jueves, 15 de marzo de 2012

Hombres en Tiempos de Oscuridad: Síndrome de Estocolmo



Hola amigos:


Pongo este tema en consideración, puesto que en estos caóticos e inciertos tiempos, creo que a veces resulta difícil establecer la línea divisoria entre Víctimas y Victimarios, Amor y Odio, Esclavitud y Liberación. Supongo que lo mismo aplica para aquellos casos de abducidos o implantados con microchips (teledirigidos) para trabajar al Servicio de las Fuerzas Oscuras...


Fraternal saludo,
Gloria H. 
http://armonicosdeconciencia.blogspot.com
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HOMBRES EN TIEMPOS DE OSCURIDAD: SÍNDROME DE ESTOCOLMO

Eva Lerner

(*) I CONGRESO ARGENTINO de CONVERGENCIA, movimiento lacaniano por el psicoanálisis freudiano. " Ideales actuales y ruptura del lazo social" . HOTEL SAVOY (13,14,15 de diciembre de 2002)

Es tan fuerte el amor como la muerte

En el verano de 1973 ,en Estocolmo, Suecia, cuatro rehenes tomados en cautiverio durante seis días en el robo de un banco, se opusieron activamente trás su liberación a atestiguar contra sus captores y uno se enamoró de su captor. Se observaron otros casos, algunos durante el proceso militar en nuestro país, con ese extraño comportamiento al que ya se le denomina desde entonces Síndrome de Estocolmo. Acontece cuando un cautivo no puede escaparse, es aislado y amenazado de muerte y a raíz de actos de amabilidad del captor, a los tres o cuatro días se instala ese cambio psíquico en el capturado. Los legos refieren que la estrategia del capturado comienza por intentar mantener al captor feliz para seguir vivo y se convierte en un amor obsesivo con sus gustos y con la comprensión de sus tormentos.


La descripción de este síndrome se puede hacer extensiva también a lo que hoy se llama Síndrome de Estocolmo Doméstico en parejas de golpeadores y la dilucidación del fenómeno ilumina los casos que se emparejan de este modo.

En lo colectivo se describe en víctimas de genocidios y de todo tipo de abusos de poder cuya respuesta a la tortura, lejos de ser la esperada, el odio, es la contraria, un amor-fusional.

Hombres o mujeres, no importa el sexo, "chupados", que terminan por no resistirse y se los nombra "quebrados", en su ética y en su integridad subjetiva

Algunos permanecen víctimas del verdugo, excluidos de cualquier encuentro con un semejante, las más de las veces torturados y forzados a la delación, a la indignidad y a la tortura, en exclusión precisamente del lazo social, sin la protección de la ley intentando salidas subjetivantes aún en el encierro y tenemos testimonios de ello.

La respuesta del sujeto no siempre es la misma. Es que algunos pueden y otros no, soportar el encuentro desnudo con la propia cuenta subjetiva en soledad, cuando esta es posible y no entregarse.

La estructura, a causa de la ética que la sostiene les permite a algunos inventar modos de inmunizarse, se movían, recordaban, contaban se concentraban para escuchar voces de compañeros de las celdas vecinas, se imaginaban escribiendo, en fin, todo aquello que rescatara algún trazo de humanidad .

En estos encuentros límites del sujeto, en lo real del cautiverio, en el abismo de la muerte se pone a prueba los límites del llamado irreventable imaginario del neurótico. El imaginario humano es irreventable (1) sí, pero es desestabilizable y corruptible. Cuán desestabilizable y corruptible puede llegar a ser ,estará en los límites de la condición humana? En las marcas de filiación y genealogía? En el tipo de lazo social en juego?

Lo que nos interesa desde el psicoanálisis, además de las nuevas preguntas que abrimos, es la posición subjetiva con la que alguien puede abordar ese núcleo de la realidad material que compartimos, y que llamamos lo real (2) , enlazado a lo simbólico y a lo imaginario en cada uno, pero para ello el nudo debe estar bien enlazado.

Estos casos fueron tratados en bloque por la literatura no psicoanalítica como relaciones perversas, sado-masoquistas que ya sabemos que para el psicoanálisis no son complementarias, o de identificación con el agresor.

Quisiera proponer que se trata de variantes del amor como fusión y remiten a manifestaciones subjetivas del paño narcisístico dañado.

Atravesado por lo que en topología llamamos una perforación trivial, en lugar del claro agujero que lo simbólico produce en lo real de la trama (3).

Más estrictamente si pensamos en toros anudados podríamos decir que la operación fue por agujereado y no por corte.

Con esto propongo que la imagen, el moi lacaniano a diferencia del yo freudiano, también está anudado en los tres registros. El esquema óptico y el grafo mostraron su límite pero no quedó limitado el imaginario humano a lo especular, debemos hacer el ejercicio de pasarlo por el nudo.

El efecto de sentido en juego en el amor como fusión, anuda a la estructura a un falso nudo que se da con la presencia real del partenaire, con las consecuencias mortíferas correspondientes a tal ligadura, solución protética que tiene características parecidas a la función del partenaire en las fobias graves, sólo que el accidente en estos casos no es del??, sino del -??y? del a.

Tres variantes del Síndrome de Estocolmo atravesadas por el amor como fusión:

1) El primer testimonio es la conocida película "Portero de noche"con Dirk Bogard y Charlotte Rampling, donde él es un oficial de la SS, fotógrafo y voyer y ella una adolescente judía recluida en un campo de concentración de la Alemania nazi. La relación que se forja entre ellos comienza con un erotismo en el que se entrelazan la crueldad del victimario con la víctima que en el transe de ese juego sádicamente programado para él y constitutivo de la iniciación sexual para ella, se enamoran. Se encuentran casualmente después de la guerra y no sólo están invertidas las posiciones sociales sino también las sexuales. El es el portero nocturno de un hotel de turismo y ella la bella esposa de un exitoso director de orquesta de paso por allí. Ella ahora tiene el poder de lastimarlo y hacerlo sangrar, además de delatarlo, sin embargo reeditan la escena de la captura de ella, a la que ambos se entregan en un encierro asfixiante de amor y de muerte.

2 )El segundo es un ensayo titulado, "Cuerpos nómades" en el que la escritora chilena Diamela Eltit, realiza una lectura de las autobiografías de dos militantes de izquierda chilenas que se "quebraron"y llegaron a trabajar para los mismos servicios de inteligencia que las habían detenido y torturado, llegando a ocupar cargos militares importantes como oficiales, identificadas al agresor y a su causa política. Sus actividades giraron alrededor de amantes militares superiores en jerarquía y a actividades que según esta escritora catalogaban de masculinas porque dejaron a sus hijos al cuidado de sus madres y no asumieron el lugar que se espera para un cuerpo de mujer.

Ellas mismas se presentan como traidoras y Diamela Eltit dice de ellas," rotan como el camaleón".Esta interesante lectura , intenta estar en la vereda opuesta del feminismo que las ubica como víctimas de una sociedad falocéntrica y si bien se acerca a la hipótesis que voy a proponer también se equivoca en algo. Acierta en la pérdida total de la ética que las lleva a una rotación de posición diametralmente opuesta a la que tenían, sólo por amor, pero se equivoca en pensar que llevaban a cabo una lucha masculina en un cuerpo equivocado, el cuerpo de mujer. La búsqueda de la articulación del ?? cuando este se pierde se recupera en un proyecto deseante, que en estos casos es a los que me refiero sostenido por la escena amorosa con el fantasma prestado de un partenaire.

3) El tercer testimonio (4) salió publicado en el diario Página 12 del domingo 17 de noviembre del corriente. Se refiere a una mujer secuestrada al final del proceso militar, en 1980.Luego de que asesinaron a su marido viajó a dejar a sus hijos fuera del país y al volver para reinsertarse en la política en la contraofensiva planeada por Montoneros, la secuestran .

Se entera que toda su familia fue "chupada".y fusilada y acepta tareas de "marcadora" en la frontera, cuando pudo irse del país la acompañó un ex agente de inteligencia que había conocido cuando estaba detenida y que hoy es su marido. Detenido por la Interpol hace un año en España será traído a la brevedad a la Argentina para ser juzgado. "El fue una presencia importante para mí –dice-porque fue una pantalla que me permitió alejarme de todo eso." La protagonista, ex militante, es una psicóloga a la que el periodista le pregunta si ella sufrió el Síndrome de Estocolmo, a lo cuál refiere que lo sufrió él. "El se identificaba conmigo, yo le creí que él no torturó y durante estos 18 años él se dedicó a reparar los efectos arrasadores de la represión en mi familia y cambió su lugar en el mundo"

Estos fenómenos que se manifiestan en sujetos con cierta proclividad a la desestabilización imaginaria susceptibles de caer en la fascinación amorosa y sacrificial que se enamoran de sus captores y sus captores se enamoran de ellas me invitan ya a desplegar la hipótesis que esbocé anteriormente.

Hay un juego de la víctima en el que se sostiene la ilusión de ser la elegida y por ese alimento narcisístico se posiciona como objeto de un goce compartido de crueldad que se discontinúa y alterna con la escena amorosa.

El odio del Otro lo aniquila como sujeto en la degradación de su cuerpo y ataca la causa de su deseo. Si el sujeto no puede recuperar su causa deseante a raíz de que la falta en lugar de caer del lado del verdugo recae sobre el sujeto, su respuesta puede ser de amor sacrificial , maníaco o melancólico, mediante el cuál recupera, de modo falso, la consistencia de su imagen desestabilizada. Entregado a la creencia de la completud del Otro ni siquiera toma el valor del héroe de la tragedia que con su inmolación denuncia las fallas de la ley y los desarreglos de los Nombres del Padre y arma un fantasma sacrificial como Antígona o Medea.

En los casos a los que me refiero en cambio se trata de la "gratitud" hacia quién, pudiendo aniquilarla no lo hizo, como si hubiera recibido un don y no la libertad a la cuál tenía derecho. Enamorarse de un torturador para verse amable es una pobre reivindicación,es una salida subjetiva de mínima, mortífera de todos modos, de fusionarse a través del amor, para recuperar la dignidad de tener un fantasma, así sea prestado.

Habría que discutir si ese enamoramiento tiene la calidad de un acting-out, pero lo cierto es que rearma el fantasma a veces con consecuencias desgarradoras posteriores. ese falso borde simbólico que le hace a la imagen, la presencia real del semejante y el argumento que le presta para alojarse donde el que lo padece se quedó sin argumento.

Una legítima prisa subjetiva por recuperar la posición deseante perdida o en vías de perderse del sujeto, a veces lo melancoliza y otras veces motoriza a una complacencia amorosa, sin coto, para obtener la benevolencia del verdugo.

De ese modo se reclama y a veces se obtiene, durante el cautiverio, en la escena del amor, Perdido ese partenaire la estructura imaginaria se encontrará igualmente debilitada. aunque con la dificultad que presenta para el analista, si se trata de un analizante, que no persenta ni síntoma interpretable ni texto fantasmático, sólo signo.

El amor, desde el nudo borromeo, no se adscribe solamente al registro de lo imaginario sino también al registro simbólico y al real .Aunque las tres vertientes tengan su origen en el narcisismo es importante recordar que

cuando se trata del don de dar lo que no se tiene a un ser que no lo es, el amor en lo simbólico, es que hubo carta de a(l)mor ,amor en lo real escrita en el cuerpo Pero si no lo hubo, ese será el efecto del empalme que debe hace la cura .

El amor, en su vertiente fusional, es especular, cuando se propone desligado de lo simbólico, con el precepto: "de dos hagamos Uno". Ningún amor está excento de caer en momentos de fusión, ya que el escenario del amor es el escenario por excelencia de esa ilusión de completud.

Pero por qué la repetición el algunas personas en emparejarse de este modo o por qué el traumatismo del secuestro lo facilita?

Quisiera subrayar la función constitutiva de la "hainamoration" en la estructura porque en estos casos el odio propicio, ese que permite decir que no a la arbitrariedad del Otro no funciona. Se combinan dos cuestiones, que el Otro es en verdad arbitrario, no es un fantasma del sujeto, y que el estado del yo se encuentra por estructura o por coyuntura pulverizado por la tortura.. Cuando el verdugo no reconoce su falta ésta recae sobre el sujeto.

A esta cita del amor- fusión, paradójicamente en el escenario de la muerte, acuden dos y no tres. La castración como tercer término es renegada por ambos partenaires.

Hombres y mujeres adictos al amor. La función es protética. El a del i’(a) cumple falsamente su función ,en lugar de sostener la imagen desde el a como carozo del ser, la sostiene el partenaire

Desde el esquema óptico hasta el grafo de la subversión tenemos un recorrido que no incluye el objeto a. Si al yo lo pasamos por el nudo la operatoria clínica se enriquece. Mas estrictamente si pensamos en toros anudados podríamos decir que la operación fue por agujereado y no por corte (5). El esquema óptico y el grafo mostraron su límite pero no quedó limitado el imaginario porque no hayamos hecho aun el ejercicio de pasarlo por el nudo, sus errores de cruce, sus suplencias, remiendos, empalmes y cortes. El punto de identificación del sujeto al significante de la omnipotencia del Otro, lo deja petrificado.

A la imagen del otro y el yo el sujeto le interpone la dialéctica imaginaria. El yo sólo se acaba no al articularse como "je"en el discurso sino como metonimia de su significación. Se estabiliza por la metáfora paterna y remitirá para siempre a otra significación. Esta dialéctica identificatoria conduce o a la petrificación propia del ideal del Otro o a la dialéctica significante. Ganar un ser para su yo es un recorrido equivalente a ganar un deseo para su sujeto .El más allá de sus ideales es para el psicoanálisis un postulado ético, el sujeto debe decirle no a la vía identificatoria tanto imaginaria como simbólica (6). El Ideal implica siempre un punto de detención mortífero o una metonimia infinitizada desgarradora. Esto no quiere decir, sin ideales, entonces hay que concluir que es mejor la vía de lo posible. No será sin síntoma, pero es deseable que sea sin renegación.

La mujer como sinthome le hace al hombre de nombre del padre, lo separa del incesto, en cambio un hombre como sinthome deja a una mujer pegada a la falta de mirada materna, que si no está articulada a los nombres del padre, es siempre abyecta, está siempre en exceso o en defecto.

Una carta de amor que no se escribió con la lalangue en el cuerpo ,siempre conduce al sacrificio aún con los más bellos ropajes.

En cambio una nominación de amor aparece como una economía narcisista y no como una exhibición narcisista. La palabra amorosa, que no busca su lógica en lo especular ,lado del espejo en el que se fascinan los enamorados, devela un ahorro de narcisismo. Y si hay don del amor, hay ahorro de sacrificio.

Cuando la infatuación le resta valor a la vida, cuando una sociedad no sanciona el homicidio y el delito dejando zonas liberadas para el goce del Otro el sujeto queda capturado en dos posiciones del sacrificio como víctima.

La pregunta que queda planteada respecto al lazo social es por qué algunos pueblos tienen mejor respuesta defensiva a los ataques de sus invasores y a la corrupción de sus gobernantes, que otros? Es que un desamparo adicional como pasión y como goce, expone al sujeto al exterminio?

Si partimos de la tesis de Freud y de Lacan acerca de que toda sicología individual es social y viceversa , tal vez podamos hacer extensivas las conclusiones de lo individual a lo que concierne a la posición subjetiva de un pueblo ,no sólo sin hacer universo ,sino también sin subsumir a la reflexión psicoanalítica las variables políticas y económicas .

Los hilos cruzados o desgarrados que retejemos día a día en el telar del dispositivo analítico, la trama afectada del lenguaje y del sujeto en su singularidad, con una incidencia demográficamente tan inexpresiva socialmente, me lleva a algunas reflexiones, acerca de lo acotado de nuestro acto, que hoy comparto con Uds. evento en el que celebro que los analistas lacanianos tomemos la palabra sobre estos temas.

NOTAS

(1) Lacan , Jacques Seminario ""Les nomes dupes errent" Nudo olímpico que después dejó planteado para la fobia
(2) Vegh ,Isidoro Seminario EFBA 2002. Incidencias II
(3) Cruglak, Clara "Clínica de las identificaciones" Hhomo Sapiens
(4) Se trata de Silvia Tolchimsky y Claudio Gustavo Scagluzzi
(5) Cruglak, Clara "Clínica de la Identificación" Homo Sapiens
(6) Eidelsztein, Alfredo "Modelos, esquemas y grafos en la enseñanza de Lacan", Manantial.

Fuente: http://www.efba.org/efbaonline/lerner-56.htm
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CONSIDERACIONES CRIMINOLOGICAS SOBRE EL SINDROME DE ESTOCOLMO

Autor: Maria Laura Quiñones Urquiza

En medicina, conocemos como síndrome a los síntomas que manifiesta padecer un paciente, sumados a los signos que se observan, siendo este conjunto (en el Síndrome de Estocolmo) de origen desconocido, aquí radica una de las diferencias principales con la enfermedad: el desconocimiento de la etiología.

El síndrome que nos ocupa no ha sido caracterizado con entidad diagnóstica propia en la última edición de 1995 del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV), pero sí se lo reconoce como fenómeno psicopatológico de plataforma traumática: “En el que se induce al agredido a un modelo mental, de naturaleza cognitiva y anclaje contextual” (MONTERO GÓMEZ).

Podríamos definir al síndrome de Estocolmo como un trastorno emocional que se caracteriza por la justificación moral y el sentimiento de gratitud de un sujeto hacia otro de quien forzosa o patológicamente dependen sus posibilidades reales o imaginarias de supervivencia.


CAPTOR Y REHEN: COERSION, SEDUCCIÓN, MANIPULACIÓN

Este estímulo estresante externo coloca a la víctima en una posición pasivo agresiva frente a su victimario, desencadenando una reacción defensiva funcional nerviosa que hace actuar al innato y automático instinto de auto conservación: la señal de amenaza que recibe el cerebro se propaga por la ruta neuronal, recorriendo el sistema límbico hasta el complejo amigdalóide, regulador de las funciones instintivas y de defensa. La respuesta adaptativa sería la búsqueda de preservarse, en este caso frente a la anulación ilegítima de la libertad, al aislamiento; a la sorpresiva (¿por qué no traumática?) realidad de no poseer más el control de su propia vida, de enfrentarse a la posibilidad de la muerte, en otras palabras: quedar sometido por tiempo indeterminado al impredecible deseo de Otro (la mayúscula es mía).

Se establecería un enlace asimétrico pero empático y pseudofraternal, dando lugar en forma real o imaginaria a la posibilidad de seducir y manipular al perpetrador, buscando ser desestimado como potencial objeto de descarga de furia, torturas u homicidio.

En el caso del rehén, el ascender un escalón y conseguir tratar al delincuente de igual a igual, se logra con empatía; quizás el mecanismo defensivo de la negación le impida reconocer su condición de subordinado, conquistando su simpatía mediante el diálogo, la obediencia e integrándose finalmente como una pareja armónica.

Esta nueva dinámica entre la pareja penal, podría llevar a instaurar en el delincuente el desequilibrante sentimiento de pena en caso de tener que ejecutar a su ocasional rehén. Probablemente, el lazo desemboque en un inexplicable descuido subconsciente del delincuente, gracias al cual, el rehén escapa de su lugar de presidio.

Luego de ser liberados, la frialdad e imposibilidad de identificarse como víctimas, pone de manifiesto la disociación de aquellos que padecen síndrome de Estocolmo. Esta suerte de trance, traería consigo daños colaterales para la sociedad, entre ellos podríamos contar en algunos casos con simulados olvidos, no reconocimiento de fisonomía, vestimenta, voz, durante la rueda de reconocimiento policial o falsa descripción en el identikit, lo que obstruiría las investigaciones y facilitaría que el malviviente continúe su actividad delictiva como consecuencia de ese falso testimonio. Observemos como la relación asimétrica muta, patológicamente, en una de complicidad.

Este encubrimiento no obedece al temor por las posteriores represalias del delincuente, si no a algo mucho más profundo y que roza la esfera afectiva: una fase melancólica donde uno recuerda a aquel amigo que nos salvó la vida y a quien agradeceremos retribuyendo con el silencio. La imputabilidad de quien padece este síndrome podría ser puesta en duda.

Pueden padecer este síndrome personas cuyo desarrollo cognitivo cursa con normalidad, así como también sus posibilidades de representarse el consecuente peligro que la comisión de obstruir una investigación policial promete. Como víctima, requiere la asistencia psicológica o psiquiátrica para recordar, elaborar y poner en palabras la situación traumática, amén de las consecuencias del stress post traumático. Me pregunto si este síndrome ¿no será una defensa subconsciente para velar y retardar el estrés post traumático?.

La memoria es selectiva y normalmente las huellas mnémicas sufren alteraciones con el correr del tiempo, muchas de las alteraciones son cualitativas, es decir en su calidad, como por ejemplo Ilusiones del recuerdo, amnesias lacunares (parciales), etc.

En algunos países a la víctima se le brinda apoyo psicológico o el patrocinio de un letrado, no siendo parte del proceso judicial y teniendo las mismas obligaciones que cualquier testigo.

El Código Procesal Penal Argentino en su LIBRO SEGUNDO DE LOS DELITOS, Título I de los Delitos contra las personas, Capítulo XII y sobre el falso testimonio reza en su Art. 275, que será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el testigo, perito o interprete que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su deposición, informe, traducción o interpretación, hecha ante la autoridad competente.

Si el falso testimonio se cometiere en una causa criminal en perjuicio del inculpado, la pena será de uno a diez años de reclusión o prisión.

En todos los casos se impondrá el reo, además, inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena. (texto conforme ley Nº 23.077)

Los testimonios no son verdades absolutas por más idoneidad que tenga el testigo, ya que los hechos van a ser descriptos y empañados de subjetividad, consecuentemente pueden ser tendenciosos inconscientemente o sufrir la omisión de detalles importantes para el esclarecimiento de los hechos.

Aunque del testimonio de muchos testigos sobre un mismo hecho puede que se obtenga algún dato objetivo, derivado de que muchas subjetividades coincidan en que les fué impactante un detalle en general, aún así, solo se los puede considerar verdad auxiliar de la justicia. ¿Cuán confiable es entonces el testimonio de quien padece síndrome de Estocolmo?, ¿son imputables su error, omisión o deformación de los hechos?

La apresurada exigencia de dar testimonio, puede evidenciar la discapacidad momentánea para cumplir con el requerimiento de informar fehacientemente sobre los acontecimientos.

PSICÓPATA Y COMPLEMENTARIO: SEDUCCIÓN, COERSIÓN, MANIPULACIÓN

Para el vínculo entre el psicópata y su complementario, haremos hincapié en que aquí en un principio no hay lugar a la relación asimétrica víctima – victimario, pues hay una satisfacción que la complementaria obtiene a cambio y que no le habría sido revelada hasta antes de conocer a su psicópata.

Analicemos el perfil de esta pareja, como por ejemplo la de una mujer golpeada o que padece un maltrato psicológico de larga data y a quien le cuesta desprenderse de la posición inferior a la que es sometida por su psicópata. Psíquicamente sitúa al Otro como un superior omnipotente, del que según ella, dependen su bienestar y en algunos casos el sentido de su vida. Así, se otorga para lo que él disponga: seducirla, opacarla, ridiculizarla, golpearla, seducirla, repito: para lo que su Otro disponga.

Anclada en ese vínculo patológico donde el peligro de perder a su redentor, vulnera la unidad de su Yo, queda a merced del Otro. Puede incluso permutar el sufrimiento, la humillación obtenida, en algo positivo que le permite mantener a ese motor gracias al cual ha podido superar barreras represivas, descubrir nuevas experiencias, encontrar satisfacciones distintas que no se hubiese atrevido a explorar, sin un particular sentido de libertad patrocinado por su psicópata.

El vínculo con esta suerte de parásito, la aísla en un pozo del cual es difícil emerger. La ruptura de esta dinámica garantiza un duelo, vivenciándose como sentimiento de culpa por correrse de la escena, por intentar convertir este círculo vicioso en virtuoso. El común denominador es el de no saberse objeto, cosa, instrumento, de no acusar este cachetazo al narcisismo. Difícilmente la decisión de finalizar esta relación provenga de la complementaria, pues su hastío, muchas veces se convierte en deleite gracias a la manipulación de su psicópata.

Algunas complementarias admiten encubrir delitos o crímenes por amor, y hasta llegan a cometer actos osados o contrarios a su ética de toda la vida.

Quizás el psicópata por aburrimiento decida finalizar el circuito, frente a lo cual irrumpiría el Síndrome de Estocolmo en la complementaria, ella queda enganchada a su recuerdo, a ese deseo inscripto, a esa dinámica y puede que solicite ayuda psicológica o con el tiempo encuentre un nuevo psicópata. Otra de las posibilidades es que intente resolver la incógnita de por qué ha sido abandonada, si ella ha hecho todo, absolutamente todo lo que él le pedía y aún así la dejó, pero ninguna de sus interpretaciones racionales pueden explicar este vínculo irracional, por ello probablemente, la complementaria en la búsqueda patológica de su re-equilibrio, se humille, ruegue, prometa lo que sea a cambio de volver son su psicópata y ante la negativa de éste, lo justifique avergonzada culpándose por no haberlo dado todo, pero lo raro es que para poder manipularla y controlarla, el psicópata hace mucho que la despojó hasta de sus seres más queridos, dejándola sin nada más a qué renunciar, salvo, a su condición de complementaria.

BIBLIOGRAFIA:

PSICOPATOLOGIA DEL SINDROME DE ESTOCOLMO, Un Ensayo Etiológico - Andrés Montero Gómez
EL COMPLEMENTARIO Y SU PSICÓPATA, Dr. Hugo Marietan – Editorial Ananké, año 2008.

1 comentario:

  1. Excelente material, interesante tema. Hombres en tiempos de turbulencia espiritual. No deja de ser una cuestión de raíces espirituales, donde el hombre no conoce su identidad. La desconexión con el ser interior lo hace perder el dominio propio, fruto de la armonía del ser consigo y el todo. Saludos!

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