Juan Manuel Santos y su predecesor, Alvaro Uribe Vélez |
Desde el primer gobierno de Uribe hasta hoy con Santos, el gasto militar en la guerra interna contra las guerrillas ha costado casi 90 mil millones de dólares, sin ningún resultado más que estar actualmente sentados en La Habana para hablar de cómo acabaría este enfrentamiento de más de medio siglo.
La OTAN por su parte es una organización militar compuesta por países del atlántico norte de Europa y Norteamérica, dirigida por los EEUU, que se formo al término de la segunda guerra mundial con el pretexto de defenderse del avance del comunismo encabezado por la antigua URSS.
Una vez caída la URSS mucho creyeron que este organismo no tendría razón de existir. Pero se equivocaron.
Siendo la OTAN en los hechos un ejército al servicio del imperialismo estadounidense, responde a la lógica que implanto George W Bush de guerras preventivas. Esto significa que los EEUU tienen el derecho de declararle la guerra a cualquier país que ellos crean pueda atacar intereses norteamericanos o que tengan organizaciones a los que ellos consideren terroristas. En palabras de Colín Powell, intervenir en cualquier nación donde los intereses norteamericanos puedan verse afectados.
Esta lógica, que en los hechos EEUU ha aplicado desde siempre, se confirmo en la guerra de la ex Yugoslavia, donde OTAN quería tener una zona estratégica para el crecimiento de su red militar. Y lo lograron sobre miles de cadáveres bombardeados.
Luego, su participación en la invasión a Irak, para lo que se inventaron aquello de las armas de destrucción masiva que nunca encontraron, le sigue costando a ese pueblo más de 1 millón de muertos y de paso que los 6 campos petroleros más grandes de Irak, así como los dos yacimientos más grandes de gas, estén en manos de trasnacionales estadounidenses y europeas.
En Afganistán, la locura militarista y hambre de recursos naturales, están costando más de 200 mil muertos civiles, y de paso que se queden con reservas de 95 millones de barriles de petróleo sin explotar, 5 billones de pies cúbicos de gas natural, 400 millones de toneladas de carbón y el oleoducto transafgano, de una extensión de 1700 kilómetros que transportara gas natural desde Turkmenistán hasta Pakistán.
Volviendo al caso colombiano, este acercamiento con la OTAN se da en el marco de una mesa de diálogo por la paz con la guerrilla de las FARC. Se da también en medio de una crisis económica en EEUU que impide le sigan mandando recursos económicos para el mantenimiento de la guerra.
En cuanto al dialogo con la guerrilla, la cosa es simple: el gobierno no aceptara el pedido de las FARC de suspensión de elecciones y llamado a una Asamblea Constituyente. Tampoco devolverán las tierras que el paramilitarismo entrego a la oligarquía y trasnacionales (el 95% de las mejores tierras están en manos del 5% más rico).
Por el lado de las FARC no aceptaran entregar las armas hasta que lo señalado arriba no se resuelva. Además exigen garantías plenas para su posterior ingreso a la política pública y que no se repita lo sucedido con la Unión Patriótica a la que le asesinaron más de 3 mil dirigentes, y para eso debe haber un cambio en la dirección de las Fuerzas Armadas y acabar con su apañamiento del fenómeno paramilitar.
Y que en el nuevo contrato social a través de una Asamblea Constituyente que selle la paz en Colombia se asegure tanto en lo político, económico y social.
Todo indicaría que este acercamiento de Santos a la OTAN será porque pronto patearían el tablero de la negociación con las FARC. Pero el plan sería tan ambicioso como criminal. Para eso necesito que hagan un mapa en su cabeza para la siguiente explicación:
La OTAN, con EEUU de patrón, tiene en América latina 23 bases militares. Seis en manos inglesas, de las cuales tres están en las islas Malvinas que se usurparon a la Argentina al sur del continente y las otras tres en islas frente a Brasil. Las otras 17 bases están en manos de EEUU: 7 en Colombia de las cuales dos cerca a la frontera con Venezuela. Una en Iquitos Perú. Otra en Paraguay. Dos en las Antillas.
Dos más en Centro América: Honduras y El Salvador. Tres más en el Caribe: Puerto Rico, Costa Rica y Guantánamo, en territorio robado a Cuba.
Queda claro que tienen rodeado a todo Latinoamérica en esta etapa de triunfos progresistas en la región. Y para tenernos más vigilados, han soltado a la IV flota para que transite por el atlántico. Si no hay posibilidad alguna de una agresión o invasión extra continental, queda claro que esos buques, portaviones y demás son para invadir en cualquier momento nuestra región.
En Venezuela existen las reservas de petróleo del mundo. La región amazónica goza de la reserva más grande de agua dulce, y es territorio de abundantes hidrocarburos. La Cordillera de los andes tiene en sus venas reservas minerales como ningún otro lugar del planeta, incluso uranio con el que pretenden solucionar el problema energético de China y Rusia que en los próximos 10 años y que países como el Perú están poniendo en manos de empresas gringas y canadienses.
Todo esto indicaría que Santos solo pretende ganar tiempo para que la OTAN, bajo acuerdos militares a firmar en estos días, se meta al conflicto colombiano. Pero además,”coincide” con la denuncia que la oposición golpista venezolana estaría comprando armas y coordinando con paramilitares colombianos para armar la violencia armada en algunas ciudades venezolanas.
Si, acertó, como en Libia, como en Siria. Colombia hace rato que es un aliado firme del imperio y su tapa rabos, la Otan. Pero ahora parece querer convertir la tierra hermana en una cabecera de playa para el derrocamiento del gobierno bolivariano primero y luego de todo lo que se oponga a los intereses del imperio en nuestra región.
Curioso que los medios de comunicación, que tanto cacarean por la libertad de expresión, no les asuste la presencia de la Otan en nuestras tierras. Son los mismos que cuando invadieron Panamá en 1989 destruyeron la Tv estatal con un misil. Bombardearon la Tv de Belgrado en 1999 cuando se metieron al conflicto Yugoslavo, causando 14 muertos. Los mismos que destruyeron las estaciones de Al Jazzira en Kabul en la invasión de Afganistán y en Bagdad en la invasión de Irak, respectivamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario