POR SUSANA GONZÁLEZ
Desde la firma del TLCAN los apoyos a la agricultura se redujeron a más de la mitad. Se otorga en este país la cuarta parte de lo que destinan Noruega, Suiza, Japón y Corea. Mientras los subsidios al campo aumentan en el mundo, en el país se recortan, afirma un estudio del organismo neoliberal OCDE.
México es un importador agroalimentario neto, y las importaciones de ese sector representan 7 por ciento de sus compras totales al exterior, advirtió la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) en un informe anual sobre las políticas agrarias de 47 países, incluidos sus 34 asociados.
En 2012, indicó, los subsidios a la agricultura se incrementaron a nivel mundial, tras haber alcanzado mínimos históricos hasta un año antes, pero en México bajaron de 12.8 a 12.3 por ciento respecto a sus ingresos agrícolas y ocupó el noveno sitio entre los países que menos apoyos otorgan a sus agricultores y campesinos. En contraste, Noruega, Suiza, Japón y Corea aplicaron entre 53 y 63 por ciento de sus ingresos agrícolas en apoyos al sector.
La OCDE abundó que en las últimas dos décadas México redujo en más de la mitad los subsidios agrícolas, al pasar de 28 por ciento en 1991-1993 a 13 por ciento en 2010-2012, muy por debajo del promedio de 19 por ciento de la OCDE. Esto ocurrió desde que reformó sus políticas agrícolas por la liberalización del comercio con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y su ingreso a la Organización Mundial de Comercio.
El apoyo gubernamental a la agricultura representa en México apenas 0.7 por ciento del producto interno bruto (PIB), menor al promedio de 0.9 por ciento de la OCDE, y el subsidio al maíz, su principal alimento básico, fue reducido sustancialmente, al pasar de 43 a 7 por ciento en el periodo mencionado.
La protección en la frontera y la intervención del Estado en los precios se redujeron considerablemente, y aunque ahora los precios para los agricultores de México son 4 por ciento superiores a los mundiales, en 1991-1993 eran 34 por ciento más altos.
Aun así la OCDE criticó que desde 2000 México haya aumentado los subsidios a insumos como electricidad, combustibles y contratos de cobertura de precios, lo que catalogó de incoherente con la sostenibilidad ambiental y un factor de distorsión en el mercado.
Calculó que el apoyo a los productores entre sus naciones afiliadas ascendió a 258 mil 600 millones de dólares en 2012, es decir 19 por ciento respecto al billón 361 mil millones de dólares de los ingresos agrícolas de sus asociados.
El 12.3 por ciento que representan los subsidios agrícolas en México no sólo quedó por debajo del promedio de la OCDE, sino también del 17 por ciento que reportan los 47 países incluidos en el análisis y que generan 80 por ciento de la producción agrícola mundial, entre los que se incluyen siete naciones emergentes (Brasil, China, Indonesia, Kazajastán, Rusia, África del Sur y Ucrania).
El porcentaje de los subsidios en México representa entre la cuarta y quinta parte respecto a lo que aplican Noruega, Suiza, Japón y Corea, cuyos agricultores reciben subsidios que equivalen a 63, 56, 55 y 53 por ciento de los ingresos agrícolas de su país.
La OCDE mencionó que los mercados emergentes confían más en la protección de las fronteras y las medidas de apoyo a los precios de mercado. Algunos de los mayores incrementos en los subsidios o ayudas agrícolas se han producido en los países que han enfocado su política en la autosuficiencia alimentaria... El acceso a los alimentos mejoraría con mayor eficacia la reducción de la pobreza y el desarrollo de redes de seguridad, apuntó, pero también advirtió que se requiere incrementar inversiones, elevar la producción, mejorar el acceso a las importaciones y crear reservas de alimentos de emergencia.
México sólo superó a Nueva Zelanda, Ucrania, Australia, Sudáfrica, Chile, Brasil, Estados Unidos e Israel, que aplican entre 0.7 y el 7 por ciento de sus ingresos agrícolas en subsidios.
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