martes, 23 de marzo de 2010
Bárbara Ann Brennan: Metafísica Es Física Pura & Concepción Cuántica del Ser Humano
El punto de vista científico de la realidad apoya la idea de que estamos compuestos por campos energéticos y va, de hecho, mucho más allá, hasta alcanzar reinos que justamente estamos empezando a experimentar, es decir, nos lleva a una visión holográfica del universo. En este universo todas las cosas están interconectadas.
Se extendió al siglo XIX para describir un universo compuesto fundamentalmente por bloques denominados átomos, a su vez, estaban formados por objetos sólidos, un núcleo de neutrones y protones, con los electrones girando en torno a dicho núcleo en forma muy parecida al desplazamiento de la tierra alrededor del sol. Todavía no se conocían las interacciones energía-materia, como sucede cuando la radio interpreta música en respuesta a ondas invisibles.
La perspectiva Newtoniana resulta reconfortante para quienes prefieren considerar el mundo como algo sólido y en gran medida inmutable, con una serie de reglas bien definidas que regulan su funcionamiento. Gran parte de nuestras vidas se siguen rigiendo por la mecánica newtoniana.
Es fácil considerarnos a nosotros mismos como elementos mecánicos e ignorar la experiencia humana interna, más profunda.
El descubrimiento e investigación de los fenómenos electromagnéticos condujeron al concepto del campo. Se define éste como la condición en el espacio que tiene potencialidad para producir una fuerza. Cada carga crea una “alteración” o una “condición” en el espacio circundante de manera que la otra carga, cuando está presente, siente una fuerza. Así nació la concepción de un universo lleno de campos que crean fuerzas mutuamente interactivas. Se contaba por fin con un marco científico con el que podía empezar a explicar nuestra capacidad para afectarnos mutuamente a distancia por medios que no sean la palabra o la vista.
Estamos empezando a admitir que nosotros mismos estamos formados por campos. Notamos la presencia de otras personas en una habitación sin oírlas ni verlas (interacción de campos); hablamos de buenas o malas vibraciones, de enviar energía a otros o de leer los pensamientos de terceros.
Ese “saber” se puede explicar por la presencia o ausencia de armonía en nuestras interacciones de campo. Este es el principio por el cual se logrará formar la “masa crítica”.
Albert Einstein, según su teoría de la relatividad, el espacio no es tridimensional y el tiempo tampoco es una entidad aparte, sino que ambos están íntimamente conectados y forman un continuo tetradimensional, el “espacio-tiempo”. Por tanto nunca podemos hablar de espacio sin tiempo, y viceversa. Además no existe flujo universal de tiempo, no es lineal ni absoluto. El tiempo es relativo.
Ello significa que dos observadores ordenarán los acontecimientos en el tiempo de forma distinta si se mueven con velocidades diferentes en relación con los acontecimientos observados. Por tanto, todas las mediciones que impliquen espacio y tiempo pierden su importancia absoluta. Tanto tiempo como espacio se convierten simplemente en elementos para describir los fenómenos.
Según la teoría de la relatividad de Einstein, en determinadas condiciones, dos observadores pueden, incluso, ver dos acontecimientos en tiempos inversos.
Todavía no hemos integrado esta parte de la relatividad de Einstein en nuestra vida, por ejemplo, cuando captamos una señal psíquica de un amigo que se haya en dificultades, comprobamos la hora y llamamos a dicha persona para ver si está bien. Cuando nos dice que no ha sucedido nada, llegamos a la conclusión de que la imaginación nos ha hecho una mala pasada e invalidamos nuestra experiencia. Esta es la filosofía Newtoniana.
Lo que vimos fue una experiencia real. Como el tiempo no es lineal, puede haber sucedido ya, o estaba ocurriendo en el momento en que lo vimos, o quizá se produzca en el futuro.
Pero el hecho de que no haya sucedido en el tiempo en el que tratamos de relacionarlo, no demuestra en modo alguno, que nuestro discernimiento sobre la posibilidad estuviera equivocado. Nuestro tiempo varía con los cambios de humor o con la experiencia por la que estemos pasando.
El continuo espacio-tiempo de Einstein indica que la aparente linealidad de los acontecimientos depende del observador. Casi todos estamos plenamente dispuestos a aceptar las vidas pasadas como vidas físicas literales que han sucedido en el pasado en un escenario físico como éste. Nuestras vidas pasadas pueden estar sucediendo ahora mismo en un continuo espacio-tiempo diferente. Muchos hemos experimentado vidas pasadas y sentimos sus efectos como si hiciera poco tiempo que han transcurrido.
Otra consecuencia importante de la relatividad de Einstein es la comprensión del hecho de que la materia y energía son intercambiables. La masa no es más que una masa de energía. La materia es simplemente energía que ha perdido velocidad o se ha cristalizado. Nuestros cuerpos son energía.
Los físicos comprendieron que la paradoja forma parte de la naturaleza intrínseca del mundo subatómico sobre el que se funda toda nuestra realidad física. Por ejemplo, se puede realizar un experimento que demuestre que la luz es una partícula, pero si se introduce en él un pequeño cambio se demostrará que la luz es una onda. De este modo pasamos a un universo basado en la dualidad de conceptos (Ley de la dualidad). Los físicos lo denominan complementariedad.
Teoría de los Quantos.
Max Planck descubrió que la energía de la radiación térmica (como la de un radiador casero) no es de emisión continua, sino que se presenta en forma de discretos “paquetes de energía” denominados quanta. Einstein postuló que todas las formas de radiación electromagnética aparecen no sólo en forma de ondas sino también como cuantos. Estos cuantos luminosos o paquetes de energía, han sido aceptados como auténticas partículas. Llegados a este punto, una partícula, que es la definición más afín a la de una “cosa” ¡es un paquete de energía!
La búsqueda de los bloques fundamentales de la materia hubo de ser abandonada cuando los físicos encontraron un gran número de partículas elementales que apenas podían calificarse como cuerpos materiales. Han descubierto que la materia es totalmente mutable y que a nivel subatómico no hay certidumbre de que la materia exista en lugares definidos, sino que más bien muestra cierta “tendencia” a existir.
Todas las partículas se pueden transmutar en otras. Se pueden crear a partir de la energía y convertirse en otras partículas.
Más allá del Dualismo: El Holograma.
Los físicos han descubierto que las partículas pueden ser simultáneamente ondas, ya que no son ondas físicas reales, como las del sonido o el agua, sino más bien fenómenos ondulatorios de probabilidad. Las ondas de probabilidad no representan las probabilidades de las cosas, sino más bien probabilidades de interconexión. No existe lo que llamamos cosa”. Lo que solíamos llamar “cosas” son en realidad “sucesos” o procesos que podrían convertirse es sucesos.
Nuestro viejo mundo de objetos sólidos y leyes deterministas se han disuelto ya en un mundo de pautas de interconexiones ondulantes. El universo entero se nos presenta como una trama de pautas energéticas inseparables. Así, definimos el universo como un todo dinámico que incluye siempre de forma esencial al observador. Por lo tanto no somos partes separadas de un todo, somos un todo.
David Bohm ha escrito acerca de un “orden plegado implícito” que existe en estado no-manifiesto y que constituye la base sobre la que descansa toda realidad manifiesta. A esta última la denomina el “orden desplegado explícito”. “Se considera que las partes presentan una conexión inmediata, en la que sus relaciones dinámicas dependen irreductiblemente del estado de todo el sistema... Así, somos conducidos a una nueva noción de integridad no fragmentada que niega la idea clásica de la analizabilidad del mundo en partes existentes de forma separada e independiente”.
El doctor Bohm afirma que el punto holográfico del universo es el trampolín que facilita la comprensión de los órdenes plegado implícito y desplegado explícito.
El concepto de holograma especifica que cada pieza es una representación exacta del todo y se puede utilizar para reconstruir el holograma completo.
En 1971, Dennis Gabor recibió el premio Nobel por la formación del primer holograma. Era una fotografía captada sin objetivo en la que se registró un campo de luz dispersa por un objeto, en forma de pauta de interferencia sobre una placa.
Cuando se sitúa el holograma o registro fotográfico en un haz de láser o de luz coherente, la pauta de onda original se regenera para formar una imagen tridimensional. Cada pieza del holograma es una representación exacta del todo y reconstruirá la imagen completa.
La estructura profunda del cerebro es esencialmente holográfica. Las estructuras cerebrales ven, oyen, gusta, huelen y tocan holográficamente. Seguidamente, la información es distribuida por todo el sistema de manera que cada fragmento puede producir el informe completo. El cerebro emplea un proceso holográfico para extractar información de un campo holográfico que trasciende el tiempo y el espacio.
Los parapsicólogos han investigado las energías susceptibles de generar telepatía, psicocinesis y curación. Desde el punto de vista de un universo holográfico, estos efectos surgen de frecuencias que trascienden el tiempo y el espacio; no tienen que ser transmitidas. Son potencialmente simultaneas y están en todas partes.
Desde el marco holográfico de la realidad, cada parte del aura no sólo representa el todo sino que además lo contiene. No somos una simple pauta de dicha pauta, somos la pauta. Ella es nosotros y nosotros somos ella; sólo que ahora es preciso abandonar el término “ella” y sustituirlo por algún otro más apropiado, para derribar el bloqueo que experimentamos en nuestro cerebro cuando tratamos de comunicarnos. Los científicos han utilizado términos como “probabilidades de interconexión” o “trama dinámica de pautas energéticas inseparables”.
Toda experiencia está interconectada. Por tanto, si tomamos conciencia de ello y acogemos esa interconectividad en nuestros procesos cognitivos, podemos ser concientes de todos los acontecimientos con independencia del tiempo. Pero tan pronto como decimos “nosotros”, hemos vuelto a caer en el dualismo.
Es difícil experimentar esta interconectividad cuando nuestra experiencia más importante de la vida es dualista. La conciencia holística (supra-conciencia) estará fuera del tiempo lineal y del espacio tridimensional y, por tanto no será reconocida fácilmente. Hemos de practicar la experiencia holística para ser capaces de reconocerla. La meditación es una forma de trascender los límites de la mente lineal y permite que la interconectividad se convierta en una realidad experimental.
Conectabilidad Superluminal.
En 1964, el físico J. S. Bell dio a conocer una prueba matemática denominada teorema de Bell. El teorema apoya matemáticamente le concepto de que las “partículas” están conectadas según principios que trascienden el tiempo y el espacio. De manera que cualquier cosa que le suceda a una partícula afecta a las demás. Este efecto es inmediato y no necesita tiempo para transmitirse.
Según el teorema de Bell, los efectos pueden ser superluminales, es decir, más rápidos que la velocidad de la luz. Estamos tratando de dar un paso hacia adelante respecto a la dualidad onda / partícula.
Si los físicos aprenden la forma en que actúa esta conectabilidad instantánea, cabe pensar que aprenderíamos a captar concientemente nuestras conexiones instantáneas con el mundo y entre nosotros.
La conexión instantánea podría aportarnos la capacidad de leer el pensamiento de los demás cada vez que lo deseáramos. Podríamos saber qué nos pasa a cada uno y tratar de entendernos más profundamente. Además podríamos ver con mayor claridad cómo y en qué medida afectan al mundo, mucho más de lo que habíamos pensado antes, nuestros pensamientos, sentimientos (campos energéticos) y acciones.
Campos Morfogenéticos.
Rupert Sheldrake afirma que todos los sistemas están regulados no sólo por los factores energéticos y materiales conocidos, sino también por campos invisibles de organización. Estos campos generan elementos causativos, toda vez que sirven de patrones para la forma y el comportamiento. Carecen de energía, en el sentido normal del término porque su efecto va más allá de las barreras del tiempo y espacio que normalmente se aplican a la energía. Es decir, su efecto tiene una misma fuerza a larga y a corta distancia.
Según esta hipótesis, cuando un miembro de determinada especie aprende algún comportamiento nuevo, se cambia el campo causativo de dicha especie. Si repite el comportamiento durante el tiempo suficiente, su “resonancia mórfica” afecta a toda la especie. Sheldrake denominó a esta matriz invisible “campo morfogenético”. La acción de este campo implica “acción a distancia”, tanto en espacio como en tiempo.
Los cambios morfogenéticos se pueden propagar a través del espacio y el tiempo y los acontecimientos pasados pueden influir sobre otros sucesos en cualquier otro lugar. Ese mismo efecto es aplicable a la física cuántica.
El experimento de Einstein-Podolsky- Rosen, demostró la posibilidad de conexiones no locales, es decir, sutiles conexiones de partículas distantes. En consecuencia, la integración del sistema sería tal que no se podría atribuir el campo formativo exclusivamente a una partícula sino al total. Así, algo que les suceda a partículas distantes, puede afectar al campo formativo de otras.
La “noción” de las leyes intemporales que regulan el universo, no parece sostenerse, porque el tiempo en sí mismo es parte de la necesidad que desarrolló.
Por tanto, el proceso creativo que provoca el nuevo pensamiento, a través del cual se realizan nuevas entidades globales, es similar, en ese sentido, a la realidad creativa que da lugar a los nuevos entes totales en el proceso evolucionista. Se podría considerar que el proceso creativo es un desarrollo sucesivo de totalidades más complejas y en mayor nivel, a través de cosas previamente separadas que se conectan entre sí.
Realidad Multidimensional.
Jack Sarfatti sugiere que la forma en la que puede existir la interconectividad superluminal se relaciona con un plano más elevado de la realidad. Sugiere que las “cosas” están más conectadas, o los acontecimientos más correlacionados” en un plano de realidad situado por encima del nuestro y que las “cosas” de dicho plano se encuentran conectadas a través de otro plano todavía más alto. Así, al llegar a un nivel superior, podremos entender la instantaneidad con la que opera la conectividad.
Conclusión.
Los físicos dicen que no existen entidades esenciales que constituyen la materia, pues el universo es un todo inseparable, una vasta trama de posibilidades que se entretejen. El universo manifiesto surge del todo.
En tanto que somos partes inseparables de ese todo podemos entrar en un estado holístico de ser, convertirnos en un todo y penetrar en los niveles creativos del universo para curar instantáneamente a cualquiera, en cualquier sitio.
Una vez que nos hayamos asociados con los campos energéticos, la conciencia superior se relacionará con una frecuencia más elevada y con un mayor grado de coherencia.
Nuestros cuerpos más elevados (frecuencias aurales más altas) son de un orden superior y están más conectados con los cuerpos superiores de otros que nuestros cuerpos físicos.
A medida que progresa nuestra conciencia hacia frecuencias y cuerpos más elevados, nos vamos conectando cada vez más, hasta que llega el momento en que somos uno con el universo.
La experiencia meditativa puede ser definitiva, por tanto, como la elevación de nuestra conciencia a una frecuencia más alta de manera que pueda entonces experimentar la realidad de nuestros cuerpos más elevados, de nuestra conciencia más alta y de los mundos más altos en los que existimos.
Conforme vayan avanzando los descubrimientos, sobre todo los relacionados con la física cuántica y la astronomía, entre otras, caeremos en la cuenta de que todas las leyes cósmicas, leyes herméticas, el manejo de las energías, la curación cuántica, la transformación del cuerpo físico en cuerpo de arco iris, la tan esperada masa crítica, la ascensión del planeta etc. tendrán sólidos fundamentos científicos, y aquellos que ahora se refieren a nuestras creencias como “la Utopía de la Nueva Era ”, abrirán su conciencia facilitando y acelerando nuestro trabajo de LUZ.
9.- CONCEPCION CUANTICA DEL SER HUMANO
Grupo Vittalys
Para entender como el ser humano se inserta e interrelaciona con la vida y la naturaleza vamos a utilizar ciertos principios o leyes de la teoría de campos cuánticos relativistas.
Según la moderna física cuántica las diferentes estructuras materiales son formas de energía. Esto quedó ampliamente probado por el físico Albert Einstein cuando postulo su famosa y conocida ecuación: E = mc2, dónde E es la energía de un sistema (materia) la cual tiene una masa (m) y (c) es la velocidad de la luz. Esta ecuación un tanto compleja para quienes no poseen conocimientos en física cuántica, establece que la masa (materia) y la energía son expresiones duales de la misma sustancia universal.
Este “campo de energía” es la fuente original de la que todos estamos compuestos. Es la base de toda la existencia y vida. El calor del sol, la gasolina, la electricidad, la energía que mantiene a los sistemas vivientes, son formas diferentes de este “campo de energía”.
Se entiende este “campo”, como el movimiento continuo de partículas subatómicas (fotones, quark), los cuales se interrelacionan entre sí constantemente creando y destruyendo materia (dualidad onda / partícula), siendo la base de la existencia material.
Como dijo el premio Nobel Carlo Rubia, “Las partículas materiales son una minoría”; existen casi mil millones de veces más cuantos interactivos (en especial fotones, es decir energía) que partículas con masa (nucleones, es decir, materia sólida).
Dada nuestra capacidad de percepción solo podemos ver una pequeña parte de la realidad total (espectro de la luz visible), es decir, una mil millonésima parte de la existencia total.
Atendiendo a esto, podemos establecer que todos los procesos materiales están regulados por procesos energéticos. Somos, principalmente, un cuerpo de energía que tiene un aspecto físico.
El ser humano esta inserto en una realidad que es una totalidad. La totalidad del mundo y todo lo que existe está completamente interrelacionado, hablar de individuos aislados o separados es una distorsión de la realidad, como lo expresó el físico cuántico David Bohm. Este llamado “campo de energía” es el que sostiene la enorme y compleja interacción entre todo lo que existe. La vida se expresa y se manifiesta como el fluir permanente de energías, mantenido por la tensión constante entre dos polos.
El cuerpo humano es un sistema abierto, es decir, necesita mantener un adecuado y continuo intercambio de energías con su medio, para mantener sus mecanismos reguladores y por lo tanto su salud.
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Pienso que todo el intento de interconectar la física con sucesos denominados paranormales que aparece en el artículo no demuestra la conexión entre partículas y mundo espiritual. Leo que Barbara Ann dice que porque la física relativista o la cuántica dice ya está demostrando cualidades como la telepatía o semejantes. Yo entiendo que una cosa es la física de partículas, y otra es el fenómeno de la telepatía. La manera cómo se conecta un sucesos físico con la telepatía no se explica en el artículo. Simplemente salta de explicar la física a decir que porque la fisica dice que Bell dijo que dos partículas se comunican entre sí, por eso existe la comunicación superluminal. Para empezar, una partícula subatómica no hace poesía ni aprende a manejar bicicleta, a diferencia del ser humano. Estamos en campos de organización diferentes, partículas y seres humanos, estamos hechos de partículas pero no somos partículas, puesto que nos encontramos en un nivel organizativo con una cualidad emergente llamada consciencia, que ha atravesado niveles químicos, biológicos, físicos, etc. Pasar de explicar las partículas subatómicas a explicar el mundo espiritual humano es un salto de todos los demas niveles y que carece de explicación sobre su conexión. Yo pienso que la telepatía existe pero que la física no la comprueba. El mismo Schrodinger, del gato de Schrodinger, estaba en desacuerdo en que la fisica demuestra cuestiones espirituales.
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