermente y la Vida Divina
La Supermente, porque es una consciencia-verdad, tiene este conocimiento inherente en ella y este poder de verdadera existencia; su curso es recto y puede ir directa a su objetivo, su campo es amplio e incluso puede hacerse ilimitable. Esto es porque su misma naturaleza es conocimiento: no tiene que adquirir conocimiento sino que lo posee por propio derecho; sus pasos no son desde la nesciencia o la ignorancia hasta alguna luz imperfecta, sino desde la verdad hacia la verdad más grande, desde la percepción correcta hasta una percepción más profunda, de intuición a intuición, de iluminación a absoluta luminosidad ilimitada, de creciente amplitud a la absoluta inmensidad y la misma infinitud.
En sus cimas posee la omnisciencia y omnipotencia divina, pero incluso en un movimiento evolutivo de su propia automanifestación gradada por la cual finalmente revelaría sus propias alturas más altas debe estar en su misma naturaleza esencialmente libre de ignorancia y error: empieza de la verdad y la luz y se mueve siempre en la verdad y la luz. Como su conocimiento es siempre verdadero, también su voluntad es siempre verdadera; no maneja torpemente las cosas o se tambalea en sus pasos. En la Supermente el sentimiento y la emoción no se apartan de su verdad, no se equivoca o comete errores, no se desvía de lo correcto y lo real, no puede utilizar mal la belleza y el deleite o torcerse de una rectitud divina.
En la Supermente el sentido no puede guiar mal o desviar hacia la grosería que aquí son sus imperfecciones naturales y la causa de reproche, desconfianza y mal uso por nuestra ignorancia. Incluso una declaración incompleta hecha por la Supermente es una verdad que conduce a una verdad más completa, su acción incompleta es un paso hacia la plenitud. Toda la vida y la acción y la guía de la Supermente está a salvo en su misma naturaleza de las falsedades e incertidumbres de nuestro destino; se mueve segura hacia su perfección. Una vez la consciencia-verdad se estableciera aquí en su propia fundación segura, la evolución de la vida divina sería un progreso en la felicidad, una marcha a través de la luz hasta el Ananda.
Su manifestación de la vida divina será también inevitable; su propia vida en su propio plano es divina y, si la Supermente desciende a la tierra, traerá necesariamente la vida divina con ella y la establecerá aquí.
La evolución, como la vemos en este mundo, es un proceso lento y difícil y, ciertamente, normalmente necesita años para alcanzar resultados permanentes; pero esto es porque está en su naturaleza una emergencia desde comienzos inconscientes, un inicio desde la nesciencia y un trabajo en la ignorancia de seres naturales por lo que parece ser una fuerza inconsciente. Puede haber, por el contrario, una evolución en la luz y no más en la oscuridad, en la cual el ser evolutivo es un participante consciente y un colaborador, y ESTO ES PRECISAMENTE LO QUE DEBE TENER LUGAR AQUÍ.
Incluso en el esfuerzo y el progreso desde la Ignorancia al Conocimiento esto debe ser en parte si no totalmente el esfuerzo a hacer en las alturas de la naturaleza y debe ser totalmente eso en el movimiento final hacia el cambio espiritual, la realización, la transformación. Debe ser todavía más así cuando hay una transición a través de la línea divisoria entre la Ignorancia y el Conocimiento y la evolución es desde el conocimiento hacia un conocimiento mayor, desde la consciencia a una consciencia mayor, desde el ser a un ser mayor. Entonces ya no hay ninguna necesidad para el paso lento de la evolución ordinaria; puede haber una conversión rápida, una rápida transformación después de una transformación, lo que parecería a nuestra actual mente normal, una sucesión de milagros. Una evolución en los niveles supramentales bien podría ser de esa naturaleza; podría ser igualmente, si así lo eligiera el ser, un pasaje más calmado de un estado o condición supramental de las cosas hacia algo más allá pero aún supramental, desde un nivel divino hasta un nivel divino, una construcción de gradaciones divinas, un crecimiento libre hasta la suprema Supermente o más allá de ella hasta niveles del ser, de consciencia y Ananda no soñados todavía.
La mente se elevará hacia una luz más divina de pensamiento y voluntad, la vida hacia una emoción y acción más profunda y verdadera, hacia un poder de sí misma más grande, hacia objetivos y motivos altos. Lo que todavía no pueda ser elevado a su propia plena verdad de ser, será acercado a esa plenitud; lo que incluso no esté preparado para ese cambio, aún verá abierta la posibilidad a ello siempre que su todavía incompleta evolución lo haya preparado para la realización de sí mismo. Incluso el cuerpo, si puede soportar el toque de la Supermente, será más consciente de su propia verdad, –pues hay una consciencia corporal que tiene su propia verdad y poder instintivo de condición y acción correcta, incluso una especie de conocimiento oculto, no expresado, en la constitución de sus células y tejidos que un día pueden hacerse conscientes y contribuir a la transformación del ser físico. Un despertar debe producirse en la naturaleza terrestre y en la consciencia terrestre que será, sino el comienzo real, al menos la preparación efectiva y los primeros pasos de su evolución hacia un nuevo y más divino orden mundial.
Para aquellos que pudieran abrirse de ese modo y permanecer abiertos, no habría ninguna limitación para este desarrollo e incluso ninguna dificultad fundamental; pues todas las dificultades serían disueltas por la presión de la luz y el poder supramentales desde arriba vertiéndose a sí mismo en la mente y en la fuerza vital y en el cuerpo. Pero el resultado del descenso supramental no necesita ser limitado a aquellos que puedan abrirse enteramente así y no necesita ser limitado al cambio supramental; podría también haber una transformación menor o secundaria del ser mental dentro del campo liberado y perfeccionado de la naturaleza mental. En lugar de la mente humana como es ahora, una mente limitada, imperfecta, abierta en cada instante a toda clase de desviaciones de la verdad o pérdida de la verdad, abierta a toda clase de errores y abierta incluso a las persuasiones de una completa falsedad y perversión de la naturaleza, una mente cegada y atraída hacia la inconsciencia y la ignorancia, difícilmente llegando al conocimiento, un intelecto inclinado a interpretar el conocimiento superior en abstracciones y figuras indirectas agarrando y reteniendo incluso los mensajes de la intuición superior con una comprensión incierta y disputada, podría emerger una mente verdadera y capaz de la libre y suprema perfección de sí misma y sus instrumentos, una vida gobernada por la mente libre e iluminada, un cuerpo que respondiera a la luz y capaz de realizar todo lo que la mente y la voluntad libres pudieran demandarle. Este cambio podría suceder no sólo en unos pocos, sino extenderse y generalizarse en la raza.
Esta posibilidad, si se realizara, significaría que el sueño humano de perfección, perfección de sí mismo, de su naturaleza purificada e iluminada, de todos sus modos de acción y vida, ya no serían un sueño sino una verdad que podría hacerse realidad y la humanidad sería liberada de la sujeción de la inconsciencia y la ignorancia. La vida del ser mental podría armonizarse con la vida de la Supermente que entonces sería el orden más elevado por encima y sería incluso una extensión y anexo de la consciencia-verdad, una parte y provincia de la vida divina. Es obvio que si la Supermente está ahí y un orden de ser supramental se establece como el principio director en la naturaleza terrestre, como la mente es ahora el principio director, pero con una certeza, un gobierno completo de la existencia terrestre, una capacidad de transformación de todo por encima de su nivel y dentro de sus límites naturales de lo cual la mente en su imperfección no fue capaz, un cambio inmenso de la vida humana, incluso si no se extendiera a la transformación, sería inevitable.
¿Cómo haria la Supermente por su presencia y gobierno de las cosas para poder superar esta dificultad, respetando simultáneamente el principio de gradación y si no pudiera rectificar el orden erróneo e ignorante impuesto por la Ignorancia y la Inconsciencia, sustituirlo por una gradación correcta en la que la perfección y divinización serían posibles? Ciertamente, el camino para el individuo estaría abierto, pero CUALQUIER GRUPO DE SERES HUMANOS QUE ASPIREN UNIDOS EN UN ESFUERZO POR UNA VIDA COLECTIVA PERFECTA E INDIVIDUAL Y/O ASPIREN A LA VIDA DIVINA, SERIAN ASISTIDOS HACIA LA CONSECUCION DE SU ASPIRACION: AL MENOS ESA SERIA LA MINIMA CONSECUENCIA QUE SUPONDRIA LA SUPERMENTE. Pero la posibilidad mayor está también ahí y podría incluso ofrecerse a toda la humanidad.
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