martes, 8 de octubre de 2013

Las 6 fuentes de la incoherencia evolutiva en nuestro mundo alienígena


Las 6 fuentes de la incoherencia evolutiva en nuestro mundo alienígena

No es la primera vez que hablo acerca de las incoherencias naturales y evolutivas –ya hace casi un par de años de aquel listado de 102 incoherencias naturales, que ahora seguramente debería corregir y modificar.

Tampoco soy, ni mucho menos, el primero en hablar sobre ello. Todas las teorías evolutivas en torno a la nutrición, la biología, la psicología, la fisiología o la actividad física –desde los tiempos de Georges Hébert y el Método Natural, hace ya más de cien años– tienen como base la misma premisa: nuestro cuerpo y mente han evolucionado para interactuar en un entorno y un medio ambiente muy distinto al que nos rodea.
Desde hace muy poquito tiempo que estoy siguiendo de cerca a otro gran experto en la materia, Frank Forencich, autor de los muy recomendables libros Exuberant Animal yChange your body, change the world.
De su mano comparto la mejor síntesis de las incoherencias evolutivas que constituyen lo que Frank llama Alien World –su versión de la Jaula–, un mundo extraño, alienígena para nosotros.
Éstas son las 6 fuentes de la incoherencia evolutiva:

1. Un entorno circadiano alienígena

Nuestra exposición a la luz ya no guarda ninguna sincronicidad con los ciclos naturales de luz, ni diariamente ni estacionalmente. En nuestra sociedad moderna, gracias a la permanente exposición a la luz artificial, todos los días del año es de día desde las 6 de la mañana hasta las 12 de la madrugada –como mínimo.

2. Un entorno térmico alienígena

La climatización artificial corrompe los ciclos naturales estacionales de temperatura, que también estimulan de una forma muy concreta nuestros sistemas nervioso, endocrino e inmunitario. En el mundo moderno siempre es primavera.

3. Un entorno cinético alienígena

Los efectos del sedentarismo están más que estudiados y confirmados, especialmente por el hecho de que por primera vez en toda la historia de la humanidad el hombre no necesita moverse demasiado para comer, relacionarse con los demás o incluso mantener relaciones sexuales.

4. Un entorno sensorial alienígena

La infoxicación de nuestro entorno es evidente, sobre todo a nivel visual y acústico. Vivimos en un entorno saturado de información, más de la que podemos gestionar. Además, el contacto humano real –es decir, tocarse– cada vez es más escaso, otra gran causa de muchos problemas relacionales y emocionales.

5. Un entorno nutricional alienígena

Ya sea desde el punto de vista más ancestral –paleodieta– o más moderno –dieta mediterránea, macrobiótica, etc.–, todo el mundo parece estar de acuerdo en que el consumo de alimentos productos procesados nos está matando, ya que nuestro organismo todavía no está preparado para gestionar tanta energía de tan fácil asimilación.

6. Un entorno social alienígena

Concebidos para convivir en sociedades tribales de entre 50 y 150 individuos, vivimos a caballo entre la soledad física de nuestras celdas de aislamiento –pisos, apartamentos, etc.– y la infoxicación social de las redes virtuales y los medios de comunicación que nos invitan a interactuar informativamente con miles millones de personas cada día.
Para Frank, las consecuencias de tanta incoherencia evolutiva son las que que venimos repasando desde hace mucho tiempo. Es muy lógico que nuestro cuerpo no sepa reaccionar ante estímulos tan poco armonizados con nuestra naturaleza intrínseca, por lo que es normal –aunque sea una lástima que se considere “normal”– que obesidad, depresión, ansiedad, cáncer, cardiopatías, síndromes de dolor crónico, déficits de atención, patologías neurodegenerativas y el resto de enfermedades de la civilización cada vez se manifiesten en más personas y a una edad más temprana.
He aquí un vídeo de Forencich explicándolo un poquito mejor:

Fuente: 

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