viernes, 20 de enero de 2012

Fabricando Disidencia: De cómo el Capitalismo construye y moldea a sus opositores

A continuación reproduzco algunos extractos de un importantísimo artículo del profesor Michel Chossudovsky, "Fabricando disidencia". Este artículo es clave para comprender cómo el capitalismo construye supuestos opositores, convirtíendoles en líderes de movimientos de masas, para que conduzcan a la gente hacia una disidencia controlada e inofensiva para el sistema. Denunciar y desmontar este proceso de "fabricación de disidencia" (caiga quien caiga) es fundamental para que el movimiento anticapitalista y antiimperialista salga del actual bloqueo, impuesto, desde dentro, por supuestos líderes e intelectuales disidentes.

(Fuente: Global Research) (...) Bajo la ilusión de capitalismo contemporáneo, la ilusión de democracia debe prevalecer. Es en el interés de las élites corporativas de aceptar la disidencia y la protesta como una característica del sistema en la medida en que no pongan en peligro el orden social establecido. El propósito no es reprimir la disidencia, sino, por el contrario, dar forma y moldear el movimiento de protesta, para establecer el límite a la disidencia. Para mantener su legitimidad, las élites económicas favorecen formas de oposición limitadas y controladas, con el fin de prevenir el desarrollo de formas radicales de protesta, lo que podría sacudir los cimientos mismos y las instituciones del capitalismo global. En otras palabras, “la fabricación de disidencia” actúa como una “válvula de seguridad”, que protege y sostiene el Nuevo Orden Mundial. Para ser eficaz, sin embargo, el proceso de “fabricación de disidencia” debe ser cuidadosamente regulado y supervisado por los que son objeto del movimiento de protesta.


(...) Los mecanismos de “fabricación de disidencia” requieren un entorno de manipulación, un proceso de presión y la sutil cooptación de los individuos dentro de las organizaciones progresistas, incluyendo coaliciones anti-guerra, ambientalistas y el movimiento anti-globalización.

(...) El objetivo de las élites corporativas ha sido el de fragmentar el movimiento popular en una gran mosaico individual. La guerra y la globalización ya no están en la vanguardia del activismo de la sociedad civil. El Activismo tiende a ocurrir poco a poco. No hay integración de los movimientos contra la globalización y el anti-guerra. La crisis económica, no se considera como relacionada a la guerra patrocinadas por los países poderosos como EE.UU. La disidencia se ha compartimentado. Movimientos independientes que pretenden atacar diferentes asuntos (medio ambiente, globalización, paz, derechos de la mujer, cambio climático) son generosamente financiados para impedir la aparición de un movimiento de oposición masivo coherente. Este mosaico era ya común en la lucha contra la cumbre del G7 y Cumbres de los Pueblos de la década de 1990.

(...) Los ejecutivos de los sindicatos, y los líderes de organizaciones de la sociedad civil (entre ellas Oxfam, Amnistía Internacional, Greenpeace) suelen ser invitados al Foro Económico Mundial de Davos, donde se mezclan con los más poderosos del mundo: los actores económicos y políticos. Esta mezcla de las élites empresariales del mundo con “progresistas” escogidos a dedo es parte del ritual que crea y mantiene el proceso de “fabricación de la disidencia”. El truco consiste en seleccionar personal y selectivamente a los líderes de la sociedad civil, en quien “podemos confiar” e integrarlos en un “diálogo”, córtarlos de sus bases, que se sientan que son “ciudadanos globales” que actúen en nombre de sus compañeros de trabajo, pero los hacen actuar de una manera que sirva a los intereses del Sistema y de las Empresas.

(...) Se trata de un proceso diabólico: El gobierno anfitrión financia la cumbre oficial, así como las reuniones de las organizaciones no gubernamentales que participan activamente en la contra cumbre. También financia la operación de la policía antidisturbios, que tiene el mandato de reprimir a los participantes de las contra cumbres. El objetivo de estas operaciones combinadas, incluyendo acciones violentas cometidas por las fuerzas de policía antidisturbios, es desacreditar el movimiento de protesta e intimidar a sus participantes. El objetivo general es transformar la contra cumbre en un ritual de disidencia, que sirve para defender los intereses de la cumbre oficial y el gobierno anfitrión.

(...) La mayoría de las organizaciones de base que participan en el Foro Social Mundial (FSM), incluyendo campesinos, trabajadores y organizaciones estudiantiles, firmemente comprometidas con la lucha contra el neoliberalismo no estaban conscientes de la relación del Consejo Internacional del FSM al financiamiento corporativo, negociado a sus espaldas por un puñado de líderes de ONG’s vinculadas a oficiales y agencias privadas de financiamiento. El financiamiento de las organizaciones progresistas no es incondicional, su objetivo es “pacificar” y manipular el movimiento de protesta.

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