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COLOMBIA: Se planean MEGA-ECO-GENOCIDIOS MINEROS Y PETROLEROS...
En zonas declaradas por la ONU como patrimonio cultural y paisajístico de la Humanidad... Eje Cafetero (zona andina de Colombia) y en San Andrés Islas. ¿Tendremos entonces otro "error" como el del Golfo de México?)... Solo si no participamos... A TODOS NOS CONCIERNE!!!
Los Afectados:
Por Minería a Cielo Abierto: Cajamarca (Tolima), Cocora (Salento), El Quimbo (Huila)
Por Exploración Petrolera: Islas de San Andrés, Santa Catalina y Providencia
COLOMBIA: EL DESASTRE AMBIENTAL
Mina de Oro La Colosa, Cajamarca (Tolima)
Por: Soto Hoyos
Febrero 28 de 2011
Mientras muchos de los habitantes de éste país se unen a la ideología que propende por la preservación del planeta, el cuidado de los recursos naturales y en general todo tipo de actividades en pro de tener sistemas ambientalmente sostenibles, el pasado gobierno y el actual han ido en contravía de esa intención de los ciudadanos y en general de la conciencia que se está tomando a nivel global respecto de la importancia del medio ambiente.
Esa separación entre la importancia que se le está dando al cuidado de nuestro planeta y las políticas del pasado y actual gobierno, no es una separación sutil e insignificante, por el contrario, pareciese ser una separación que contrapone ambas partes y las lleva a ser absolutamente contrarias. Así que, mientras los Estados buscan celebrar convenciones y obligaciones para preservar el medio ambiente, los ciudadanos realizan campañas y actividades en pro de proteger nuestro planeta y concienciar a los habitantes de la grave situación que atraviesa, el gobierno colombiano se ha dedicado a tomar decisiones, establecer medidas y hacer negocios en contra de todo lo anterior pero sobretodo en contra de la naturaleza.
Lo anterior se ratifica no sólo con la testaruda conducta del señor Uribe repartiendo licencias ambientales a dar y convidar en zonas de especial protección, en lugares sagrados para otras etnias y en territorios ricos en flora y fauna. También a la carrera minera que se vive en el país, por fuera de una regulación digna y consciente del entorno, así mismo a las falencias ambientales que generan los problemas de invierno que todos vimos a finales del año pasado y comienzos de éste, y en general a todas las acciones corruptas y malversadas que tienen hoy penando a las Corporaciones Autónomas Regionales y al Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo.
Pero más allá de esos ejemplos genéricos quisiera reseñar dos megaproyectos concedidos por el gobierno de Uribe y que continúan vivitos en el de Santos que son un despropósito humano y ambiental a la vez de ser el fiel reflejo de que para el gobierno poco o nada importa el medio ambiente y la prosperidad no sólo del planeta tierra sino del ser humano como tal. Estos dos ejemplos son la mina de oro “La Colosa” que se quiere instaurar en el municipio de Cajamarca, Tolima, por la empresa surafricana Anglo Gold Ashanti y la hidroeléctrica que quiere realizar la empresa chileno-española Emgesa en el Quimbo, Huila.
Mina “La Colosa”
En primer lugar el proyecto de minería “a cielo abierto” que quiere adelantar susodicha empresa en Cajamarca es un despropósito frente a la posición mundial que crece en contra de este tipo de explotación minera y de megaproyectos que atentan contra el desarrollo sostenible. ¿Por qué? Porque la minería a “cielo abierto” implica la destrucción total de la vegetación de toda la zona, dentro de la cual se encuentra una Reserva Natural de unas 510 hectáreas, 160 nacimientos de agua y miles de recursos naturales que volarían con millones de explosivos necesarios para removerlos, así mismo afectaría cuencas de ríos y sistemas de acueductos comunitarios. Por otro lado, para la extracción del oro, es necesario la utilización de químicos poderosísimos como el cianuro, que después serían almacenados en piletas de agua, generando posibles filtraciones a ríos y acueductos, en pocas palabras: es envenenar el agua. Junto con eso la producción de la mina depararía alrededor de 9 millones de metros cúbicos de agua al año que es el consumo de aproximadamente 400.000 personas.
De esta manera, y en términos apenas descriptivos y generales, este proyecto, que favorece ante todo a una multinacional, sería la destrucción del derecho colectivo que consagra nuestra Constitución a gozar de un medio ambiente sano así como al equilibrio ecológico y el desarrollo sostenible. ¿Vale más el oro y los intereses de extranjeros que nuestra agua y nuestro entorno ambiental?
Mina explotada a “cielo abierto”
Y así como la mina “La Colosa” el proyecto de la cuestionada empresa Emgesa (investigada por apoyo al paramilitarismo) de la hidroeléctrica en El Quimbo sólo promete más resultados negativos contra la vida humana y la naturaleza. Veamos.
Lo primer que hay que decir es que el proyecto se construye a muy poca distancia de otra hidroeléctrica de la misma empresa y que su fin es “unipropósito” esto es producción de energía y ganancias exclusivas para los fines de la compañía. Además de esto, la ubicación geográfica dónde se quiere construir es parte del macizo colombiano, es decir del lugar de donde proviene la mayoría de agua del país, a sólo un kilometro de la desembocadura del río Páez en el río Magdalena, lo cual podría generar una catástrofe ambiental sin precedentes en el país. Pero como si esto no fuese suficiente el proyecto obligará el desplazamiento de más de 400 familias, acabará con numerosas empresas comunitarias, inundará más de 2.000 hectáreas de cultivos y ganado, acabará con 842 hectáreas de bosque ripario, un ecosistema sensible único. Así mismo amenazaría con la extinción del mono nocturno de manos grises y de otras tantas como la nutria neotropical.
Así mismo, su creación acabaría con sistemas de riego valorados en más de 112 mil millones de pesos, procesos sociales importantísimos de distribución de la tierra y soluciones pacíficas ejemplares en temas rurales.
Pero, la fiebre insensata de la “confianza inversionista” y la idea ridícula que por años a seducido al país de entregarle los recursos más sagrados a empresas multinacionales que poco o nada les importa la situación del país y sus habitantes, ha llevado a que estos proyectos se presenten como grandes logros del crecimiento económico colombiano y como ejemplares acciones de prosperidad y progreso.
Yo me pregunto ¿Existe algún tipo de progreso en estos adefesios ambientales? ¿Vale más el oro o la energía, que ni siquiera serán nuestros, que el agua o nuestro ambiente? ¿Tiene sentido realizar todos estos sacrificios ambientales más aun cuando los dueños del proyecto no son colombianos?
Creo que las respuestas para alguien sensato son obvias y creo que para esa misma persona estos proyectos son inviables y contrarios a todo esfuerzo por preservar el planeta tierra y nuestra propia dignidad. Pero esto no es suficiente para reaccionar, y menos que estos proyectos sean propulsores de la guerra para el apoderamiento de tierra, del genocidio indígena para evitar sus arraigadas protecciones a la “pacha mama” y que son el fiel reflejo de un sistema ambicioso y codicioso llamado a recoger, que lo único que ha logrado es mayor desigualdad y que hoy suframos por cómo vamos a respirar en unos años.
Para finalizar me pregunto nuevamente ¿Qué pasará con el discurso preferido de los colombianos para mantenerse con moral respecto de ser un país rico en agua, recursos naturales, flora y fauna y poseedor de paisajes inigualables, etc. cuando estos ya no existan? ¿Qué le quedará a Colombia? Un mierdero de guerra, destrucción y megaproyectos internacionales, donde el riesgo es que te quieras quedar.
Sin Slogan
Manizales 7 de julio de 2011
Convenio AGA – Universidad de Caldas, una nefasta alianza para el retroceso
Proyecto La Colosa en Cajamarca (Tolima) y Cocora (Salento) – 515 hectáreas a ser deforestadas
En relación con un comunicado que emitiera recientemente el Departamento de Ciencias Biológicas, sobre la posición de algunos de sus miembros en relación con el contrato de monitoreo ambiental firmado con la empresa Anglo Gold Ashanti (AGA), para la etapa de exploración minera, me permito expresar las siguientes opiniones, que en todo caso son por supuesto a título personal.
En primer lugar, aunque por estructura organizativa pertenezco a dicho departamento, dejo en claro que no hice parte del grupo de personas que redactaron dicho documento, el cual además no comparto en muchos de sus enunciados y por el contrario, me hace sentir avergonzado por tener la desfachatez de insultar de manera flagrante la caficultura, y en general la agricultura colombiana, comparándola de forma ligera y grotesca con el ecocidio que se proyecta realizar en La Colosa (Cajamarca – Tolima), a propósito de la exploración y posiblemente posterior explotación aurífera que planea la transnacional AGA en dicha zona.
Quisiera saber si los profesores que sostienen dichas ideas estarían dispuestos a defenderlas ante la humilde comunidad que se verá directamente afectada. También quisiera saber qué decidirían estos profesores entre optar por tomar una taza de buen café colombiano o una de agua (cianurada) de las quebradas que recibirán las escorrentías con productos de la lixiviación de la actividad minera en la zona de La Colosa.
Se está pecando por ingenuidad o por ignorancia o ambos, desconociendo que en nuestro país, la caficultura ha representado una actividad agrícola de valor sustancial para la sociedad, desde que el café fue introducido a Colombia durante la primera mitad del siglo XVIII, pasando a ser uno de nuestros valores culturales y económicos más representativos, y dándonos identidad en el ámbito internacional.
Justamente, la semana pasada, la UNESCO declaró a nuestro paisaje cafetero como patrimonio cultural y paisajístico de la humanidad, premio otorgado entre otras cosas, por la riqueza natural y la biodiversidad, el equilibrio entre la producción de un café de calidad superior y la conservación del ecosistema, a través de caficultura orgánica y buenas prácticas agrícolas, y el papel del gremio cafetero en la organización y el desarrollo del país.
Alrededor de 500 mil familias pobres (2 millones de personas) dependen casi exclusivamente de la explotación minifundista del cultivo del café, pues el área promedio por finca es alrededor de 1.5 hectáreas, de un total de 888.000 hectáreas sembradas en la actualidad. El sector cafetero genera 631 mil empleos directos al año y los productores están agremiados en una empresa netamente nacional, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, cuyos dividendos se reinvierten directamente en el negocio y en varios frentes de desarrollo nacional, como investigación, tecnología, salud, educación, infraestructura de vías, etc. En los últimos treinta años el café ha respondido en promedio por el 23% del PIB agrícola, el 13% del PIB agropecuario y el 2,3% del PIB total y representa el 30% de las exportaciones agrícolas.
En contraste, en el 2010 la Agencia de Protección Ambiental de Gana se vio en la necesidad de cerrar dos instalaciones de almacenamiento de residuos de la AGA. La compañía vertía los tóxicos a los ríos y el medio ambiente circundante; la misma agencia le otorgó a la AGA la peor calificación (nivel Rojo) a dos de sus minas en Gana. En enero de 2011 la empresa AGA fue acreedora al premio internacional Public Eye Awards, por ser considerada la empresa más irresponsable del mundo. No existen ejemplos de minería en el mundo que evidencien impacto positivo, progreso o respeto por el medio ambiente en las zonas explotadas.
No sé el lector, pero yo si preferiría vivir en una agradable y acogedora finca cafetera que en el inhóspito paraje marciano que quedará tras la explotación aurífera a cielo abierto de la mina La Colosa en Cajamarca, tras años de una actividad minera que arrasará, no solamente con el agua, la cobertura vegetal y la fauna que ésta sustenta, sino con la capa de suelo que posee la estructura y componentes necesarios para la reconstrucción del ecosistema. Es un daño prácticamente irreparable que no se puede comparar de ninguna manera con la agricultura, que a pesar de los impactos que efectivamente tiene sobre el entorno natural, ejercidas apropiadamente permiten la coexistencia del hombre con las plantas y animales, la estabilidad de las laderas, la sostenibilidad hídrica y la riqueza química e integridad física de la capa orgánica del suelo y todos los beneficios que de él se derivan.
Solo es cuestión de aplicar un poco de sentido común. No es gratuito el porqué la región cafetera se ha convertido en los últimos años en un excelente destino turístico. Incluso es un santuario ideal para los ornitólogos que vienen de todas partes del mundo a avistar aves exclusivas de nuestro paisaje. Además, no creo que los jurados de la UNESCO se fijaran en el desolador paisaje del municipio minero de Marmato, para otorgar un premio declarando patrimonio paisajístico de la humanidad al eje cafetero.
De manera simplista, los defensores del proyecto, entre ellos el rector Ricardo Gómez Giraldo y el vicerrector Carlos Emilio García, argumentan que “si no lo hace nuestra universidad, otra lo va a hacer” y citan a la de Antioquia y la Nacional como la competencia. Como dijera una colega universitaria, es el mismo triste y peligroso argumento del sicario de cualquier ciudad, que ante la pregunta ¿por qué asesinas?, casi siempre contestan “porque si no lo hago yo, otro lo va a hacer y esa platica se pierde”.
Sin embargo hay que decir que los profesores del departamento de ciencias biológicas aceptan que “Cuando se piensa en las 515 Ha que serán deforestadas, en el caso de que la fase de explotación sea aprobada, realmente nos parece un impacto considerablemente importante”. ¿Sabían ustedes que existen al menos 6 países en el mundo, incluyendo a Mónaco y El Vaticano, con un área comparable a esa cifra? Pero además, no se dan cuenta de que esas 515 hectáreas (5,15 Km2) para exploración son sólo la punta del témpano, ¿Sabían que cerca de 44 mil hectáreas (440 Km2), o el 86 % del territorio de 51 mil hectáreas que posee Cajamarca, ya ha sido concesionado a través de títulos mineros a la AGA? Es decir, que lo concesionado hasta ahora en Cajamarca a la empresa AGA equivale a una superficie igual o superior a la de ¡48 países diferentes! De hecho, los 14 títulos concesionados a la AGA en la región, además de La Colosa que será solo el punto de inicio de un gran mega-emprendimiento minero, incluyen otros territorios cordilleranos como los municipios de Salento, Calarcá, Pijao y Génova. La AGA tiene actualmente cerca de 800 mil hectáreas (8 mil Km2, suficiente para 77 países) en títulos mineros a treinta años en veinte departamentos de Colombia.
De otra parte, se esgrime un argumento ingenuo por parte de quienes defienden dicho convenio, cuando se dice que es necesario realizar primero los estudios de monitoreo y de impacto, para que luego el Ministerio respectivo tome la decisión final, según lo indica la ley. La historia demuestra que, desde que exista el recurso que se busca, la explotación se hará de todas formas. Hay evidencias de que las transnacionales se aprovechan de la debilidad de nuestras leyes en materia ambiental, unido a la susceptibilidad a la corrupción de muchos funcionarios, y de la pobreza de los habitantes de las zonas rurales, para imponer finalmente sus intereses a toda costa, que no son otros que los de convertirnos en una colonia minera al mejor estilo de las épocas de la conquista. Aquí no se trata de desarrollos científicos o tecnológicos, ni mucho menos de progreso en materia de empleo, salud, cultura o educación; se trata de sustraer a cualquier costo y de manera infame el recurso minero a unos precios ridículos, porque además hay que decir que los montos de las regalías son irrisorios y sumado a unos altos descuentos en rentas, hacen que en el mejor de los casos, al final apenas el 1% de las ganancias se quedan en el país explotado, a costa de destruir nuestros recursos más valiosos, como son las comunidades, la agricultura, la biodiversidad y la calidad de nuestros suelos y fuentes hídricas. Además, los empleados de las minas son maltratados laboralmente, las comunidades de dichas áreas son desplazadas, muchas veces forzosamente, sus tierras son compradas por centavos y estas personas se convierten en indigentes que deambulan por las ciudades habiendo perdido lo único que tenían y de lo cual solían obtener su sustento, sus tierras. Todo ello redundando en el aumento de la prostitución, la delincuencia, el narcotráfico, los índices de violencia, y todas las plagas que destruyen de manera inmisericorde la sociedad.
No hay que mentir al respecto, los estudios de monitoreo que exige la ley antes de otorgar los permisos de exploración y explotación minera son solo un formalismo, un triste saludo a la bandera. Con ello la multinacional solo busca completar un paso más en la funesta lista de exigencias del Ministerio. Todo el que se presta a hacerlo es efectivamente un cómplice de dicha maquinaria perversa. No se necesita ser un gran científico para entender que el cianuro es altamente citotóxico, de hecho, esto ya se descubrió hace siglos. En USA el máximo es 0,2 partes por millón en el agua y 10 ppm en el aire, su remoción total del medioambiente no es asumida por ninguna empresa minera y los derrames son frecuentes. Tampoco hay que ser Einstein para entender que la perforación a cielo abierto causa grandes estragos irreversibles en la estructura y composición del suelo, lo cual lo convierte en área estéril de imposible recuperación en el mediano plazo.
Además, las explosiones masivas y permanentes para pulverizar la roca generan gases de lluvia ácida. ¿Será que los científicos que harán el monitoreo considerarán en sus análisis que allí existen pendientes de ladera superiores a 45º y fallas geológicas que dificultan o impiden enormemente el control de las escorrentías de los lixiviados tóxicos que se formarán? ¿Podrán predecir cuál es el destino más probable de esos desechos altamente tóxicos en caso de desbordamientos de cualquiera de las innumerables quebradas o producto de movimientos telúricos en esa zona? ¿Conocen que la mina se ubica en la zona de influencia del volcán Machín y que esto puede suponer un riesgo adicional? ¿Cuál es el alcance de las inevitables lluvias ácidas compuestas de óxido nitroso producto de las constantes explosiones requeridas para pulverizar la roca antes de extraer el oro? Teniendo en cuenta que para extraer 1 gramo de oro se requiere remover y pulverizar hasta 1,5 toneladas de suelo ¿Cuál es el destino final de las millones de toneladas de polvo de roca contaminadas con cianuro y otros tóxicos al término décadas de explotación? ¿Cuál es el riesgo de afectación de los sistemas de regadío de la región y de contaminar el lecho del Río Magdalena con los vertimientos de las piscinas de cianuro que se construirán para precipitar el oro? ¿Qué pasará por ejemplo con el Río Coello, Bermellón, 161 nacimientos de agua y tantas quebradas más que abastecen el sistema de riego de El Espinal? ¿Será que las limitaciones y restricciones impuestas por las autoridades al monitoreo, permitirán predecir certeramente el grave impacto que puede tener la destrucción de esos ecosistemas sobre otros igualmente valiosos y aledaños como los que se ubican en la zona del Cocora y otras regiones cordilleranas?
Cuando perdemos biodiversidad, perdemos también calidad de vida. De nuestros ecosistemas obtenemos oxígeno, agua, medicinas, alimentos, y todo lo necesario para sobrevivir. La pretensión de que se trata de una oportunidad de hacer estudios científicos es un distractor hábilmente manipulado desde la administración central de la Universidad de Caldas, con el único objetivo de ganarse 2 mil millones. Incluso el contrato contempla serias restricciones a la publicación de resultados, con lo cual, las comunidades afectadas no tendrán oportunidad de conocer a tiempo los resultados de estos informes. De lo que se trata es de aplicar una técnicas para hacer una especie de inventario, una mera descripción de la exuberancia de la biodiversidad que ya sabemos que existe allí, una exploración para tomarle una fotografía borrosa a la magnificencia de la naturaleza. Será un documento que se guarde en los anaqueles burocráticos del olvido para que alguien si acaso, dentro de unas décadas, cuando ya nada se pueda hacer, tenga una leve idea de la magnitud de la destrucción y del desastre que con toda certeza causará ese ecocidio.
El informe biológico dirá algo como esto: la riqueza de especies está descrita por los siguientes índices de diversidad (reportarán algunas cifras); se identificaron los siguientes grupos faunísticos y florísticos en la zona y abundancias aproximadas (reporte de algunas cifras y denominaciones taxonómicas); las especies forestales estratégicas como refugio y alimento faunístico son …; la tasa de crecimiento anual por especie se indica en la siguiente tabla …; la distribución geo-referenciada y la cobertura de especies por unidad de área es …; los factores tensionantes y limitantes de los procesos de regeneración son …; además de otros datos descriptivos, todos destinados a ser cifras muertas que engrosarán los expedientes de un ecocidio anunciado.
Adicionalmente, hay que considerar que dichos monitoreos estarán sujetos a los lineamientos y especificaciones técnicas ya definidas en el contrato y desde el Ministerio (MAVDT), los cuales en muchos aspectos son muy restrictivos, insuficientes y además superficiales. Por ejemplo, no se permite realizar muestreos a través de colectas o análisis genéticos, tan solo el registro de algunas aves y quirópteros (murciélagos) a través de redes de niebla y visualizaciones directas, registros sonoros, fotográficos, huellas y heces. Estos métodos rudimentarios y la escasa frecuencia con que se prevé hacer los monitoreos, impiden la cabal detección de todas las especies y medir adecuadamente la magnitud de la biodiversidad en la zona o la movilidad de los organismos entre relictos del bosque o entre la zona intervenida y los santuarios naturales aledaños. Tampoco se contempla el estudio de la riqueza de la biota del suelo ni de los acuíferos, la cual es fundamental para el sostenimiento de toda la cadena trófica de los ecosistemas.
Pensemos en un ejemplo, imaginemos el caso de una persona sin antecedentes patológicos o síntomas evidentes de enfermedad, que le paga a un dermatólogo para que verifique el buen estado de un fragmento de su piel, antes de deformarlo para realizarle un tatuaje o una modificación corporal, que es un cambio permanente o semipermanente deliberado del cuerpo humano por motivos no médicos, sino espirituales, culturales, religiosos o sexuales, para identificarse con alguna subcultura. En este caso, el especialista seguramente le dirá que su piel es saludable y que el daño será prácticamente irreversible. En este caso el especialista no estará haciendo investigación formal, únicamente estará aplicando unos métodos de exploración y diagnóstico para verificar las condiciones fisiológicas de un órgano y de esta manera sustentar lo innecesario del procedimiento transformador. De todas maneras, el paciente procede con el procedimiento, dado que priman sus otros intereses.
En el caso concreto de la mina de La Colosa, se sabe que están de por medio conceptos negativos de parte de la Procuraduría General de la Nación, de la Corporación Regional Autónoma del Tolima (CORTOLIMA) y hasta una votación en contra en primera instancia en la Cámara de Representantes y otra en la Asamblea Departamental del Tolima. Así mismo, muchos líderes comunitarios y hasta el Alcalde de Cajamarca, Guillermo Rodríguez, lo han manifestado hasta la saciedad, ese proyecto resulta altamente inconveniente, desde muchos puntos de vista, para la comunidad por él gobernada. El mismo Ministro de Minas y Energía, Dr. Carlos Rodado Noriega, ha denunciado recientemente, el 31 de mayo exactamente, en Caracol Radio, que se han descubierto alrededor de 28 mil títulos mineros sobre los cuales existen serias sospechas de irregularidades y anomalías de diversa índole.
Los abusos de las compañías solicitantes incluyen: superposición de áreas de explotación con zonas protegidas como parques naturales y páramos, especulación con títulos mineros, anomalías en la contratación y fiscalización, títulos entregados con la cédula, violación de las comunidades mineras tradicionales, entre otras. El Ministro afirmó categóricamente que sin lugar a dudas “existen grupos irregulares de todas las pelambres y matices involucrados de una u otra forma con la actividad minera en Colombia, en particular en lo referente a la explotación del oro” Existen pues situaciones en las cuales la ética, la moral y la duda razonable se deben anteponer a la norma, pues no todo lo que es legal es legítimo. Según las propias palabras del Ministro de Minas en la declaración citada antes “La legislación minera colombiana tiene unas normas perversas”.
Con todo esto deseo plantear que el convenio entre la Universidad de Caldas y la AGA es solamente una excusa para atraer, a cualquier costo, algunos recursos económicos a la institución. Pero el fin no justifica los medios. El componente investigativo es mínimo y se reduce a descripciones simplistas y superficiales de la riqueza biológica e hídrica que sabemos que existe allí. A los profesores-investigadores les diría que no se dejen seducir por los contratos irrisorios que les ofrecerán o en algunos casos, ridículas dotaciones de laboratorio. Ya se ha mencionado por ejemplo un estereoscopio para un laboratorio por 5 millones, o algunas brújulas, elementos de trabajo en campo y GPS, todo lo cual es de bajo costo y representa migajas frente a las utilidades de la empresa e incluso del mismo contrato de monitoreo. El valor del medio ambiente es muy superior al dinero. Los invito a consultar el caso de la mina de Yanacocha (Perú), que coincidencialmente pertenece a la ciudad de Cajamarca (Perú), donde la transnacional “Newmont Mining Gold Corp” extrajo 23.5 millones de onzas de oro puro hasta el 2006, y sin embargo, la ciudad está entre los 3 primeros lugares de pobreza del país y tiene ahora serios problemas sociales, inseguridad, falta de agua y contaminación.
Consulten también el caso de Marmato (Caldas). La tranquilidad de conciencia, la dignidad en alto y la ética ambiental por no haber sido co-partícipes de un proceso que, con toda seguridad, conducirá a un ecocidio sin precedentes, serán la recompensa que sabrán valorar, no solo las comunidades potencialmente afectadas y la sociedad en general, sino sus alumnos, a quienes debemos dar ejemplo, y las generaciones futuras.
La estrategia más consecuente con nuestra condición de biólogos estudiosos y protectores de la vida, no puede ser otra que la de interponer todos los recursos posibles ante las autoridades ambientales y de gobierno para que esos títulos mineros sean suspendidos, entendiendo que el oro no es riqueza sino pobreza y desolación, cuyo fin primordial es alimentar la vanidad humana. En contraste, el agua y los ecosistemas naturales son los tesoros más valiosos que tenemos, y por tanto, que estamos obligados a proteger, así los directivos de turno de la Universidad de Caldas tengan los valores subvertidos a este respecto.
Germán Ariel López Gartner
Profesor Universidad de Caldas
Estos son algunos vínculos de internet relacionados con el tema:
http://es.scribd.com/doc/18110923/Cajamarca-vs-Minera-Yanacocha-en-Fotos
http://wn.com/opinion_alcalde_cajamarca,tolima,colombia_sobre_mina_de_oro_la_colosa
http://www.veoverde.com/2011/02/anglogold-y-neste-oil-ganan-public-eye-award-2011/
http://www.veoverde.com/2011/01/vota-peor-corporacion-2011-greenpeace/
http://www.veoverde.com/2011/01/vota-peor-corporacion-2011-greenpeace/
http://www.publiceye.ch/en/vote/anglogold-ashanti/
http://www.prensarural.org/spip/spip.php?article4832
http://www.youtube.com/watch?v=b24RgmFWYXU
http://www.youtube.com/watch?v=UguHrRi8kF0
http://www.youtube.com/watch?v=ieQ7OZmbe5w
http://www.youtube.com/watch?v=AkDvDTlAujw
http://www.youtube.com/watch?v=jYKYWcA-Y_o
13 Razones para oponerse a la exploración y explotación de la mina de oro La Colosa en Cajamarca - Tolima
1. La Colosa se encuentra ubicada en la Zona de Reserva Forestal Central, un área estratégica de alto valor ambiental para el sostenimiento de procesos naturales, sociales, económicos, ecológicos y culturales.
2. La Multinacional Anglogold Ashanti, Colombia S.A., desarrolló de manera “ilícita” trabajos de exploración en la zona, dado que previamente debía solicitar la substracción del área, violando la Constitución Nacional, la Ley 99/93 de Medio Ambiente, El Código de los Recursos Naturales y Convenios de Naciones Unidas sobre protección del medio ambiente y la Biodiversidad.
3. El oro presente en Cajamarca se encuentra diseminado en partículas microscópicas, “oro invisible”, lo que obliga a construir canteras a CIELO ABIERTO, que destruyen las coberturas vegetales, suelos, biodiversidad y afectan los Nacimientos de Agua de la zona de explotación.
4. De la mina se extraerán entre 25.000 y 50.000 Toneladas Diarias de Roca, produciendo unos Cráteres que pueden tener más de dos Kilómetro de Diámetro por 700 metros de profundidad en promedio.
5. Para remover y pulverizar la roca se utilizará dinamita. Las detonaciones liberarán compuestos Nitrogenados, que al mezclarse con el oxígeno del Aire, generan Óxidos Nitrogenados, que al entrar en contacto con el Agua y la alta Humedad Relativa del Medio Ambiente, producirán Acido Nítrico, compuesto químico que contribuye parcialmente a la formación de Lluvia Ácida.
6. Para lixiviar (precipitar) el oro microscópico se utilizará cianuro. Las dosis letales para humanos son, en caso de que sean ingeridas, de 1 a 3 miligramo (mg) por kilogramo (kg) del peso corporal, en caso de ser asimilados, de 100-300 mg/kg, y de 100-300 partes por millón (ppm) si son aspirados. Esto significa que una porción de cianuro más pequeña que un grano de arroz sería suficiente para matar a un adulto. Concentraciones en el aire de 200 ppm de cianuro de hidrógeno son letales para animales, mientras que concentraciones tan bajas como 0.1 mg/L son letales para especies acuáticas sensibles.
7. El CIANURO y demás químicos que se utilizarán en la Colosa pueden contaminar las fuentes hídricas de las cuencas de los Ríos Bermellón y Coello. También se verá afectado el Sistema de Riego de Usocoello, el cual cuenta con una extensión total de 63.200 hectáreas (ha) y una estructura de riego para 25.624ha, una red de 388 km de canales que beneficia a más de 2.400 familias. El distrito es de carácter multipropósito ya que con la Hidroeléctrica de Ventanas, genera energía eléctrica para los municipios de San Luis, Guamo, Ortega y abastece a los Acueductos Municipales de Coello, El Espinal y Chicoral.
8. La Procuraduría General de Nación en comunicación directa a la Directora de Ecosistemas del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, 21 de noviembre de 2008, hace petición de NEGAR la solicitud de sustracción del área de reserva forestal, dado que los problemas ambientales serán de gran magnitud y en algunos casos irreversibles. Se reporta que 161 Fuentes Hídricas corren riesgo de desaparecer por la actividad minera.
9. Se calcula que el proceso de extracción de oro, específicamente para 50.000 Toneladas Diarias de Roca, utilizará Dos Millones (2.000.000) de Litros de Agua por Hora. Esto equivale, al AGUA que consume una persona en 35 años de su vida. El 40% del AGUA usada en minería se evapora o se dispersa, cantidad que no podrá utilizar Usocoello para Riego y los Acueductos Municipales mencionados, para consumo humano.
10. El uso intensivo del agua que requiere la Megaminería y su contaminación, tendrá Impactos Negativos en la Agricultura de El Espinal, Guamo, Coello, y el corregimiento de Chicoral. Se perderán los empleos permanentes de la producción agrícola, mientras que los empleos generados por la Mina son Transitorios y Escasos.
11. Según el más reciente Estudio general de riesgos integrales del proyecto de exploración y explotación minera La Colosa, elaborado por intelectuales progresistas de la Universidad del Tolima, y muy a pesar de la justificación del gobierno de mejorar servicios públicos esenciales con el proyecto Minero, el análisis costo-beneficio de distintos escenarios contaminantes, ha mostrado que los costos sociales y ambientales serían muchos mayores que los beneficios potenciales, tanto en Cajamarca como en distintos Municipios del distrito de riego USO-COELLO.
12. En el área a Explotar se hallan importantes especias de fauna y flora, entre ellas, el Perico Paramuno, que se encuentra en peligro de extinción. La Cantera a Cielo Abierto- MCA- destruirá su Hábitat Natural Biodiverso y acelerará su Extinción Definitiva.
13. Según las nefastas experiencias mundiales, El Desconcierto a Cielo Abierto de la Megaminería con cianuro, aumenta la incidencia de Cáncer Pulmonar, Vejiga y Leucemia. Además, Incrementa las enfermedades Respiratorias, Renales, Reproductivas (Deformación del Feto), Dérmicas, Intestinales, y Visuales.
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La minería, a favor o en contra de la humanidad. 31 de Julio
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"El Ultimo Refugio" (San Andrés Islas)
Por María Jimena Duzán
OPINIÓNMuerto el coral, el mar perdería sus colores y los habitantes de Providencia quedarían sin historia, sin cultura. El impacto social sería devastador.
Sábado 30 Julio 2011
Hace más de una década que el escritor René Rebetez bautizó a Providencia con ese nombre. Desde entonces esta isla del Caribe, junto con su hermana pequeña, Santa Catalina, han cumplido al pie de la letra esa predicción: Providencia ha conseguido preservar su cultura raizal y su pesca artesanal, que se nutre de un mar custodiado por la pared de coral viva más grande del mundo.
Aquí hay pescadores que respiran mejor en las profundidades de este mar policromado que en la superficie de la tierra: son capaces de bajar a pulmón 140 pies, demostrando así que la fábula aquella según la cual hay seres en estas islas del Caribe que son mitad pez y mitad humanos no es del todo una invención literaria.
A sabiendas de que ese mar es la base y la fuente de su cultura ancestral, han diseñado un turismo que preserve sus riquezas y sus raíces. Tienen claro que no quieren convertirse en otro San Andrés, isla que hace años sucumbió a la llegada del "progreso": detrás de esa palabra maldita vinieron miles de personas provenientes del continente que se asentaron de manera atropellada y desordenada. Hoy San Andrés es una olla a presión que está por reventar. Es el territorio de Colombia con la más alta densidad por kilómetro cuadrado del país: tiene cerca de ochenta mil habitantes y al año le entran cerca de trescientos mil turistas.
El "progreso" no fue su único depredador. Llegaron al mismo tiempo el narcotráfico y su cultura traqueta. Los grandes carteles hicieron de San Andrés uno de sus cuarteles privilegiados, ante los ojos de la clase política que no hizo nada por denunciarlos. Hoy, el poder del narcotráfico está en manos de unas bandas criminales que se están enfrentando por el control del territorio y los políticos siguen sin considerar el problema del narcotráfico un tema prioritario. Pese a que los asesinatos selectivos se han vuelto un temor casi diario en San Andrés, el gobernador Gallardo, temeroso de que el turismo se asuste y deje de ir a la isla, insiste en minimizar la gravedad de la situación.
Providencia hasta ahora ha seguido otra ruta de supervivencia: tiene cinco mil habitantes y recibe al año diecisiete mil turistas. Sus habitantes han sabido mantener vivo su acervo. Toda la isla está llena de historias de corsarios, pendientes de ser contadas: el más encumbrado de ellos, don Luis Aury, el patriota colombiano y corsario francés que luchó con Bolívar. Él fue quien se empeñó en anexar estas islas a Colombia en el año de 1822, antes de que muriera en Providencia tras caerse de un caballo.
El saber quiénes son y de dónde vienen los ha hecho más resistentes a los embates del progreso. Han sabido ponerle a tiempo las talanqueras a la fiebre de la construcción, al otorgamiento de residencia a los continentales y aunque no han podido evitar la entrada del narcotráfico a la isla, hasta el momento la violencia que hoy se vive en San Andrés no ha llegado a Providencia…aún.
Me imagino que por todas estas pruebas de supervivencia fue por lo que René Rebetez llamó a esta isla "el último refugio". Sin embargo, toda esta batalla que han dado por mantener lo que tienen pueden perderla en un minuto, si se sigue adelante con el proyecto petrolero que está proyectado en las cercanías a los cayos de Roncador y Quitasueño, a escasa distancia de esa pared de coral, reserva de la biosfera, conocida como Seaflower.
Si se llegara a encontrar petróleo en esos cayos, los primeros afectados serían los pescadores -los filósofos de esta comunidad raizal-, quienes tendrían que dedicarse a otros menesteres porque el impacto sobre el coral sería devastador. Muerto el coral, el mar perdería sus colores y los habitantes de la isla quedarían sin historia, sin cultura. El impacto social sería devastador. Detrás de las petroleras vendrían los prostíbulos -no hay ni una casa de citas en Providencia- y la economía ficticia. Y si se produce un derrame como el del Golfo de México, se aceleraría el daño ecológico y se expondría la vida de todos los habitantes de la isla de Providencia.
El gobierno de Juan Manuel Santos ha hecho caso omiso a los reparos de este proyecto que heredó de Uribe y lo ha dejado en manos de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, que ha seguido adelante con el tema, a pesar de las voces de protesta más representativas de Providencia. En una frontera tan caliente como esta, en la que se entrelazan problemas limítrofes y narcotráfico, no es sabio impulsar un proyecto en contravía de la comunidad, menos aun si se trata de una que ha luchado por preservar a esta isla como "el último refugio". Eso es meterle fuego a la hoguera. (Desde Providencia).
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